Caminó cientos de kilómetros para conocer al Papa Francisco: el viaje de una peregrina de Santa Cruz
Hizo la histórica Vía Francígena y llegó al Vaticano. Politóloga y magister en Estudios de Paz, recuerda al Pontífice que la inspiró a impulsar un proyecto para tender lazos entre los pueblos.
Magdalena Zurita, licenciada en Ciencias Políticas y magister en Estudios de Paz nacida en Santa Cruz, recorrió la Vía Francígena de La Toscana, un ancestral camino religioso de Italia, persiguiendo un sueño: conocer personalmente al Papa Francisco, una experiencia que -según asegura- la cambió para siempre.
Ahora, tras la muerte del Pontífice, compartió su experiencia transformadora y contó de qué se trata el proyecto de paz que concibió a partir de aquel encuentro con Jorge Bergoglio, “el cura de los pobres”, como lo definió en su despedida en las redes sociales.
"Su presencia irradiaba una energía hermosísima; para mí fue algo muy, muy bello", confesó Magdalena sobre aquel encuentro con el Pontífice, a quien ahora homenajeó con una mezcla de dolor y esperanza.
Esta hija de Cañadón Seco, en el sur de la Patagonia, no llegó al Vaticano de la manera convencional: lo hizo tras caminar cientos de kilómetros a través de una ancestral ruta de peregrinación, camino ancestral que desde la Edad Media convoca a los peregrinos.
Travesía al encuentro del Papa Francisco
Su viaje comenzó en 2018, después de graduarse como becaria de Rotary Pro Paz en la Universidad Cristiana Internacional de Tokio. Cuando concretó ese paso, en lugar de regresar “a los confines del mundo” de los que venía el Papa, al igual que ella, sintió el impulso de iniciar la experiencia espiritual de una peregrinación.
"Sentí que tenía que caminar. Había tanto por reflexionar, tanto por integrar de lo aprendido. Y la palabra 'Toscana' simplemente apareció en mi mente", relató la joven patagónica en la página web del Rotary Pro Paz poco después de concluido su viaje.
Con apenas una mochila de siete kilos, recorrió el mismo camino que en el siglo X transitó el arzobispo Sigerico de Canterbury. La ruta la llevó a través de Francia, Suiza e Italia, avanzando entre 18 y 34 kilómetros diarios.
"A veces caminaba sola, contemplando mis virtudes y defectos", recordó, y confesó que en cada etapa "fue puro llanto y emoción" al encontrarse con paisajes y comunidades de fe.
Durante el trayecto -contó-, Magdalena durmió en abadías y hospedajes rurales, compartiendo su camino con peregrinos de todo el mundo. "En ese momento sentí que estaba construyendo mi próximo camino: uniendo mi sueño de paz con cada paso", explicó.
De Santa Cruz a la Villa 31 y el Vaticano
El encuentro con el Papa Francisco no fue casualidad. El padre Guillermo Pablo Torre, con quien Magdalena había trabajado en la emblemática Villa 31 de la Ciudad de Buenos Aires, fue quien le facilitó el contacto para participar en una misa privada en la residencia Santa Marta.
"Era pura emoción. Irradiaba una paz difícil de describir. Para mí fue como estar ante un maestro, un guía del alma", recordó sobre ese momento que quedó inmortalizado por los fotógrafos del Vaticano.
Esa experiencia transformadora impulsó a Magdalena a crear Suyai – palabra mapuche que significa "esperanza" – un proyecto que conecta iniciativas humanitarias y ambientales en Argentina, Perú e Italia.
"Francisco me enseñó que el cambio empieza en el metro cuadrado que habitamos. Que la ternura, la humildad y la solidaridad son fuerzas transformadoras", compartió en una entrevista con Canal 2 de Caleta Olivia, tras el fallecimiento del primer Pontífice latinoamericano y jesuita de la historia.
"El Papa de los pobres"
Magdalena también expresó su sentir en las redes sociales: "Se nos fue el Papa de los pobres, un hombre sencillo y humilde, pero con una gran fuerza y convicción en su lucha por el cuidado de los más excluidos, incluyendo a nuestra Madre Tierra".
"No es un día solo de tristeza, es un día para honrarlo y nada mejor que seguir su legado: predicar sus valores de humildad, ternura y la convicción de luchar por un mundo más justo", reflexionó la santacruceña.
Sobre las últimas palabras públicas del Papa en la misa de Pascua, Magdalena destacó: "Dio hasta su último aliento trabajando por los más pobres, los migrantes, los olvidados. Su fuerza, incluso en la fragilidad, fue un ejemplo de entrega total".
Hoy, en honor a la memoria del Papa Francisco, Magdalena renueva su compromiso con la paz y lanza un mensaje inspirador: "Podemos hacer pequeñas cositas, desde el vínculo con la gente que nos rodea, desde simplemente ser tiernos con las personas, con los animales, con el cuidar el planeta como él tanto lo hizo".
"Como decía Francisco, tenemos que ir a la periferia, salir un poco de ese lugar tan cómodo en el que estamos", reflexiona e invita a todos a seguir el legado del Papa argentino: "Hagan lío, revolucionen todo, no se queden en su zona de confort".
Desde Cañadón Seco hasta las oficinas de la ONU, donde también trabajó, Magdalena lleva el mensaje de paz de Francisco por el mundo orgullosa de su procedencia:; "Gracias a mi bello pueblo de Cañadón Seco, que me dio tantos valores; siempre estaré orgullosa de mis raíces patagónicas".
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