Crónica de una suspensión anunciada: no se corre la final del Turismo Carretera en Centenario
En una jornada con mucho viento, el automovilismo nacional no pudo tener la carrera de la categoría más importante.
Luego de un sábado en el que las cuatro categorías presentes pudieron competir con normalidad, la jornada decisiva del domingo estuvo marcada por el viento que derivó en la suspensión del Turismo Carretera en Centenario.
La máxima tuvo sus tres series por la mañana, pero no pudo disputar la final de la tarde debido a las condiciones climáticas.
Antes se desarrollaron las finales de la Fórmula 2, el Turismo Carretera 2000 y apenas se pudo correr la mitad del TC Pista, que finalizó con el auto de seguridad por delante de todos los competidores que cruzaron la meta.
Para las 14 estaba programada la final del Turismo Carretera, la referencia suprema del automovilismo argentino, que debía disputar su tercera fecha en el circuito neuquino.
Las autoridades pospusieron tres veces la realización de la final, primero hasta las 14:30, luego a las 15 y después hasta las 16 para ver si mejoraban las condiciones climáticas.
Sin embargo, teniendo en cuenta que el viento no aflojó y el pronóstico del tiempo no indicaba mejoras en el corto plazo, los comisarios deportivos decidieron suspender la final, cuyos puntos quedaron vacantes.
Los pilotos sumarán solo las unidades que cosecharon en la clasificación y en las series.
Un domingo muy difícil
El pronóstico del tiempo no se cumplió el sábado pero sí el domingo. El viento fue el gran protagonista, con ráfagas que superaron los 80 kilómetros por hora en un circuito que no tiene reparos y donde este fenómeno climático hace estragos casi todos los años.
Además de la dificultad para mantener el equilibrio, la tierra que se vuela hace que la pista esté muy sucia y hace que la visibilidad sea nula.
Las finales de la Fórmula 2 y el Turismo Carretera 2000 se pudieron llevar adelante. Ignacio Díaz y Facundo Ardusso fueron los respectivos ganadores en las primeras dos categorías que disputaron sus definiciones en forma completa.
De todas formas, a medida que pasaban los minutos la visibilidad era cada vez menor.
El TC Pista quedó a medias
La largada de la final ya tuvo al viento como gran condicionante. Después de frenos, relanzamientos y algunos despistes en la carrera, el pace car (auto de seguridad) estuvo adelante del pelotón hasta cruzar la meta.
Más de la mitad de la carrera fue neutralizada debido a la falta de visibilidad por el viento. Como indica el reglamento, la medida de seguridad implicó que los autos completaran el recorrido con el mismo orden que tenían cuando se realizó la última neutralización.
En ese contexto, quedó primero Joaquín Ochoa, luego Felipe Bernasconi y tercero Benjamín Ochoa. Los oriundos de Viedma festejaron en el podio, pero al mismo tiempo reconocieron que para el público no fue el espectáculo esperado.
Algunos fanáticos que fueron temprano para seguir la acción en el autódromo decidieron irse para seguir las finales desde sus hogares, mientras que otros ya tenían resuelto llegar más tarde para sufrir el viento lo menos posible. El recambio de público es habitual en el TC, donde las jornadas son largas, pero en este caso el clima jugó un rol decisivo.
El clásico asado o los choris que se comparten entre fanáticos, familia y equipos, brillaron por su ausencia a partir de la imposibilidad de combatir las ráfagas que se sienten con todo en la meseta neuquina.
La dura frase de Werner
En una mañana marcada por el viento, Agustín Canapino, Santiago Mangoni (ambos con Chevrolet Camaro) y Mauricio Lambiris (Ford Mustang) ganaron sus respectivas series del Turismo Carretera y debían largar adelante en la final en ese orden.
La maniobra más destacada de la mañana del domingo fue el despiste del Mustang de Mariano Werner tras un toque del Camaro de Valentín Aguirre.
Ocurrió en la primera serie y en diálogo con Mundo Sport el Zorro declaró: "Vi muchos choques en la largada. Veo que lo supera Valentín a Agustín y cuando salimos de la recta opuesta pensé que se había quedado, por eso elijo el externo. Si bien está bien devolver la posición, hay que tener mucha precaución. Y después se olvida de doblar, si uno ve la imagen, deja un auto del lado de adentro. Una pena porque se pierde todo, estábamos bien con buen funcionamiento general, pero hay veces que la pica de adentro de los equipos perjudican al resto".
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