Omar De Felippe, de combatir en Malvinas a sacar campeón a un club del interior
El entrenador de 62 años estuvo en la guerra de 1982 y llevó a Central Córdoba a ganar el histórico título de la Copa Argentina.
Omar De Felippe es uno de los buenos entrenadores del fútbol argentino. Ha tenido desempeños positivos en la mayoría de los equipos en los que estuvo y para eso su experiencia de vida lo ayuda mucho. Suele tener un trato muy humano y simple para con los jugadores, algo que se plasmó en el título logrado el miércoles con Central Córdoba en la Copa Argentina.
Cuando era muy joven, formó parte del ejército argentino que combatió en Malvinas contra los ingleses. Muchos de sus compañeros en el campo de batalla sienten el triunfo del Ferroviario como propio a partir de la presencia de Omar y lo que le contagia a sus dirigidos.
"Estoy muy agradecido a muchos veteranos de guerra que vivieron esto, son de otros equipos, y ellos hinchaban para que Central Córdoba fuera campeón. Se los quiero agradecer públicamente. En los grupos que estoy los pibes, tenemos 62, estaban detrás de esta ilusión. Siento que los represento en algún punto. Seguramente en el celular tendré muchos mensajes de ellos compartiendo esta alegría. En la vida hay que lucharla todos los días y hay que creer en lo que uno hace. Alguna vez va a llegar el premio", afirmó De Felippe.
En la temporada 2012/2013 fue el encargado de tomar las riendas de Independiente cuando estaba en la B Nacional. Agarró un fierro caliente y lo devolvió a primera con la misma humildad y convicción de siempre.
Central Córdoba estaba pasando un mal momento cuando llegó el DT que lo sacó campeón. Lo agarró último con un punto en ocho fechas y termina el año como campeón.
Omar trazó un paralelo entre las necesidades que pasa la gente día a día en nuestro país con lo que vivió en Malvinas.
"Lo que le pasa a cualquier argentino. Tenés que levantarte a las cinco de la mañana, tomarte el colectivo, ir a laburar y la guita no te alcanza. Y te tenés que levantar. Y eso es lo que nos pasó allá. Tenías hambre, frío, lo que sea, te tenés que levantar y seguir. Hacé fuego, secá la ropa. Nos tenés comida, andá a buscarla como sea. Tenías que robar, robala. Pero tenías que subsistir. Y esto es igual, hay que levantarse todos los días, mejorar, laburar, con calor, con frío. Hay que imponerse a todo en la vida", declaró.
De Felippe le pidió perdón a su hija
"No pude estar en la coronación del secundario de mi hija. Espero que me lo perdone. Tenia que estar acá. No podía dejar a los pibes solos ni un día", dijo el entrenador, que se perdió un momento importante con su familia. Él vive en Santiago y ellos en Buenos Aires.
De Felippe demostró su alegría al término de la final en la que su equipo derrotó por 1 a 0 a Vélez y declaró que “es un premio muy grande”.
El enfrenador mostró su alegría al haber obtenido el primer título del conjunto santiagueño y remarcó que quedaron “en la historia de un club muy humilde, de una provincia humilde”.
Sobre el cambio positivo que tuvieron los jugadores posterior a la llegada de su cuerpo técnico, De Felippe recalcó que su trabajo constó en “ayudar en lo físico y lo táctico en el día a día” e hizo énfasis en que hubo que “cambiarle la cabeza” a los jugadores, que pasaron de ocupar el último lugar de la tabla anual a cerrar la temporada con un título.
El entrenador también opinó que el club ahora tiene “una oportunidad para crecer en muchos aspectos”, debido a que a la obtención de la primera estrella se le suma la primera participación en una Copa Libertadores en su historia, además del ingreso económico que eso conlleva.
El DT también remarcó que su equipo “hizo partidos muy buenos y otros no tanto” a lo largo de la temporada, aunque destacó que siempre tuvieron garra, y que sus jugadores lograron “empezar a soltarse y crecer” después de los primeros partidos con su equipo de trabajo al mando.
Este es el segundo título del entrenador Omar De Felippe en su carrera en primera división, ya que había ganado el torneo ecuatoriano al mando de Emelec, en 2015. También logró el campeonato de la Primera B Nacional en 2010, con Olimpo, y los ascensos a Primera con Quilmes, en 2012, e Independiente, en 2014.
Otro logro importante de su carrera fue clasificar a Banfield a su primera copa internacional, la Libertadores 2005, cuando era el ayudante de campo de Julio César Falcioni.
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