La lista de las 31 comidas que nunca deberías pedir en un restaurante, según los chefs

Salir a cenar siempre es una de las mejores opciones cuando de compartir se trata. Pagar por platos exquisitos no sería el problema cuando lo que nos ofrecen es fresco, pero no siempre ocurre esto. Hay situaciones en las que los restoranes ofrecen preparaciones en mal estado que provocan virus estomacales.

Por ello, a continuación, se presenta una lista de 31 alimentos que debes evitar cuando salgas a comer afuera ya sea por sus costos o por el mal estado en el que suelen encontrarse en los restó.

Qué cosas no pedir en un restó

Para comenzar, los especialistas ubican en el puesto 31 al edamame, que en japonés significa rama de frijol o poroto y que comparte un parecido con la chaucha. Pedirlo en un resto es innecesario cuando se trata de un alimento que cuesta muy poco hacer en casa y no te llena.

En el puesto 30 se ubica el helado y recomiendan no consumirlo en un restó ya que se trata de una variedad de supermercado que lo cobran a precios elevados. Sin embargo, si se trata de una fabricación casera o se ofrezca un sabor inusual, sí se puede pedir.

A menos de que estés seguro que lo han preparado en el momento, el jugo de naranja exprimido se ubica en el puesto 29. Las bacterias de la piel de la fruta pueden terminar en el jugo y multiplicarse por lo que no sería una opción si no se exprime en el momento.

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Si sos de paladar exigente y te gustan los alimentos extravagantes como la trufa blanca o el caviar, se recomienda comprarlo por mayor y evitar pagar precios altísimos en un restorán ubicando a este tipo de productos en el puesto 28.

Una hamburguesa vegetariana casera es deliciosa, pero bares y restoranes encargan sus platos vegetarianos (en muchos casos congelados) al por mayor y no lo preparan desde cero. Por ello este tipo de alimento se ubica en el puesto 27 y se recomienda siempre acudir a un lugar especializado.

En el puesto 26, el aceite de trufa que es otro de los alimentos que parecen hechos a base de trufa, pero no lo son.

El “especial del día” es muchas veces la opción elegida por su precio, pero lo que no sabemos es que se trata de un menú preparado por la sobra de ingredientes o productos. Y este se ubica en el puesto 25 porque los platos con mucha salsa son un truco clásico para ocultar la comida en mal estado.

El puesto 24 lo obtiene el famoso “pastel de carne” que lo que menos tiene es justamente carne. Es que, en la mayoría de los casos, se escatima en carne y el pastel termina siendo solo un relleno.

La carne es otra de las opciones más elegidas cuando se sale a cenar. Pero prestá atención porque el puesto 23 es para la carne. Un secreto poco conocido del sector gastronómico es que algunos restaurantes reservan los peores cortes y los más viejos para cocinarlos bien hechos.

En el puesto 22 está la salsa holandesa que es una emulsión elaborada con mantequilla y zumo de limón o vinagre que emplea yemas de huevo como emulsionante. Ahora bien, por qué no recomiendan pedirla en un restó, básicamente porque es probable que la hagan a la mañana o el día anterior y se recaliente convirtiéndo este plato en un cultivo de bacterias perjudiciales para el organismo.

Si de costos se trata, la ensalada “Wedge” a base de lechuga y aderezo ocupa el puesto 21 porque es más cara pedirla en un restorán que hacerla en la propia casa. Además, si no se lavan bien las hojas de lechuga es probable que quede algún gérmen o bacteria.

Nadie duda de la exquisitez que es un pollo a la parmesana, pero los expertos en gastronomía y críticos de la cocina lo ubican en el puesto 20 porque sostienen que es un plato que no se cocina fresco, sino que está previamente congelado.

Optar por una ensalada de pollo no es la mejor opción cuando se trata de salir a comer. Por ello, este menú se ubica en el puesto 19 ya que es mejor prepararlo en casa y ahorrar dinero.

Quién no ha ido a comer a un tenedor libre o a un restó chino. Las ensaladas distribuidas en un súper mesón suelen ser tentadoras, pero quién controla la cantidad de manos que han estado hurgando las ensaladas, ni si la gente utiliza las pinzas adecuadas para cada una de ellas. Por este motivo, una de las peores opciones es comer esta opción de ensaladas ubicándolas en el puesto 18.

Si sos de ir a comer a una casa de comida rápida habrás visto en más de una oportunidad las botellas de ketchup como también el de mayonesa. Al final de cada turno, el personal suele combinar la salsa sobrante para hacer botellas llenas. Esto hace que este condimento se posicione en el puesto 17 porque nunca sabemos exactamente cuánto tiempo lleva realmente afuera.

Hasta el momento solo hablamos de comida, pero toda comida se acompaña con una buena botella de vino o alguna otra bebida. En el puesto 16 se ubica la elección del segundo vino más barato de la carta que es también la botella más barata que pagan los restoranes y por lo tanto le siguen sacando una ganancia. Recomendación: elegí siempre el vino de la casa que suele ser el mejor valorado.

Al igual que las especialidades, la sopa del día es una forma ingenios que tienen los chefs de sacar provecho de los ingredientes sobrantes antes de que se acaben. Por ello, se ubica en el puesto 15 y no es la mejor opción si salís a cenar afuera. Lo mejor es preguntar si la preparación es fresca.

En el puesto 14 se encuentra la carne de Kobe que es considerada una delicia, siendo famosa por su sabor, ternura y textura marmórea. Ahora bien, este tipo de corte es considerado un manjar y suele tener precios exorbitantes, pero si el precio es demasiado bueno, es decir, económico, puede que no estés comiendo la auténtica.

La pizza en un lugar que no es especializado en pizza se ubica en el puesto 13 de aquello que no hay que consumir ya que, si estás en un bar y te cobran un precio exorbitante por algo congelado y de calidad de supermercado, mejor amasá y prepará una casera y económica en tu propia casa.

En el puesto 12 se ubica el pescado. Sí, es riquísimo, pero cuidado cuando lo pides. Los expertos recomiendan no hacerlo un lunes ya que puede estar sacado del congelador o, peor aún, haber estado dando vueltas por la heladera lo que comerías sería un pescado viejo y en mal estado.

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En épocas de altas temperaturas pedir hielo podría ser un peligro. Si bien no está comprobado que pueda causar problemas en la salud, quienes han trabajado como mozos sostienen que es poco frecuente que se higienicen las máquinas de hacer hielo y se llenen de moho. Esto ubica al producto en el puesto 11.

Las hamburguesas son, sin dudas, lo más pedido en cualquier restó. Sin embargo, el puesto 10 lo ocupa la hamburguesa Gourmet, es decir, aquella que está hecha con ternera wagyu y venado o alguna otra variedad de carne. Más allá de lo que podría ser una comida excéntrica, no hace falta para mucho por una buena hamburguesa ya que las mejores se hacen con carne de ternera, falda o costillas.

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En el puesto 9 se ubica la comida de buffet. Aunque puede ser difícil de evitarlos en los hoteles, los bufés tienen muy mala fama. Es que piensa la cantidad de personas que habrán levantado la tapa de los platos para simplemente hecharle un vistazo a la comida. Claro que esta acción podría hacer que entren pelos, polvo y hasta bacterias. Además, es probable que la comida se enfríe o e haya secado. Lo peor es que la comida que sobra se recalienta y se mezcla con nuevas preparaciones.

Aunque quieras ahorrar y evitar comprar una botella de agua a precios exagerados, pedir agua de la canilla podría ser peor y, es por ello que, se ubica en el puesto 8. Es que muchas veces el agua se coloca en recipientes sucios y ni hablar si se le agrega gajos de limón sin lavar o hielos sucios. Piensa dos veces antes de pedir agua de la canilla y paga para evitar consumir agua sucia.

En el puesto 7 está la cesta del pan. Sí, cuantas veces pides repetir el pan y hasta has pensado que te la preparan especialmente para vos. Pero estás equivocado. Lo que te sirven puede ser las sobras de la mesa de al lado y, en el mejor de los casos está rancio y cubierto de gérmenes.

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Otro de los ingredientes arriesgado de pedir, por ello se ubican en el puesto 6 de lo peor, sobre todo en ensaladas o incluso en hamburguesas son los brotes crudos. Aunque están repletas de nutrientes, las judías germinan en condiciones cálidas y húmedas, lo que favorece la proliferación de bacterias. Mejor cocinarlos en tu casa.

Aunque son ricos y es lo primero que te traen cuando te sentás en un bar, los aperitivos ocupan el puesto 5 de lo más riesgoso para comer. El por qué es muy simple y hasta de sentido común. Los “nachos”, los “maníes” y las “palomitas de maíz” no suelen cambiarse entre un cliente y el otro asume entonces que han pasado varias manos por esos productos.

Pedir pollo se ubica en el puesto 4 de lo peor que podés comer en un restó y el motivo es muy sencillo. La mayoría de los chefs prefiere cocinar demasiado el pollo para evitar intoxicaciones y queda seco y aburrido.

En el ranking de los tres peores platos para pedir en un restorán, el puesto 3 se lo llevan aquellos platos calificados de “famosos” o “los mejores del mundo”. Evítalos, un restó tiene que ser demasiado creativo con el nombre de un plato para venderlo, déjalo.

En el puesto número 2 se ubican los mejillones. Claro que, si los comés en una marisquería especializada no vas a tener inconvenientes, pero comerlos sin haber tenido un cuidado y almacenamiento meticuloso, podría poner en riesgo tu vida.

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Las ostras se ubican en el puesto 1 y lideran el ranking de los 31 alimentos que no recomiendan consumir en un restorán o si no se tienen los cuidados necesarios. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfemedades, 80 mil personas sufren cada año en Estados Unidos, infecciones causadas por la bacteria vibrio de este marisco. Excepto que lo consumas de un restaurante que tenga gran reputación.