Según un estudio reciente, Argentina, Brasil y Perú se destacan por sus altas tasas de accidentes. La región en una de las más peligrosas del mundo.
Conducir en América Latina representa una experiencia cargada de riesgos, tanto por las condiciones de las rutas como por el comportamiento impredecible de los conductores. Entre los países más complicados para manejar se encuentran Perú, Argentina y Brasil, quienes enfrentan altos índices de accidentes y un panorama vial cada vez más desafiante.
Según un estudio global de Compare the Market, estos países sobresalen por su combinación de factores de riesgo, que afectan tanto la seguridad como la calidad del manejo.
Dentro de los países analizados, Argentina destaca como uno de los más complicados para los conductores, especialmente en su capital, Buenos Aires. Con una de las ciudades más congestionadas de la región, los conductores deben sortear horas pico donde las colisiones son casi una constante.
En agosto del 2024, el Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) registró 1.590 accidentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), lo que equivale a una colisión cada 28 minutos. A pesar de que los accidentes ocurren durante todo el día, el mayor número de incidentes se produce entre las 12 y las 18 horas, cuando el flujo de vehículos y peatones alcanza su máximo.
Las horas nocturnas, en cambio, suelen registrar accidentes más graves, en gran parte debido a la mayor velocidad de los vehículos y al consumo de alcohol o drogas. Los datos muestran que, además de los daños físicos, un alto porcentaje de las personas afectadas por accidentes experimenta secuelas psicológicas, tales como trastornos de estrés postraumático y ansiedad al conducir.
El impacto de las condiciones viales y la falta de control
Los accidentes no solo son el resultado de comportamientos imprudentes, sino también de las malas condiciones de las infraestructuras viales. En Argentina, cerca del 46% de los accidentes se producen en rutas nacionales, muchas de ellas en mal estado. La falta de mantenimiento y el deficiente diseño de las carreteras contribuyen a aumentar el número de siniestros. Además, la alta mortalidad en motociclistas, quienes representan el 40% de las víctimas fatales, es un claro indicador de las deficiencias de seguridad. Las estadísticas también muestran que los jóvenes de 15 a 34 años constituyen el grupo de edad más vulnerable, con el 38% de los decesos.
La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) subraya la necesidad urgente de mejorar las políticas públicas de seguridad vial y de fomentar la colaboración entre organismos locales y nacionales. También resalta la importancia de la educación vial y la responsabilidad social para reducir la cantidad de víctimas y mejorar las condiciones de manejo en todo el país.
El panorama general en América Latina
En toda América Latina, la situación vial es alarmante. Aunque los accidentes de tránsito no se limitan a Argentina, las estadísticas de otros países como Perú y Brasil también reflejan altas tasas de siniestralidad. La región enfrenta desafíos similares, como la congestión vehicular, el mal estado de las carreteras y el comportamiento imprudente de muchos conductores. La combinación de estos factores convierte a América Latina en una de las regiones más peligrosas del mundo para los conductores, según los estudios realizados.
Los esfuerzos para mejorar la seguridad vial deben ser integrales, involucrando a las autoridades, los conductores y la sociedad en general. Solo a través de una acción conjunta se podrá mitigar la cantidad de víctimas y mejorar las condiciones para quienes transitan por las carreteras latinoamericanas.
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