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La Mañana Carnaval de Río

Carnaval de Río: a qué mujer trans le rinden homenaje en Brasil

Una de las comparsas del tradicional festejo visibiliza y reconoce a esa comunidad, en un país con la tasa de homicidios más alta del mundo hacia ella.

El Carnaval de Río de Janeiro, una de las celebraciones populares más icónicas del mundo, presentará este año un homenaje especial de la mano de Paraíso do Tuiuti, escuela de samba que recordará a Xica Manicongo, considerada la primera mujer trans de Brasil.

“Ellas merecen aparecer en televisión, aparecer ante el mundo entero, no solo en las estadísticas de homicidios. Son mujeres que producen. Son legisladoras, son maestras, son artistas”, dijo Jack Vasconcelos, director de esa comparsa y creador del tema que recorrerá de lado a lado el sambódromo, respecto a las integrantes de la comunidad trans.

Será, en definitiva, un acto de reparación histórica y de denuncia contra la violencia que sigue afectando a la comunidad trans en un país que cuenta con la tasa de homicidios más alta del mundo hacia ella.

Según Vasconcelos, el desfile de su escuela, que incluirá una sección exclusiva de mujeres trans y se llevará a cabo el último día del Carnaval, tratará de brindar a las nuevas generaciones un sentido de pertenencia y visibilidad, en un marco multitudinario que puede darle a su mensaje llegada a millones de personas.

El desfile de Paraíso do Tuiuti contará con elaborados trajes y carrozas, además de la participación de figuras políticas y activistas como Erika Hilton y Duda Salabert, las primeras legisladoras trans de Brasil, y Bruna Benevides, quien dirige la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales (ANTRA), una red de organización política para las personas de la comunidad.

La historia de Xica Manicongo: de la esclavitud a la resistencia

Brasil era, en 1592, una colonia de Portugal. Claramente, no solo las cuestiones políticas eran distintas en aquella época sino también las sociales. En ese contexto, arribó a Salvador Xica Manicongo, nacida en el Reino del Congo, en África.

La había comprado un zapatero como esclava y al llegar a la actual capital del estado de Bahía, en el noreste del ahora territorio brasileño, le impusieron el nombre cristiano de Francisco. Manicongo, en tanto, era el título que se daba a los gobernantes del Reino de Congo (Mwene Kongo, Señor del Congo). En este lado del mundo, el término se convirtió en un modo genérico de denominar a las personas que procedían esclavizadas desde el continente africano.

Según relatos de la época, Xica cubría su cabeza con una tela con un nudo hacia adelante, como en su tierra natal, y no solo caminaba la ciudad con un andar imponente, sino que su coquetería había trascendido en el boca a boca y despertado el interés del público masculino.

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El retrato de Xica Manicongo que se expuso el año pasado en la VIII Semana de la Diversidad Cultural, en Salvador.

El retrato de Xica Manicongo que se expuso el año pasado en la VIII Semana de la Diversidad Cultural, en Salvador.

Se cuenta, además, que esa firme postura molestó a Matías Moreira, un cristiano que había llegado desde Lisboa y que en más de una oportunidad le cuestionó su vestimenta de mujer y le exigió que usara la de hombre.

Xica, obviamente, lo rechazó y su decisión le valió ser perseguida por la Inquisición portuguesa, tras una denuncia que Moreira realizó ante la Iglesia por sodomía, delito para el cual el código penal de la época aplicaba una pena extrema: podía ser quemada viva públicamente.

Para evitar esa condena (también fue acusada de liderar una banda de hechiceras), renunció a vestirse como mujer y adoptó el estilo que le imponían. Sin embargo, esto no fue suficiente para impedir que su legado trascendiera cientos de años, en los que era llamada como Francisco.

Es que, en 2010, después de una serie de investigaciones del antropólogo Luiz Mott, activistas y académicos propusieron el nombre de Xica para corregir los errores históricos y reconocer su verdadera identidad, que fue asignada de manera póstuma por Majorie Marchi, militante travesti negra que presidió ASTRA-Rio, antes de su muerte, en 2016.

La violencia contra las personas trans en Brasil

Brasil encabeza las estadísticas de violencia contra personas trans a nivel mundial. Según registros de Transgender Europe, el país sudamericano acumuló 122 asesinatos de personas trans solo en el último año el último año. Así, mantuvo la lamentable distinción de ser el lugar más peligroso para esta comunidad por 17 años consecutivos.

Además de la violencia física que deben atravesar, las personas trans también enfrentan en Brasil serias dificultades para acceder al empleo, la educación y la vivienda.

Bruna Benevides, presidenta de ANTRA, fue una de las personas que más trabajó con la escuela de samba para brindar oportunidades a mujeres trans en el diseño de vestuario y en la danza con vistas a este carnaval.

“Estamos viendo una fuerte agenda anti-trans en el mundo que intenta revertir nuestros derechos, ataques directos, ataques políticamente motivados contra nuestra existencia”, afirmó Benevides.

Carnavales de Río de Janeiro
El carnaval de Río de Janeiro atrae la atención de millones de personas alrederor del mundo cada año.

El carnaval de Río de Janeiro atrae la atención de millones de personas alrederor del mundo cada año.

Según esta activista, la historia de Xica Manicongo y su representación en el Carnaval demuestran que la comunidad trans es parte integral de la historia y la cultura brasileñas.

Este martes, en honor a esta importante referente para la comunidad y con una treintena de mujeres trans bailando alrededor de las carrozas, le mostrarán al mundo lo que ensayaron durante meses en el barrio de São Cristóvão.

Entonarán, durante su paso por el sambódromo, un himno que incluye palabras en pajubá (o bajubá), un criptolecto brasileño que inserta numerosas palabras y expresiones de lenguas de África occidental en el idioma portugués y que es utilizado por la comunidad LGBTQIA+ como forma de protección.

“Yo, travesti, estoy en la esquina, para enfrentarme a la matanza”, dice el estribillo de la canción, en una declaración de principios similar a la que Xica Manicongo exclamó, hasta donde pudo, hace varios siglos.

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