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El boom de las islas privadas: el último refugio del turismo exclusivo

Ante la saturación de destinos clásicos, gana popularidad la compra de islas privadas. Ya no es un privilegio reservado a los ricos. Cuánto cuestan.

En un mundo donde el turismo masivo ha transformado los destinos más icónicos, saturando calles, playas y montañas, como ocurre en las ciudades más emblemáticos de Italia o de España, una tendencia gana popularidad entre personas de cierto poder adquisitivo: las islas privadas.

Este rincón de exclusividad ofrece una solución para aquellos que buscan escapar de las multitudes y la vorágine del turismo de masas, donde la tranquilidad y el lujo son protagonistas.

Las islas privadas ya no son un privilegio de los ricos

Aunque por mucho tiempo el acceso a islas privadas fue un privilegio reservado a los ultrarricos, hoy el mercado se diversifica, y el sueño de disfrutar de una isla propia se vuelve un poco más alcanzable, gracias a agencias de viaje y líneas de cruceros que ofrecen experiencias en estos destinos exclusivos.

Cat Cay, en Bahamas, sale 3 millones de dólares.
Cat Cay, en Bahamas, sale 3 millones de dólares.

Cat Cay, en Bahamas, sale 3 millones de dólares.

El boom de las islas privadas

La saturación turística en lugares como Venecia, Barcelona y Ámsterdam ha dado pie a este auge de las islas privadas.

El fenómeno del “overtourism” ha puesto en alerta a las autoridades de estos destinos, donde los residentes manifiestan tensiones con los visitantes debido a la sobreexplotación de recursos y espacios públicos.

Las islas privadas han pasado de ser un simple sueño a una opción real para aquellos que buscan una experiencia de turismo controlado y de alta calidad, lejos de las masas.

La Ilha Mirante, en Brasil, se eleva a 9.500.000 dólares.
La Ilha Mirante, en Brasil, se eleva a 9.500.000 dólares.

La Ilha Mirante, en Brasil, se eleva a 9.500.000 dólares.

La compra de islas se disparó tras la pandemia de covid-19. Chris Krolow, fundador de Private Islands Inc. y rostro del programa televisivo “Island Hunters”, es uno de los actores clave en este mercado que hoy cuenta con alrededor de 600 islas en venta a través de su agencia.

Los precios varían de acuerdo a la ubicación y a la extensión

Los precios son tan variados como los destinos: una isla en Belice puede costar apenas 23.700 euros, mientras que una en Tailandia supera los 160 millones de dólares.

Esta isla en Honduras se vende por 10 millones de dólares
Esta isla en Honduras se vende por 10 millones de dólares

Esta isla en Honduras se vende por 10 millones de dólares

Pero adquirir una isla no es solo una cuestión de poder adquisitivo; los dueños enfrentan el reto de cubrir elevados costos operativos, como el suministro de agua y electricidad, y el mantenimiento constante.

Invertir en una isla privada también implica superar desafíos logísticos. La autosuficiencia en un paraíso natural suena atractiva, pero requiere sistemas autónomos de energía, gestión de residuos y abastecimiento.

Además, como las islas están bajo jurisdicción de algún país, es necesario cumplir con sus regulaciones, lo que agrega una capa adicional de complejidad.

Esta isla en Nueva Escocia, Canadá, se vende po 860.000 dólares.
Esta isla en Nueva Escocia, Canadá, se vende po 860.000 dólares.

Esta isla en Nueva Escocia, Canadá, se vende po 860.000 dólares.

Islas privadas y turismo de lujo

Más allá de la compra, el interés por islas privadas también ha llegado a las grandes empresas de turismo. Líneas de cruceros y hoteles de lujo han encontrado en estas islas un espacio ideal para ofrecer un turismo personalizado y exclusivo.

Royal Caribbean, pionera en la adquisición de islas para su propio uso desde la década de 1980, cuenta con CocoCay en las Bahamas, un destino diseñado específicamente para sus pasajeros, y ha invertido más de 250 millones de dólares para transformarlo en un complejo de lujo.

Los cruceros destinaron 1.400 millones de euros a la compra de islas

Esta tendencia generó una inversión millonaria en el Caribe y el Pacífico Sur, donde estos desarrollos buscan no solo rentabilidad, sino también reducir la carga turística en las zonas más congestionadas.

Sandy Cay, en Bahamas, cuesta 3 millones de dólares.
Sandy Cay, en Bahamas, cuesta 3 millones de dólares.

Sandy Cay, en Bahamas, cuesta 3 millones de dólares.

La inversión de empresas de cruceros y hoteles de lujo en islas privadas responde a una demanda de experiencias exclusivas y controladas.

Actualmente, los cruceros han destinado cerca de 1.400 millones de euros en la compra de islas en lugares como Belice, República Dominicana y las Bahamas.

Estas islas ofrecen a los viajeros la oportunidad de disfrutar de playas privadas y entornos idílicos, alejados de las multitudes, lo que se convierte en un gran atractivo para quienes buscan una experiencia de lujo.

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