El Vaticano dijo que la ventilación mecánica nocturna estaba prevista dentro del tratamiento, también recalca que el Papa “no está fuera de peligro”.
La Santa Sede ha emitido un nuevo parte médico sobre el estado de salud del papa Francisco, confirmando que el Pontífice sigue bajo observación y tratamiento. “El Santo Padre ha permanecido inmóvil también hoy (miércoles), sin presentar episodios de insuficiencia respiratoria”, señala el boletín oficial, en un intento por transmitir prudencia ante la delicada situación.
Como estaba previsto, el papa, de 88 años, continúa con oxigenoterapia de alto flujo durante el día y ventilación mecánica no invasiva por la noche. Esta medida, que implica el uso de una mascarilla especial que cubre nariz y boca, permite insuflar aire en los pulmones para facilitar su respiración. La Santa Sede ha remarcado que esta es una precaución adicional debido a la “complejidad del cuadro clínico”, cuyo pronóstico sigue siendo reservado.
A pesar de la gravedad del diagnóstico, que incluye una neumonía bilateral y una infección polimicrobiana sumada a la bronquitis crónica que arrastra desde hace años, el papa Francisco ha mostrado algunos signos de actividad. Según el informe vaticano, ha aumentado la fisioterapia respiratoria y la terapia motora activa, pasando gran parte del día sentado en un sillón.
Esta cautela en los partes médicos es indicativa de la delicadeza de su estado. Aunque el Vaticano insiste en que la ventilación mecánica nocturna estaba prevista dentro del tratamiento, también recalca que el Papa “no está fuera de peligro”.
La fe y el trabajo como sostén en la enfermedad
A pesar de su estado de salud, el Pontífice continúa participando en actividades religiosas y de gestión. Durante la jornada, recibió la bendición de las Sagradas Cenizas y la Eucaristía, en un gesto de profunda espiritualidad que marca el inicio de la Cuaresma. Además, sostuvo una conversación con el padre Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia en Gaza, y alternó períodos de descanso con trabajo.
En la homilía que había escrito para la celebración del Miércoles de Ceniza, el papa Francisco reflexionó sobre la importancia de la esperanza en medio de la fragilidad humana. “Sin esperanza estamos destinados a sufrir pasivamente la fragilidad de nuestra condición y, especialmente, ante la experiencia de la muerte, nos hundimos en la tristeza y la desolación”, escribió el Pontífice.
En sus palabras, recordó también las enseñanzas de su predecesor Benedicto XVI, destacando que “el hombre es polvo y al polvo volverá, pero es polvo precioso a los ojos de Dios”.
Una Cuaresma sin el Papa
Mientras el Santo Padre sigue bajo cuidado médico, cardenales y obispos han decidido iniciar su retiro espiritual de una semana en el Aula Pablo VI en comunión con él, aunque sin su presencia física. Este gesto de unidad en la fe refuerza la expectativa de una pronta recuperación, aunque el Vaticano mantiene cautela sobre la evolución de salud del Pontífice.
En medio de la incertidumbre, la comunidad católica sigue atenta a los boletines diarios y unida en oración por la salud del Papa Francisco, en la esperanza de que su fortaleza espiritual y el tratamiento médico permitan su recuperación antes de la Pascua.
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