Las conexiones ilegales para producir marihuana en forma clandestina en España crecieron un 70% en los últimos 5 años.
España, que ya soporta un crecimiento del narcotráfico, enfrenta ahora un fenómeno llamativo en los últimos años vinculado al auge del cultivo clandestino de marihuana, una actividad que no solo alimenta el mercado local y de otros países europeos, sino que además produce un fuerte impacta en la red eléctrica del país, saturada por las conexiones ilegales.
El negocio se viene intensificando en comunidades como Andalucía, Sevilla y Cataluña, donde las plantaciones ilegales proliferan tanto en áreas rurales como en viviendas urbanas, colgándose a la red eléctrica para alimentar sus operaciones.
Creció el cultivo doméstico en Andalucía, Sevilla y Cataluña
Endesa, la Empresa Nacional de Electricidad que opera en España, estima que por año pierden unos 2.000 millones de euros a raíz de estas conexiones clandestinas.
El fraude vinculado a las plantaciones de marihuana, según un reciente informe de la compañía, creció un 70% en los últimos cinco años, lo que demuestra el acentuado consumo y negocio del cannabis.
El año pasado, la filial de redes de Endesa, E-distribución, desmanteló por día unas 150 conexiones clandestinas de electricidad vinculadas al cultivo de marihuana en España. En los nueve primeros meses de este año ya detectaron más de 50.000, un 38% más que en el mismo periodo del año anterior.
Cultivo doméstico y semiindustrial de marihuana
Mientras en algunos países de Europa hay una apertura al consumo de marihuana, como en Alemania, los especialistas sostienen que España se convirtió en el “huerto de la marihuana” de la región El cannabis se cultiva en suelo ibérico y luego se distribuye a países cercanos.
El Centro de Monitoreo de Drogas y Adicciones europeo señala que España acapara el 75% de todas las incautaciones de plantas de marihuana registradas en la Unión Europea.
España es un gran proveedor de marihuana en la Unión Europea
Al principio, el cultivo de marihuana en España se limitaba a exteriores y lugares abiertos, pero la presión policial hizo que mucha gente que se dedicaba a la producción doméstica, así como bandas delictivas menores, adoptaran métodos indoor (interior de viviendas y edificios).
El método de cultivar en interiores no sólo evita la detección policial, también les permite un mayor control sobre el desarrollo y rendimiento de las plantas: de cuatro a seis cosechas al año.
Alta demanda eléctrica
Estos cultivos, explican los expertos, requieren un suministro eléctrico constante y de alta intensidad para alimentar lámparas, sistemas de ventilación y otros equipos especializados.
Como no pueden blanquear la operación, y tampoco pretenden pagar por el servicio, todos estos productores se enganchan ilegalmente de la red eléctrica, lo que está produciendo un enorme perjuicio a la compañía.
El cultivo de cannabis en interiores demanda una gran potencia eléctrica
En esta lucha contra las conexiones ilegales, las compañías eléctricas han implementado herramientas de inteligencia artificial para identificar patrones sospechosos en el consumo energético.
Esta tecnología les permite descubrir miles de plantaciones ilegales mensuales. Pero los cultivadores también se las ingenian para complicarles la detección, en una batalla cotidiana.
Cada explotación indoor de cannabis demanda una potencia eléctrica que equivale al consumo de unas 80 viviendas de unos 100 metros cuadrados.
Claro que el negocio es muy lucrativo. Las fuerzas de seguridad calculan que el cannabis cultivado en un piso de dos habitaciones puede dejar unos 30.000 euros de ganancia.
Las bandas detrás de la producción
El cultivo de marihuana en España no es un fenómeno aislado y sólo ligado a productores domésticos. Últimamente está muy vinculado a redes criminales organizadas, que operan en el tráfico internacional de drogas.
Las fuerzas de seguridad descubrieron que gran parte de la producción no se queda en el país, sino que se dirige a mercados en el norte de Europa.
La marihuana producida en España es más barata
Allí, la marihuana española ha ganado preferencia por ser más económica que otras variantes, como el hachís marroquí.
Hay otro dato importante. La legislación española, considerada menos severa en comparación con otros países europeos, ha convertido al país en un centro de producción de marihuana.
Por eso, un sector de expertos y dirigentes políticos vienen impulsando un endurecimiento de las leyes para frenar o reducir el impacto de este fenómeno.
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