Medio Oriente: ¿se acerca la Tercera Guerra Mundial?

El conflicto en Medio Oriente aumentó la preocupación por un posible conflicto global de gran envergadura. Con Israel e Irán directamente enfrentados y la guerra entre Rusia y Ucrania estancada, líderes mundiales han comenzado a advertir sobre el riesgo de una guerra de escala mundial.

En la ONU, Charles Michel, presidente del Consejo de Europa, expresó la necesidad de recuperar el sentido común para evitar una catástrofe global. Mientras tanto, Donald Trump, en plena campaña electoral, se posiciona como el único capaz de evitar ese sombrío destino.

Las opiniones de expertos en relaciones internacionales varían en cuanto a la posibilidad de una nueva guerra mundial. Algunos, como Beatriz Gutiérrez, profesora de la Universidad Europea de Madrid, advierten que, aunque remota, esta posibilidad no puede descartarse si la actual crisis se maneja de manera inadecuada. Sin embargo, otros, como David Hernández, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, creen que no estamos ante un escenario que conduzca a una tercera guerra mundial, aunque reconoce que eventos inimaginables ocurrieron en los últimos años.

Oriente Medio: nuevo epicentro de tensión

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La guerra en Medio Oriente podría llevar a un conflicto global.

El ataque de 226 misiles por parte de Irán hacia el centro de Israel transformó el escenario bélico en Medio Oriente. Este conflicto dejó de ser entre Israel y grupos armados como Hamás y Hezbolá, y escaló a un enfrentamiento directo entre dos estados. Según Gutiérrez, este cambio supone un salto hacia una arena completamente nueva, donde potencias internacionales podrían verse obligadas a tomar partido en defensa de sus aliados.

No obstante, Hernández sostiene que, aunque es posible que el conflicto se extienda a países como Palestina, Líbano, Yemen e Irak, no se espera que otros actores globales, como China o Rusia, se involucren directamente. Ambos países tienen intereses propios: Rusia está sumida en su guerra con Ucrania, mientras que China parece más interesada en mantener su enfoque en la guerra económica, evitando así involucrarse en enfrentamientos militares.

Estrategias y perspectivas de futuro

La estrategia de Israel, según Hernández, busca reafirmar su posición de poder en la región tras los eventos del 7 de octubre, que socavaron la imagen de seguridad que había promovido el gobierno de Netanyahu. Esta ofensiva incluye la destrucción de la Franja de Gaza, la invasión del sur del Líbano y el aislamiento internacional de Irán. Sin embargo, la respuesta iraní a estos movimientos sigue siendo incierta, aunque es claro que el ataque reciente fue una represalia tanto por Hezbolá como por la muerte del líder político de Hamás, Ismail Haniya.

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Por su parte, Estados Unidos, aunque tradicionalmente un mediador clave en la región, parece tener dificultades para influir en las acciones del gobierno israelí. En lugar de jugar un papel activo en la contención del conflicto, se ha visto arrastrado por la dinámica interna de la región, apoyando a Israel pero tratando de evitar una escalada mayor.

El frente ucraniano y su relación con Oriente Medio

Antes del estallido de violencia en Oriente Medio, el conflicto ruso-ucraniano era visto como el principal escenario potencial para un conflicto global. Sin embargo, ambos conflictos, aunque graves, no están necesariamente conectados. El frente ucraniano parece haberse estancado, con Occidente limitando el uso de armamento de largo alcance para evitar una desestabilización mayor.

El profesor Hernández señala que, aunque ambos conflictos tienen características diferentes, la situación en Oriente Medio ha desviado la atención global de Ucrania. No obstante, las tensiones en ambos frentes deben manejarse con cuidado, ya que un desliz en cualquiera de ellos podría generar repercusiones imprevistas a nivel global.