Es de la era soviética y está sobre el mar Caspio, frente a Azerbaiyán. Aún subsiste, aunque su producción es insignificante.
Neft Dashlari es una de las construcciones más curiosas y ambiciosas de la ingeniería soviética, que aún persisten. Ubicada en el Mar Caspio, a unos 100 kilómetros de la costa de Azerbaiyán, esta ciudad flotante fue concebida en la década de 1940 como la primera plataforma marítima de extracción petrolera.
Hoy, es un legado vivo de los esfuerzos industriales de la Unión Soviética y un ejemplo fascinante de cómo la necesidad puede dar lugar a soluciones sorprendentes.
La ciudad es un legado industrial de la ex Unión Soviética
Neft Dashlari, traducida como “Rocas petrolíferas”, no es una plataforma convencional de petróleo; es una ciudad completa sobre el agua, construida sobre barcos hundidos, plataformas interconectadas y kilómetros de puentes metálicos.
En sus días de gloria llegó a albergar a más de 5.000 trabajadores, con viviendas, escuelas, bibliotecas, un cine y hasta un estadio de fútbol construido sobre una plataforma.
Hoy, su producción es insignificantes. Pero los azeríes quieren mantenerla para explotarla turísticamente.
Su estructura tan particular la convirtió en una curiosidad. Incluso allí se filmaron algunas películas, como la de 1999 de James Bond, “El Mundo Nunca es Suficiente”, que protagonizó Pierce Brosnan.
Cómo surgió la ciudad
La idea de crear esta ciudad surgió durante la II Guerra Mundial, cuando la Unión Soviética enfrentaba una creciente demanda de petróleo para abastecer su maquinaria militar.
Pero recién se concretó en 1949, después de descubrirse petróleo bajo el lecho marino del mar Caspio. Iósif Stalin, que necesitaba crudo para su industria, mandó a construir esta plataforma.
Fue la primera plataforma petrolera marina del mundo
Inicialmente, se utilizó un buque de guerra hundido como base para la primera perforación. Así, Neft Dashlari se convirtió en la primera plataforma petrolera marina del mundo.
“El 7 de noviembre, el pozo produjo un chorro de petróleo (100 toneladas por día), lo que marcó la primera producción de petróleo en alta mar del mundo”, señala la página de SOCAR, la empresa estatal petrolera de Azerbaiyán que maneja la ciudad flotante.
Desde entonces, el complejo creció de forma exponencial, conectando nuevas plataformas mediante puentes y sumando barcos hundidos como cimientos.
Durante el régimen soviético, Azerbaiyán, gobernado desde entonces por una dinastía autocrática, fue una de las principales fuentes de petróleo del país.
En su momento más productivo, Neft Dashlari llegó a producir más de 2 millones de toneladas de crudo al año, lo que fue crucial para la recuperación económica de la posguerra y el avance de la industrialización soviética.
Barcos como cimientos
La ciudad se fue levantando con ingenio y pericia. Se hundieron barcos en desuso para utilizar sus armazones como base y montar sobre ellos los pilares de los edificios.
“En 1951, para proteger la isla del viento y las olas, se desmantelaron seis barcos adicionales de las empresas Khazartanker y Khazardonanma y se trajeron aquí medio hundidos, y se creó una bahía artificial alrededor de la isla”, explica la página de SOCAR.
Se creó una bahía artificial con barcos hundidos
“Los camarotes y bodegas del barco se utilizaban como comedor, puesto médico, dormitorios y otros usos para los miembros de la tripulación de perforación”, agrega.
Sin embargo, las condiciones de vida y trabajo en la ciudad flotante eran duras. Los trabajadores enfrentaban un clima extremo, con temperaturas que oscilaban entre -20 °C en invierno y 40 °C en verano.
Además, el aislamiento en alta mar y los riesgos asociados a la extracción petrolera hacían de Neft Dashlari un infierno para los trabajadores.
Un legado en decadencia
Con la caída de la Unión Soviética en 1991, la importancia estratégica de Neft Dashlari disminuyó. Las reservas de petróleo en el área comenzaron a agotarse, y la ciudad flotante perdió gran parte de su población y funcionalidad.
Hoy en día, aunque sigue en funcionamiento, es una sombra de lo que fue. De los 200 kilómetros de puentes metálicos que interconectaban las plataformas, muchos han colapsado o están en estado de abandono.
Neft Dashlari es ahora una atracción turística
Solo unas pocas decenas de trabajadores permanecen allí, encargándose de las operaciones de extracción restantes y del mantenimiento mínimo del lugar.
A pesar de su decadencia, Neft Dashlari sigue siendo un símbolo del ingenio y la determinación soviética. También se ha convertido en una atracción turística para los curiosos que quieren conocer esta ciudad flotante única en el mundo.
El futuro de Neft Dashlari
El gobierno de Azerbaiyán expresó interés en mantener Neft Dashlari como un sitio de interés histórico e industrial.
Aunque la producción petrolera es ahora marginal en comparación con otras regiones del país, la ciudad flotante representa un capítulo importante en la historia de la industria energética.
En los últimos años, Neft Dashlari también ha captado la atención de cineastas y fotógrafos que buscan documentar su singular arquitectura y el contraste entre su pasado glorioso y su presente desolado.
Mientras las plataformas de extracción modernas y más eficientes dominan la industria petrolera, Neft Dashlari permanece como un testigo flotante de una era en la que la innovación y la urgencia se unieron para construir algo extraordinario.
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