La isla sufrió el mayor apagón de los últimos años. Hubo marchas y cacerolazos. El gobierno advirtió que no tolerará las protestas.
Después de tres días sin electricidad, la gente hace cola en cajeros para tratar de obtener algo de dinero.
Cuba enfrenta desde el viernes pasado el apagón más grande de las últimas décadas, que dejó a casi toda su población sin electricidad, a causa del colapso de su sistema. Esto despertó nuevamente la reacción de la población, que salió a las calles a protestar.
Se trata de una situación sumamente crítica, ya que se tuvo que suspender toda actividad que no fuera esencial. Afectó el dictado de clases, la atención en los hospitales y una serie de servicios básicos, a los que se sumaron los problemas propios de la población como la pérdida de sus alimentos en las heladeras.
Hubo protestas y cacerolazos contra el Gobierno
Poco a poco se logró restaurar el servicio. El lunes a la tarde las autoridades de la isla informaron que “el servicio de energía eléctrica había alcanzado la cifra del 37% en todo el país, y en la capital, ya avanzada la tarde, más del 90% de los clientes contaba con el servicio”.
El problema es que el servicio volvía, pero a las pocas horas se caía nuevamente, provocando indignación entre la población. Hubo cacerolazos y en algunos lugares la gente bloqueó las calles para protestar.
Tras las manifestaciones, el presidente Miguel Díaz-Canel se dirigió a los cubanos por cadena nacional, en la noche del domingo, vestido con uniforme militar, mientras advertía que no tolerará nuevas protestas por los apagones, como ya ocurrió en varias ocasiones.
"No vamos a aceptar ni permitir que nadie actúe con vandalismo y mucho menos que altere la tranquilidad de nuestro pueblo", sostuvo Díaz-Canel, a quien rara vez se le ve de uniforme.
Para los cubanos, este nuevo apagón representa fielmente la crisis que vive el país en todos los aspectos, y hunde al gobierno de la isla que no tiene respuesta.
Qué pasó y cómo llegó Cuba a esta situación
El viernes, la principal planta energética falló y toda la isla se quedó sin electricidad. El suministro se restableció parcialmente el sábado, antes de volver a colapsar.
Se considera el apagón total más largo del que se hayan tenido noticias en el país, y las causas no son nuevas: la infraestructura del sistema, obsoleta y mal mantenida, ya venía teniendo problemas, con cortes por sectores.
El sistema eléctrico cubano es viejo y no produce la energía suficiente para autoabastecerse. Depende de importaciones que no puede pagar y de socios comerciales, como Venezuela, que cada vez proveen menos petróleo.
Cuba depende del petróleo que sus socios ya no proveen
Ricardo Torres, exinvestigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, explica al diario El País que “el deterioro en el sistema eléctrico es evidente y ha sido así por años”.
“Aquí hay cuestiones de fondo. Por un lado, a la economía le va tan mal que no se generan divisas suficientes para comprar el combustible necesario. Por otro, se ha invertido muy poco en el sector, y eso termina pasando factura”, apunta Torres.
Jorge Piñón, experto en energías, sostiene que “las ocho plantas termoeléctricas cubanas tienen casi 40 años de explotación, y esas plantas requieren un alto nivel de mantenimiento operacional y mantenimiento capital. Es lo que ha causado todos los problemas que hemos visto en los últimos cinco años”.
En la misma línea, Piñón remarca a El País que “la solución a esos problemas siempre eran parches, a corto plazo, pero no de forma estructural, las plantas de Cuba necesitan una recapitalización total”.
De acuerdo a los expertos, estas plantas usan como combustible el petróleo cubano que es muy pesado y “con un alto contenido de azufre y otros metales” que dañan las unidades.
En 2019 recibió ayuda de Turquía, que le envió plantas flotantes. Un año después recibió grupos electrógenos para aliviar la carga de las termoeléctricas. Pero todas dependen de petróleo para funcionar.
El papel que juegan Venezuela, Rusia y China
El mayor problema de Cuba es la debacle de su socio principal en la región, Venezuela, que también enfrenta una profunda crisis económica y política.
Las propias autoridades cubanas admitieron que el principal problema de la isla es la falta de combustible. “La escasez de combustible es el factor más importante", reconoció el primer ministro Manuel Marrero.
Rusia y China están dejando de brindarle aporte económico a la isla
El fallecido presidente venezolano Hugo Chávez firmó en 2000 un acuerdo con Cuba -en ese momento estaba Fidel Castro- para que Caracas le suministrara 53.000 barriles de petróleo diarios a cambio de misiones médicas.
El pacto continuó con Nicolás Maduro, y así el gobierno cubano pudo utilizar ese petróleo en distintos sectores de la economía.
Pero eso se fue deteriorando a medida que se vieron afectadas las finanzas de los venezolanos. En septiembre pasado, Venezuela sólo envió 25.000 barriles en todo el mes, cuando necesita el doble para el funcionamiento del sistema eléctrico.
El gobierno de Nicolás Maduro, agobiado con su propia crisis, también enfrenta la caída de la producción de petróleo, su principal fuente de ingresos.
“Lo que sobre (a Caracas) es lo que se le puede dar a Cuba. Así que el volumen de Venezuela ha mermado a por lo menos la mitad en los últimos seis meses”, detalla el experto.
El otro país que le venía proveyendo petróleo, México, que no es un productor del nivel de Venezuela, ha disminuido a menos de la mitad sus envíos a la Isla.
La gran duda de los cubanos es qué está pasando con Rusia, un aliado permanente del gobierno comunista de La Habana.
En 2015, Rusia había anunciado un préstamo de más de 1.400 millones de dólares a la isla para construir cuatro unidades de generación eléctrica de 200 MW, destinadas a las centrales termoeléctricas Máximo Gómez y Este Habana. Nunca se concretó.
China, por su parte, ofreció hace unos años recursos para construir el mayor parque eólico en Las Tunas, lo que iba a representar un gran alivio para la isla.Tampoco se puso en funcionamiento.
“Hemos leído muchos titulares de firmas de acuerdos con Rusia para suministrar petróleo, iban a trabajar en refinerías de Cienfuegos, iban a aumentar la producción en Boca de Jaruco, pero ni un solo proyecto ruso se ha llevado a cabo”, dice Piñón.
Cuando se le pregunta el por qué, el especialista responde: “La opinión que tenemos es que los rusos, como los chinos, están cansados de darle a Cuba todo lo que necesita y no ser pagados”.
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