La milicia pro-Irán, recordada por los atentados en la Argentina, es un poderoso ejército informal con un rol central en Medio Oriente.
A medida que crece el conflicto en Medio Oriente, la poderosa milicia pro-iraní Hezbollah va asumiendo un rol cada vez más significativo en la región con audaces acciones armadas que demuestran un avance militar de envergadura.
Desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás, en octubre pasado, se plegó al movimiento islamista de Gaza atacando el norte de Israel, para obligar a los israelíes a abrir dos frentes.
Tiene un arsenal importante de cohetes y misiles como para hacerlo. Hezbollah, respaldado económica y militarmente por Irán, cuenta con una de las fuerzas paramilitares más potentes de la región.
Actualmente esta milicia islámica es un elemento central de la estrategia desplegada por la República Islámica de Irán para lograr una hegemonía central en Medio Oriente. Por eso cobró mayor relevancia con el choque entre Irán e Israel.
Hezbollah nació en El Líbano y de hecho su fuerza principal está allí, pero hoy en día sus combatientes están desplegados en otros países, como Siria, Irak y Yemen.
A continuación una breve historia de esta fuerza paramilitar y su influencia en un momento clave del enfrentamiento entre Irán e Israel.
El “Partido de Dios”
Hezbollah es un movimiento islamista cuyo nombre significa “Partido de Dios”, dejando en claro su origen religioso musulmán chiita. Cuenta con un brazo militar y otro político.
Su base principal está en el sur del Líbano y en su carta de creación de 1985 identifican a Estados Unidos como el principal enemigo del islam, y plantea como su objetivo clave la destrucción del Estado de Israel.
La agrupación surgió tras la invasión israelí del Líbano en 1982. Fue un desprendimiento del moderado Movimiento Amal. Los sectores más violentos fueron captados por la naciente República Islámica de Irán, que los comenzó a formar política y militarmente.
Tuvieron un bautismo violento y sangriento en 1983. Dos terroristas suicidas de la facción atacaron un cuartel de la Marina de Estados Unidos en Beirut matando a casi 300 soldados.
Participaron en la guerra civil libanesa, que terminó en 1990, y lideró la lucha contra las fuerzas israelíes que ocupaban el sur de Líbano, expulsándolas finalmente en 2000.
A partir de 1990 comenzaron a jugar un papel activo en la política libanesa. Participan en las elecciones y suelen tener más bancas que otros partidos, ya que cuentan con el respaldo de la masiva comunidad chiita del país.
Desde 1992 es dirigida por Hassan Nasrallah y en la actualidad ha pasado a ser la fuerza militar más poderosa de la nación árabe.
Atentados y secuestros
El grupo cometió numerosos atentados y secuestros desde su formación, que llevó a la mayoría de las potencias Occidentales a considerarlos “terroristas”.
Si principal método de acción fue la utilización de explosivos, tanto en coches-bomba y como en atentados suicidas.
Entre los muchos hechos figura el ataque suicida contra la embajada de Estados Unidos en Beirut de septiembre de 1984 que dejó 23 muertos.
Otro hecho singular fue en marzo de 1985, cuando secuestraron a 8 israelíes en Beirut y los asesinaron uno por uno. O el atentado en ese mismo año en el restaurante El Descanso, en España que dejó 18 muertos. Entre 1985 y 1986 regaron de bombas París matando a decenas de personas.
En el trágico listado están también el atentado de 1992 contra la embajada israelí en Buenos Aires (29 muertos) y el atentado contra la AMIA de 1994 (85 muertos).
En febrero de 2005 cometieron uno de los ataques que más divisiones produjo en El Líbano. Con un coche bomba mataron al exprimer ministro Rafiq Hariri y a otras 21 personas.
El movimiento islámico niega la mayoría de estos ataques, aprovechando que son difíciles de comprobar la autoría.
Cuál su poderío real
Hezbollah, que no oculta su lealtad ideológica y religiosa a Irán, de quien recibe un constante flujo de fondos, tuvo un ascenso meteórico. Pasó de ser una guerrilla insurgente a una fuerza de combate regional.
El propio Nasrallah reveló que actualmente el movimiento cuenta con unos 100.000 combatientes entre activos y reservistas.
La mayoría de ellos ganaron mucha experiencia luchando en Siria, donde fueron enviados por Irán para respaldar al régimen de Bashar al Assad. Sus milicias eran la avanzada contra los yihadistas del ISIS (Estado Islámico).
Luego estuvieron también apoyando a las milicias pro-iraní en Irak y Yemen, otros dos escenarios bélicos que le dieron entrenamiento y poder de combate.
En cuanto a su arsenal, dispone de armamento moderno y eficaz. Sus cohetes y misiles ya no son de mala calidad como hace dos décadas atrás. Ahora cuentan con artefactos de gran precisión que pueden llegar al corazón de Israel.
Vínculos con Hamás
Hezbollah es chiita y Hamás sunnita. Si bien hay fuertes divisiones entre estas dos corrientes islámicas, encontraron un enemigo en común: Israel.
Ambos, además, estuvieron enfrentados en la guerra de Siria. Hezbollah luchaba a favor Bashar al Assad, mientras que Hamás apoyaba a la oposición rebelde que buscaba su caída.
Ahora están unidos. Esto es producto del ingenio de los iraníes que supieron amalgamar estas dos organizaciones mediante un fin común y, obviamente, con un fuerte flujo de fondos.
Los expertos consideran que si Hezbollah se involucra en la guerra, se abriría un conflicto en varios frentes, con consecuencias impredecibles para Medio Oriente.
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