2024: El annus horribilis para los jubilados y la "eutanasia encubierta"

Para que alguien gane, otro tiene que perder. Ese parece ser uno de los apotegmas que queda como sello del primer año de gestión de Javier Milei. Los jubilados, sin duda, son los grandes (forzados) contribuyentes de la implacable motosierra libertaria en 2025, que literalmente los está borrando del mapa.

El veto a la movilidad jubilatoria en septiembre, que tuvo a los bloques aliados en el Congreso como grandes socios para sostener el alcance del decreto, y más recientemente el recorte a los medicamentos a los afiliados del PAMI, coronan la crudeza del ajuste a la clase pasiva en este 2024, que será recordado como el más vergonzoso para los ancianos de este país.

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El año que llega, no obstante, sigue con idéntica inercia. Según un informe de la consultora CEPA, con la fórmula previsional de Milei, en el trimestre diciembre 2024 - febrero 2025, la jubilación mínima con bono se ubicará 14,3% por debajo del último trimestre del gobierno anterior, y la jubilación sin bono se ubicará 3,4% también por debajo.

En cuanto al recorte a la medicación que los jubilados del PAMI recibían en forma gratuita, el desaire del gobierno nacional no fue tan solo con los afiliados a la obra social. Los miembros de la comisión de Salud y Acción Pública de la Cámara de Diputados se quedaron en vano esperando la comparecencia esta semana del ministro de Salud, Mario Lugones, y del titular del PAMI, Esteban Leguizamo para que den explicaciones por las medidas.

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El jueves, Amnistía Internacional emitió un duro documento titulado “12 meses de gestión, 12 derechos perdidos”. El organismo advirtió por los efectos del ajuste a los pasivos, subrayando el estado de extrema precariedad en la que fueron dejados por Milei. Aunque uno de los llamados de atención más severos fue el del el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, quien afirmó que la política de recortes de medicamentos en el PAMI es una “eutanasia encubierta” y consideró que “quien pensó esto no pisa la tierra”.