Fueron compañeros y mejores amigos de la infancia. La pareja cipoleña tiene otras increíbles coincidencias que comparten con LMC: “Era nuestro destino”.
Ella se llama Claudia, él Claudio. Ella nació un 30 de septiembre de 1973; el vino a este mundo exactamente ese mismo día apenas un par de horas antes (“a veces le digo en broma ‘respetá a los mayores’). Ella se crió en una casa del barrio Godoy de Cipolletti; él en la de enfrente. Ella iba a la escuela primaria 192; él también. Y compartían aula…
“Llegábamos siempre tarde porque la pasaba a buscar y la niña tardaba una hora haciéndose las trencitas”, recuerda él la simpática y tierna anécdota. Ella se ríe y se venga: “En ese entonces no me gustaba para nada, lo veía como un gran amigo”.
Los dos coinciden en que los unió “el destino”, que su increíble historia de amor estaba “escrita” de antemano y sorprenden con las coincidencias y casualidades que expondrán durante la charla a corazón abierto con LM Cipolletti. Hilo rojo en su máxima expresión…
Dos de sus tres hijos “son de libra como nosotros”. Se refieren a Franco, que nació el 24 de septiembre y a Carla Juliana, que lo hizo el 21 de octubre. Candelaria, en tanto, es la única de otro signo: “es capricorniana, del 3 de enero”.
Abrazados por momentos, tomados de la mano en otros, relatan el hermoso y asombroso camino recorrido juntos. En la vivienda hay un clima de armonía y el cariño mutuo se manifiesta a cada rato.
“Parecemos Un Novio Para Mi Mujer, la película en la que todos son de sagitario. Bueno, en casa de libra”, lanza con humor el histórico trabajador de ARSA.
“Yo vivía enfrente de donde vivimos hoy. Construimos en su casa una vez que nos juntamos. Nos quedamos en el mismo lugar de siempre. Muchísimos recuerdos de la zona, vecinos de toda la vida… Todo el mundo sabe de nosotros y se sorprende, jamás nos imaginaron en pareja, yo era inquieta, una especie de ‘pepita la pistolera’ y él más tranquilo”, acota su gran amiga de la infancia y a la vez amor de su vida.
Aprendieron a andar en bici juntos, jugaban en el barrio “a la casita, a las bolitas”, festejaban los cumpleaños en alguno de los dos hogares porque “nuestras familias eran amigas”.
Hasta que a los 15 “nos pusimos de novios”. Claudio fue el que encaró primero en su propio cumple en “un salón de mi tío, en la época en que se bailaba lento”. Y Claudia no dejó escapar la “presa”. “Un día él iba caminando con otra por el barrio y yo le dije, acompañame y obvio que vino”, recuerda con picardía cómo aseguró la conquista.
Ahí arrancó la pasión que se mantiene “intacta” tras 37 años de convivencia. Para no confundirse por los nombres similares, a él lo llaman por el segundo, es decir “Gaby”.
Ni ellos pueden creer tantas casualidades… “Hemos salido al mercado con amigos, en especial uno que hoy ya no está porque se lo llevó el Covid y los dos comprábamos por separado. Resulta que cuando juntábamos los carros teníamos las mismas cosas… O estamos en una reunión y decimos lo mismo”, señalan. La capacidad de asombro se ve superada todo el tiempo al escucharlos.
Cómo será de inusual su caso que Claudia rememora también una situación incómoda que vivió uno de sus hijos en la escuela a raíz de tantas y extrañas curiosidades.
“Mi hijo cuando era chico se mandó una macana en el colegio y le pidieron los datos de los padres. Cuándo les dijo los nombres y la misma fecha de nacimiento, la maestra lo retó: ‘Ah vos sos vivo, te voy a castigar’… Lo salvó su tía que era docente de la misma escuela y le pidió que se retracte a su compañera porque era todo cierto”, evoca entre risas.
Si hasta le han ganado “apuestas” a gente que desconfiaba de la veracidad de todo. “Sacamos el documento y a cobrar…”, celebran con un guiño de ojo.
Son el uno para el otro. “No recuerdo un cumpleaños solo, siempre juntos, compartimos amigos. Para ellos es horrible porque tienen que traer dos regalos jaja. A los 50 hicimos un hermoso viaje, cumplimos un sueño, viajar en Catamarán… Nos encanta pasear y seguiremos por esa senda. Eso sí, cuando uno ya no esté le arruinará el cumple al otro”, reflexiona Claudio con un gesto de lamento.
Claro que también tienen marcadas diferencias de personalidades. “Una de las cosas que quiero destacar es que somos distintos en muchos aspectos. Yo soy tranquilo, ella es un vendaval, no se queda quieta, siempre está haciendo cosas. Somos románticos, yo un poco más que ella, que es más resolutiva. Y muy compañeros. Mi hijo me dice siempre que cuando hacemos videollamadas estamos juntos”, resalta Claudito y meten un piquito.
Los escucha con admiración su hija mayor Carla (30 años), quien encabeza el emprendimiento Feria Bohemia y organiza cursos para emprendedoras y capacitaciones “una vez al mes”.
Volviendo a un amor sin igual, ella trata de encontrarle una explicación: “Yo creo mucho en la energía de las cosas, en Dios. También en el destino. Jugábamos a las figuritas juntos, corríamos carreras y él se enojaba porque yo le ganaba, remontábamos barriletes. Una tía de él que ya no está siempre me invitaba a su casa. Y acá nos ven, con una familia numerosa y siendo felices”.
El dramático accidente de las almas gemelas: “Ser unidos nos ayudó”
“Hace un año viniendo de Pehuenia nos agarró el hielo en la calzada y desbarrancamos, costó que nos rescaten. Ser tan unidos nos ayudó a sobrevivir. Nos fuimos 45 metros derrapando en un Gold Tren. Tuvimos que trepar para salvar nuestras vidas y un vecino de Aluminé nos rescató”, señalan sobre aquel dramático siniestro que protagonizaron.
No obstante, no le tomaron miedo a la ruta. “Si Dios quiere la semana que viene vamos a Santiago de Chile”, anticipan el planazo.. Nada es como ir juntos a la par.
El robo y la rifa: cómo ayudarlos
Hace poco, Claudia y Claudio fueron noticia porque les robaron los equipos de arquería. Son dos referentes de Los Tiburones, el equipo de tiro con arco cipoleño.
“Los sacaron de la camioneta cuando estábamos yendo a buscar un espacio para nuestra disciplina, antes lo practicábamos en el Corpofrut y ahora en calle San Martín. Estamos muy angustiados y tristes, cuesta mucho comprar los equipos de nuevo. Así que hicimos una rifa con muy lindos premios y andamos vendiendo numeritos”, afirman y juegan un ratito con Ara, la caniche de 20 años que también fue robada y tuvimos que “comprarla para recuperarla”…
“Es un capital muy importante lo de la arquería que a la vez no tiene poder de reventa. Mi arco era fucsia”, agrega en el final. Claudia y Claudio, dos almas gemelas y un amor que nunca claudicará…
Los datos para ayudarlos con la rifa
Premios: celular Motorola, una freidora de aire y 100 mil pesos en efectivo
Valor: 8 mil pesos el numerito. Sortea a mediados de Junio, “previo al Día del Padre”.
Contacto: teléfono 299-5939715
Mercado pago: clau.colibri.mp
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