Apasionado por las armas: es instructor de tiro y reveló que cada vez más mujeres se acercan a practicar
Gustavo Cofré, instructor hace 15 años, explicó lo que significa poseer y tirar con una pistola. "Hay gente que se confunde y ve al arma como otra cosa. Ve muchas películas", sentenció.
Desde que empuñó su primer rifle de aire comprimido en su niñez, no paró. Y el idilio se fue consumando prácticamente durante las distintas etapas de su vida. Gustavo Cofré tiene 52 años y desde hace 15 que es instructor de armas. Nacido y criado en Neuquén, reveló que son miles los neuquinos que tienen predilección por las pistolas, incluida las mujeres, que se acercaron más a la disciplina en los últimos años. Pese a los mitos, el tiro implica responsabilidad y genera camaradería entre quienes disfrutan de la adrenalina con olor a pólvora.
“El gusto por las armas comenzó desde chico, más o menos a los siete años. Mi viejo me compró un aire comprimido. Y por una cuestión laboral de él vivimos en Ingeniero Jacobacci en donde salíamos a tirar a un descampado. Esos fueron mis primeros inicios en este mundo apasionante que son las armas”, contó Cofré, quien posee su empresa de Telecomunicaciones, RF Solution Group.
Tendría que arribar a la etapa su adolescencia para realmente toparse con una pistola calibre 22 y emprender ese viaje que al gatillar despierta pura “adrenalina”. “Cuando comencé a tener otra mentalidad conocí el Tiro Federal Neuquén –ya no existe- y el polígono de Cipolletti Tiro Club, en donde comencé con mis armas y con el tiro como disciplina deportiva”, contó.
La primera arma de fuego que empuñó Cofré fue un 22 GMC, que ya se dejó de fabricar. “Tenía 21 años. Ahora la legislación cambió y a los 18 ya podés ser Legítimo Usuario. Uno de mis hijos es uno de los primeros Juniors federados”, explicó.
“En el tiro tenés varias disciplinas; tiro práctico (IPSC) e IDPEA, que es un tiro más en acción y movimiento, después está la disciplina olímpica con aire comprimido, la categoría abierta con fusil, tiro al platillo. Esto te da un abanico de poder ver un montón de cosas en las diferentes instituciones que tenemos en la zona” detalló
Justamente, entre Río Negro y Neuquén suman más de dos mil los tiradores que concurren a seis de los polígonos de la zona: Centenario Tito Club, Club de Tiro Diana, Tiro Federal Allen, Tiro Federal General Roca, Tiro Federal Villa Regina y Club Tiro Cipolletti, que este año cumple su 36° Aniversario.
Sobre la sensación que se puede sentir al disparar por primera vez, afirmó que es una descarga de “adrenalina” impresionante. “Un aire comprimido no tiene retroceso, ni ruido. Cuando tenés una arma de fuego, donde hay una combustión interna, ese primer tiro son un montón de cosas: miedo, te preguntás qué va a pasar, si va a patear (el arma). Cuando uno inicia a una persona, arranca con calibres bajos, un 22. Pero después no paras”, explicó eufórico.
Ningún tabú y ese filtro finito
Para Gustavo, las armas no fueron ni son un “tabú”. Su padre lo tomó como una disciplina deportiva, pero él se encargó de involucrarse más a fondo, y su fanatismo fue tal que decidió convertirse en instructor.
Actualmente, el neuquino es Instructor (ITB) de tiro con armas cortas y largas. Y capacita a personas para que obtengan la condición de Legítimo Usuario de Armas de Fuego: “Ahora quiero llegar a lo más alto que es SER Profesor Instructor. Nosotros ahora somos formadores, que es el primer inicio. Después llegaríamos a lo más alto, que es ser Formador de Formadores. Pasaría a capacitar Instructores “, explicó.
“Tenemos un legajo a nivel nacional en donde estamos registrados todos los instructores, porque tenemos una responsabilidad muy grande. A veces he tenido que decir que no (‘No apto’ para el manejo) y no darle la aptitud al tirador”, aclaró.
Precisamente, tras las charlas instructivas y manejos seguros que da cada instructor, hay gente que se confunde y ve al arma de otra forma. “Ven muchas películas” dijo al respecto. ”Queda en nosotros hacer el filtro finito. El psicológico y médico lo pueden pasar tranquilamente, pero cuando lo llevas a la línea de tiro empezás a charlar y se comienza a sondear cómo es la actitud del Legítimo Usuario”.
Cofré destacó que nadie es “dueño” de las armas, sino que son solamente “tenedores”. “Cada cinco años se hace una renovación. Y si por algún problema legal u otra cosa que suceda no se puede renovar (la credencial) tenemos la obligación de entregar o vender el arma”, aclaró.
Primera Asociación Patagónica y mujeres tiradoras
En medio de la pandemia de coronavirus se creó la primera Asociación Legítimos Usuarios de Armas del Neuquén (ALU) con Personería Jurídica. “Si querés defender los derechos nuestros como Legítimos Usuarios te tenés que sentar a una mesa de charla con el organismo. Si no tenés una Personería Jurídica, no deja de ser una charla de café. Hoy tenemos una voz”, aseguró. La asociación tiene como presidente a Jesús Almada y aún no cuenta con un espacio físico.
“En los clubes sucede algo lindo porque vamos en familia. Capaz que vas y hacés tres, cuatro tiros y después termina siendo una tomada de mate. Eso es algo que muchas veces no se ve de nosotros (los tiradores), esa camaradería, como hacer un torneo y terminar en el final comiendo una pizza entre todos”, acotó.
El Instructor aseguró que hay “muchísima” gente que se ha interesado. Por eso, la asociación en su grupo de WhatsApp ya tiene 250 tiradores. “No tengo la cifra exacta pero superamos los 500 en Neuquén. Tiradores somos todos. No hay diferencia si tenés una 45, un 22 o una escopeta doble caño”, expresó.
Por otro lado, enfatizó en el interés de las mujeres por incursionar en las armas: “Siempre hubo una idea que el tiro era un deporte de caballeros y ahora la mujer tiene mucha participación. Sumando todos los polígonos, son unas 50 mujeres las que concurren a tirar y también se acercan al Club Tiro Cipolletti para informarse. Mi hija tiene 20 años, estudia abogacía y ya tira con revólver. Mis otros dos hijos también tiran desde chicos. Primero lo hicieron con aire comprimido y después pasaron a carabina 22”.
Si bien explicó que una persona siempre comienza a dar sus primeros pasos con un calibre bajo, Cofré sostuvo que no “importa” si la persona adquirió en primera instancia una 9 milímetros. “No es una locura. Lo que tratamos nosotros es sacar vicios, de empuñe, de cómo agarrar el arma, de cómo apretar el gatillo. Y eso se saca con un arma de poco retroceso (la fuerza que se produce hacia atrás cuando se dispara) y después se va llevando a la persona. Los primeros tiros de un Legítimo Usuario no importa que los metas en un solo lugar del blanco, primero tiene que familiarizarse con el arma, conocerla, que sepa cómo retrocede. Los primeros tiros es quemar pólvora y a partir de ahí comenzás con un proceso de aprendizaje”.
Costos y preferencias
Cofré, quien ha sido también Instructor auxiliar de la Escuela de Policía y fue parte del curso provincial Coer de grupos especiales, comentó que el calibre más común que compra un individuo para aprender a disparar es un 9 milímetros. “Elige la 9 y también gente que compra revólveres 38 o un Magnum 357, que te cambia el largo de vaina", explicó.
“El hablar de calibres de alta gama es decir tengo una Smith & Wesson o una Glock y ya estás hablando de 1500 dólares para arriba. Una Smith & Wesson 686 es un relojito suizo, un placer escucharlo. Es un tema caro, pero nosotros no hacemos diferencia: si llegás con un arma de 2500 dólares o una barata (Pasper). Para comenzar con un arma tenés hablar de un costo entre 700 y 800 mil pesos más una caja de 50 municiones que ronda entre $40 y $50 mil pesos. La Policía de Río Negro utiliza la pistola italiana Tanfoglio que parte de los 800 dólares (oficial)”, agregó.
Generación y fanatismo
Su fanatismo por las armas tiene mucho que ver con una parte de su generación, según definió el neuquino, que en sus primeros años de vida vivió en Cipolletti y luego recaló en la calle Roca al 100, de Neuquén. “Creo que vengo de una generación donde los regalos de Navidad eran pistolas a cebita. Jugar al ladrón y policía, usar los montículos de tierra para cubrirse y disparar. Tuvo su influencia. A los siete años veíamos a través de un proyector la película Los Doce del Patíbulo, un clásico del cine bélico. Siempre los regalos tuvieron que ver con las pistolas y esas cosas”, dijo.
Consultado si los films como El Transportador han generado que ciertas personas tomen simpatía y se inicien en las armas, Cofré afirmó que eso “no” sucede. “Creo que viene desde la cuna. Lo han mamado de los padres. En mi caso, mis hijos de chicos me acompañaban al polígono. Estuvieron en el entorno, como ese padre que llevó al hijo a jugar al fútbol. Es un poco eso”, explicó.
Y luego ejemplifico: “El ‘No apto’ del que hablaba anteriormente es esa persona de las películas. Que se cree Rambo y piensa que va solucionar todo. Y en realidad, esa persona nos pueden generar un problema a todos los Legítimos Usuarios”, sostuvo.
Un tesoro y Los Intocables
La cantidad de armas que se puede tener depende de cada Legítimo Usuario: “No hay límite. Cada vez que subís en cantidad de armas cambian las medidas de seguridad que tenés que adoptar. Tenés hasta diez (armas) y a partir de ese número después te las observan para luego firmar una Declaración Jurada. Tenés que tener un armero con seguridad, amurado al piso, la seguridad se incrementa acorde a la cantidad de armas. Yo no voy a revelar la cantidad, pero tengo varios calibres”.
Entre las armas que atesora, reveló: “Tengo una escopeta que me la compré después de ver la película Los Intocables. Con suerte mi escopeta –la misma que utilizó Sean Connery en el film- tiene más de 100 años por el número de serie y fabricación, que es de 1918. Está original y eso no se vende porque es parte del patrimonio familiar. Fui a una armería conocida de Buenos Aires porque una vez me dieron ganas de venderla. Y el tipo que me atendió me dijo Llévatela. Esto se cae o se rompe la culata y te la tengo que pagar’. Son cosas muy difíciles de conseguir. Después está el tipo que tiene algo similar y tira unos tiros una vez año y la guarda. Si querés podés tener un fusil FAL pero tenés que tener un decreto de Nación para poder utilizarlo y es algo muy difícil de obtener”.
La libre portación o el último recurso
Los Legítimos Usuarios pueden trasportar su arma en su vehículo, pero para trasladarla hay una serie de requisitos que cumplir. “El traslado significa el arma sin el cargador y, el cargador sin las municiones. Puedo recorrer el país con mi arma en un bolso pero no la debo llevar en modo de uso inmediato. La legislación no lo permite”, explicó.
“Después si el ANMaC (Agencia Nacional de Materiales Controlados) te da la portación para civiles, estamos hablando de una portación oculta. Hay gente que tiene portación de uso inmediato -puede sacar y tirar- por el trabajo o porque vive en el medio del campo lejos de una unidad policial. Pero no cualquiera puede llegar a eso. En lo personal, no estoy a favor de la libre portación. Hay que tener mucha capacidad para llevar un arma en la cintura. Conozco gente y he firmado la tenencia para portaciones”, acotó.
Ante algún episodio extremo que lo llevara a sacar su propia pistola, Cofré contó que nunca tuvo que sacar su arma y efectuar un disparo ante un malviviente. “Nosotros les explicamos a los usuarios que el arma da una falsa sensación de seguridad. No tenés que ir vos a solucionar un problema. Hay que estar muy preparado y consiente de lo que vas a hacer. Al Legítimo Usuario le decimos que el arma no es lo primero que agarrás, sino lo último al ser necesario retener una agresión en tu domicilio”, destacó.
“Hay que agotar todas las otras instancias que es llamar a la policía, hacer disparar la alarma. Que el ladrón sepa que se tiene que ir. Vos no tenés quién te apoye en un enfrentamiento civil. Estás solo. Y no se hace como en las películas; creer que te ponés la capa de Superman. No. Superman vuela sólo en las películas. Siempre hacemos ese tipo de analogías para que sean conscientes de que no están preparados para esa situación. Hay que estar muy, muy preparado para tener un arma en la cintura y tomar la decisión de sacarla (en la vía pública). Una vez que sucedió eso, entras en otro mundo, son otras circunstancias que tenés que manejar y ver todo un entorno”, detalló.
Momento íntimo
Cofré aclaró que hay personas que tienen su momento a solas con su arma predilecta. “Somos muy mañosos y cada uno tiene su momento con su arma de preferencia. En el momento de limpiarla, lo hacés con mucho cariño y dedicación. Hay que tener mucho cuidado para no rayarla o golpearla. Somos bastantes mañosos. Por ejemplo, mi fusil es mío, está todo a mi gusto y es mío. Lo puede usar mi hijo pero no se puede modificar nada, no se toca nada y se guarda limpia. Es una satisfacción y el olor a pólvora es lo que nos gusta. Es el perfume nuestro”, reconoció.
Ante la mirada de personas que no ven con buen ojo a los fanáticos o aquellos que manipulan armas, Cofré confesó que "existe" esa observación. Sin embargo, ejemplificó: "Un auto también es un arma. No contemplemos un arma de fuego que es mala porque es una pistola. El arma no es mala, es malo el que está detrás del arma. La culpa tampoco es del auto, sino del que está atrás del volante y pisa a 15 personas. Siempre poner al arma en esa posición es lo más rápido. Pero si la guardás, no pasa nada", concluyó.
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