Asombroso hallazgo: un bosque petrificado escondido en la Cordillera neuquina
Fue descubierto por en un experto montañista durante una caminata recreativa que realizaba en compañía de algunos familiares.
La naturaleza es maravillosa, valiosa y sagrada. Como tal, siempre se encarga de mostrar su riqueza natural para que podamos apreciar y disfrutar de su majestuosidad. Así es que cada vez van apareciendo nuevos tesoros que merecen atención y protección por su importancia excepcional para el patrimonio natural y cultural. Una de estas joyas acaba de ser hallada en la región del Alto Neuquén, se trata de un bosque petrificado en plena Cordillera de los Andes.
El hallazgo, a cargo del reconocido montañista, apasionado por la naturaleza, Juan “Popeye” Contreras, podría convertirse en un magnífico atractivo turístico y científico para la región.
“Los bosques petrificados son paisajes fantásticos que muestran la belleza de la naturaleza. Se forman a partir de la preservación de restos de árboles y otros organismos por eventos climáticos, biológicos y geológicos”, describió el montañista a LM Neuquén. El descubrimiento se produjo en medio de una expedición con fines de recreación que encaró el montañista experimentado con algunos familiares.
Cómo se halló el bosque petrificado
“Hace unas semanas fui con mis primos a disfrutar de las montañas en una auténtica vida al aire libre. En parte de los trayectos recorridos encontramos varias piedras que parecían pequeños trozos de troncos petrificados. Seguimos caminando y encontramos un verdadero templo de plantas petrificadas”, relató con un énfasis delator de la pasión que siente por la montaña y sus secretos.
La escena que cautivó al experto se encuentra a unos 300 metros de altura en una pendiente de la Cordillera de los Andes, estimó. “Con mi prima Yanina Mardones siempre hacemos montaña, nos gusta todo lo relacionado al pasado y a lo natural. Hemos visto videos documentales donde se refiere a este tipo de registros, pero nunca se ha encontrado algo así de esta dimensión. Las plantas tienen 200 metros de largo y entre 4 y 6 de ancho”, afirmó Contreras.
El bosque petrificado fue descubierto en un terreno con un paisaje natural imponente, que muestra la transformación de la materia orgánica en roca. "Me parece asombroso descubrir este yacimiento porque estos vestigios indican que lo qué hoy conocemos como Norte Neuquino en un tiempo remoto fue quizás una selva de especies arbóreas gigantes como las que se observan en este lugar”, remarcó el montañista.
A renglón seguido añadió: “Lógicamente la pregunta que surge es en qué período fue, qué sucedió. Fue un cataclismo global, erupciones volcánicas o la caída de un meteorito. Sin dudas lo qué haya sido fue tremendo para petrificar tamañas plantas”.
El sitio en las alturas
El conjunto de plantas petrificadas fue encontrado en plena montaña de la conjunción de la Cordillera de los Andes que en el norte neuquino se hermana en algún punto con la Cordillera del Viento.
El sitio donde se ubican estas moles de piedra que alguna vez fueron árboles y que de cierta manera “murieron” de pie se ubica a gran altura.
Así lo destacó “Popeye” al decir que “lo que más nos llamó la atención es que este bosque de “plantas de piedra” está a una altura de unos 3.000 m.s.n.m. e indica que en alguna era pasada este lugar pudo haber sido una selva. Algo así como el Amazonas en tamaño, variedad y dimensiones”.
Apuntó también que “hay que imaginarse esos árboles de pie. El tema a determinar por los especialistas y científicos que puedan estudiar este sitio es qué sucedió. Si la caída de un meteorito o las erupciones volcánicas provocaron un impacto tan fuerte y tan grande que petrificó todo automáticamente y que todo quedara de esta manera que hoy lo vemos”.
El lugar del hallazgo
“Popeye” Contreras es un incansable andador de las huellas, los cerros, las montañas y los paisajes del norte neuquino, en compañía de su prima.
“Siempre salimos a la naturaleza a admirar las bellezas conocidas y también nos gusta investigar, buscar y potenciar lugares que permanecen en el anonimato y que al visibilizarlos podemos contribuir a saber que pasó en nuestra geografía en tiempos pasados”, contó el montañista.
En una de esas salidas al aire libre en la zona del Alto Neuquén, se dirigieron hacia el punto en el que la Cordillera de los Andes y la Cordillera del Viento se fusionan, adonde la belleza y majestuosidad de cada una se hermanan. En ese escenario descubrieron estos ejemplares de árboles gigantes que alguna vez formaron un bosque de considerables dimensiones.
"El bosque queda en cercanías de lo que se conoce como Laguna de la Leche. Para llegar, se debe atravesar Las Ovejas y Manzano Amargo hasta llegar al fondo, donde está la Cordillera de los Andes. Del lado izquierdo se ubica el límite con Chile y para el lado derecho está el bosque petrificado en una montaña. Más a la derecha de este sitio se asienta el mítico Volcán Domuyo”, precisó Contreras.
Al final, abogó por la difusión del sitio hallado. “Para mí, sería genial que se conozca este lugar, que se investigue para que sepamos en dónde estamos viviendo, qué fue esto en el pasado, qué sucedió y si sucederá algún día nuevamente algo similar”, postuló.
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