El Senasa levantó las restricciones para ingresar carne con hueso a la Patagonia. Esto significa la reforma de regulaciones que existen desde principios de siglo.
Después de 23 años de restricciones, se eliminó la normativa que prohibía el ingreso de carne con hueso a la Patagonia. Esta iniciativa busca equilibrar los precios al consumidor de los cortes de carne con hueso entre regiones. Ya que algunos podían llegar a valer el doble en el Alto Valle que en el resto del país.
Esta adecuación, definida en la Resolución 180/2025 publicada este martes en el Boletín Oficial, está en línea con las recomendaciones de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y establece pautas sobre la maduración, empaque, procesamiento y transporte de carnes, así como requisitos sanitarios específicos para el material reproductivo.
Según establece la resolución en sus considerando, los muestreos realizados por el SENASA en los últimos años "demuestran la ausencia de circulación viral en todo el Territorio Nacional". Además, argumenta que, teniendo en cuenta los resultados de una evaluación cuantitativa realizada por SENASA, "es posible asumir que el riesgo de ingreso de dicho virus a la Zona Libre de Fiebre Aftosa sin vacunación por ese medio es insignificante" y, por lo tanto, levantar las barreras no implicaría un peligro mayor para el ganado.
Una breve historia del combate contra la fiebre aftosa
En Argentina hay más ganado que personas. De acuerdo a la información relevada hasta el 31 de diciembre de 2022 por el Sistema Informático de Gestión de Sanidad Animal (SIGSA) del Senasa, en Argentina había, hasta ese momento, 54.242.595 cabezas de ganado bovino.
Según el portal educ.ar, durante muchos años, la fiebre aftosa fue una enfermedad endémica. Esto quiere decir que estaba presente de forma permanente en el territorio.
En 1990, en la Argentina se puso en marcha un plan de control de la fiebre aftosa y se designó al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) como el organismo responsable del control y la erradicación de la enfermedad. El 30 de mayo de 1997, el Comité Internacional de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) declaró a la Argentina país libre de fiebre aftosa que practica la vacunación. Esto significa que se reconoce la preocupación por controlar la enfermedad y que la vacunación es preventiva.
Para mantener esta calificación no pueden aparecer animales enfermos durante al menos dos años. Con ese reconocimiento, la Argentina pudo empezar a exportar carnes a países como Estados Unidos, donde no hay casos de aftosa desde 1929.
Sin embargo, la calificación de país libre de aftosa con vacunación exige que los productos se sometan a una serie de procesos cuyo objetivo es destruir cualquier virus de la aftosa que pueda permanecer en la carne. Por otra parte, la vacuna, que debe aplicarse dos veces al año, es muy costosa. Por todo esto era deseable avanzar un paso más y ser reconocido como país libre de aftosa en donde no se aplica la vacunación.
Para obtener esta categoría hay que suspender la vacunación y aguardar 12 meses, durante los que no debe aparecer ningún animal enfermo. Al mismo tiempo, se deben realizar controles periódicos en los animales. Así, en 1999 se suspendió la vacunación y en mayo de 2000 la Argentina pasó a formar parte de la lista de países libres de fiebre aftosa sin vacunación.
¿Qué es la fiebre aftosa y por qué se combate?
La fiebre aftosa es una enfermedad causada por un virus que infecta principalmente a animales de pezuña hendida, como las vacas, los cerdos, las ovejas, las cabras y los ciervos. Como su nombre sugiere, la enfermedad produce ampollas en la boca (parecidas a las que a veces sufrimos los humanos, llamadas «aftas»). Las ampollas también pueden aparecer en zonas donde la piel es delicada: las pezuñas y las ubres en las hembras.
Las ampollas en la boca impiden que los animales coman normalmente, de manera que pierden mucho peso. Además, el dolor causado por las ampollas de las patas les hace difícil trasladarse en busca de nuevos pastos, lo que empeora el problema de la alimentación.
En casos severos, la aftosa puede ser letal. Pero aun si el animal sobrevive, la pérdida de peso representa serios perjuicios para la industria ganadera y las lesiones en las ubres causan una importante disminución en la producción de leche, lo que perjudica así a la industria lechera.
Al ser un país con una fuerte presencia del sector ganadero, la erradicación de la fiebre aftosa ha sido parte clave de la agenda de la sanidad alimentaria en Argentina.
¿Cuándo se impusieron las restricciones sanitarias para la Patagonia?
En agosto de 2000 se detectó la entrada ilegal de animales provenientes de Paraguay a la provincia de Formosa (Argentina). Dado que Paraguay es un país libre de aftosa con vacunación, deben cumplirse una serie de medidas de vigilancia y de control de los animales que entran a la Argentina; esos controles no se llevaron a cabo.
Cuando los animales fueron revisados, se descubrió que algunos de ellos tenían el virus. Siguiendo las normas internacionales, se tomaron medidas para evitar que el virus se dispersara. Se sacrificó a 1.308 animales en la provincia de Formosa, 1.546 en Corrientes y 709 en Entre Ríos, "abarcando así la totalidad de animales susceptibles [de contagio] que estuvieron en contacto con los animales introducidos", según dice el informe de seguimiento del Senasa.
También se realizaron análisis en 6.245 vacas, que resultaron negativos. Los informes se remitieron a la OIE, organismo internacional que evaluó la situación y decidió finalmente mantener a la Argentina en la lista de países libres de fiebre aftosa sin vacunación.
La situación estaba controlada; sin embargo, tuvo un impacto comercial. Según detalla el portal educ.ar, la pérdida de ese volumen de carne argentina en el mercado internacional y el retraso en las negociaciones con nuevos mercados debido a la aparición del virus provocaron importantes pérdidas económicas.
Esto provocó que el 24 de mayo de 2001, mediante la resolución 58/2001 del Senasa se impusieran las barreras entre las regiones libres de fiebre aftosa en las que es necesaria la vacunación (como el norte del país) y las que la vacunación no es necesaria (la Patagonia). Además, se establecieron regulaciones para cada región del país por separado.
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