Sigue el debate por los precios de la comida en el mar. Cuánto pagó familia del Alto Valle por 10 platitos de rabas, mejillones, langostinos y otros manjares.
Quien no se antoja de probar unas deliciosas rabas y una rica picada de mariscos cuando viaja al mar. Para muchos, incluso, “si no como estos bichitos que tanto me apetecen, no son vacaciones". No por nada se lo considera el "plato estrella" en la costa rionegrina.
Pues bien, a fin de diciembre ya se había armado gran revuelo en redes sociales luego de un posteo de un turista bonaerense en el que mostraba los precios de la carta de un parador en la playa de Las Grutas.
El debate sobre si los precios son salados como el agua del mar o razonables continúa y ahora obtuvimos el testimonio de una pareja del Alto Valle que anda vacacionando en la ciudad balnearia y nos contó su experiencia.
¿Cuánto cuesta una picada completa de mariscos en Las Grutas?
“Cambiaron bastante los precios después de aquella nota de LM Cipolletti. Ahora querés comer una picada de mariscos y está, para 3 personas, arriba de los 70 mil pesos”, sorprendió con el dato una conocida comerciante orense.
Claro que siempre el que busca precio encuentra. Aunque sea algo más tentador en la relación precio calidad. “En San Antonio Oeste nos recomendaron un lugar en el que para 2 personas sale 55 mil pesos, pero re completa. Trae 10 variedades diferentes en platitos y nos regalaron uno más. Somos 4 y comimos bien la verdad, una variedad terrible. Ahí ya tiene otro color, no es que no nos duele pero un gustito hay que darse si viniste hasta acá”, resumió el sentir de la mayoría de los veraneantes.
No obstante, el que pregunta a los lugareños y camina la calle se las puede ingeniar para conseguir valores más razonables. Por ejemplo, esta misma familia llegó a una zona de "galpón en San Antonio Oeste donde hay varios puestitos". "Hay de todo y comimos los 3 por 35 mil pesos, rabas, empanadas de pescados, langostinos y papas fritas -foto- Eso no llega a ser una picada de mariscos pero muy rico también", comentaron, dando a entender que hay que correrse unos kilómetros de Las Grutas para comer más barato.
Y sí, este verano hay que surfear algunos precios en los lugares turísticos para que la estadía no sea tan breve...
La polémica inicial sobre los precios en Las Grutas
Cabe recordar que poco antes de que se marche el 2024 e inicie enero y, por ende, la temporada alta se armó un interesante debate en la red social X (ex Twitter) sobre los precios de la comida en Las Grutas, uno de los sitios patagónicos más elegidos.
El disparador de la discusión, en verdad, fue el planteo de un usuario bonaerense que subió incluso una carta de un parador con los valores de las distintas minutas y preguntó en público si eran accesibles o elevados.
“¿Los precios en Las Grutas, Río Negro, caro o barato?”, consultó en un tuit que estuvo acompañado de dos fotos: una del puestito de comida playero y la otra del mar.
Así se logró apreciar que la porción de rabas cuesta 15.000 pesos, lo mismo que la de langostinos apanados, las papas fritas $8.000, la picada de mar para 2 personas $35.000 y para 4, $60.000, los sorrentinos de jamón y queso $16.000, los tostados de 7 a 12 mil pesos, la hamburguesa con papas $12.000, el sándwich de milanesa $14.000 y el lomito completo $15.000, entre las principales opciones.
No se quedó con eso y también compartió luego imágenes de las cantidades de rabas y langostinos que traían las bandejas, como para que la gente dimensionara el tamaño y poder así fundamentar su opinión.
La gente opina, ¿caro o barato?
Pues bien, la publicación de Rena Piermarini ya reunió en pocas horas decenas de comentarios.
“Barato realmente, no sé qué onda la calidad”, fue la primera reacción. “4 puntos, pero no podés esperar mucho más de un parador”, respondió quién propició esta suerte de debate gastronómico a partir de su inquietud.
Y las opiniones estuvieron divididas, aunque con cierta supremacía de aquellos a los que les pareció “barato”. “Para parador está bien, hay más caros y más baratos”, “A comparación de Rosario está barato”, “lo mismo que un bodegón decente de Buenos Aires”, consideraron los que entendieron que las cifras eran razonables.
“Carísimo”, “¿Los tostados vienen con alarma?”, “leyendo que es parador de playa, poca calidad me parece mucho”, “Un robo”, le bajaron el pulgar los que interpretaron que los montos de las minutas eran excesivos.
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