Se define si Cristina juega como líder del PJ. En Neuquén, los militantes están rebelados. Se acabó la política del azote y algunos hasta se fueron con Figueroa.
Los representantes del PJ y el kirchnerismo en la provincnia de Neuquén.
La aparición de Cristina Kirchner en la escena político-partidaria, ahora para tomar las riendas del Partido Justicialista nacional, encendió una gran discusión entre los peronistas de Neuquén. Algunos, hasta tuvieron que desempolvar el cuerpo y analizar si están en condiciones de militar.
En estas horas, en la antesala al Día de la Lealtad, los llamados telefónicos y las advertencias en los grupos de WhatsApp, bajando línea para apoyar a “La Jefa”, no cesan. Esta maniobra, habitual en muchos partidos, pero sobre todo en el PJ, generó rencor y críticas entre las agrupaciones militantes, que quedaron huérfanas, sin oxígeno y con pocas ganas de hacerle la campaña a los líderes de siempre.
En Neuquén, Cristina siempre bajó el mensaje por la usina del parrilismo y sus intermediarios, que administraban los ánimos y hacían el casting para ocupar los cargos. Pocos tenían contacto con la líder, todo estaba tamizado por una cadena de intermediarios. Este sistema se replicó, incluso, a los municipios.
Pero el kirchnerismo no está más en el poder. Se desarmó, y los dirigentes padecen el “síndrome del príncipe (o princesa) destronado”. Creen que aún viven en la década ganada y no es así. Por el contrario, viven la peor de las pesadillas para el peronismo, que es la que se aparece todas las noches en los sueños: la de la motosierra de Javier Milei. Y en este escenario, el PJ busca reordenarse a nivel nacional.
Cristina: los avales, azote o persuasión
Aquellos peronistas que tenían una cuota de poder, ya no la tienen y dan órdenes para reclutar a una tropa que ya está desencantada con la política. Y que, además, está siendo perseguida por Nación en los organismos nacionales. ¿Porqué ser leal entonces? Es una duda.
A tal punto, que muchos se fueron con el gobernador Rolando Figueroa y no volverán ¿nunca más? al Partido Justicialista neuquino.
El revuelo es por la elección nacional del PJ en cargos nacionales. Es una decisión que no afecta directamente a los dirigentes ni cargos neuquinos. Cristina necesita juntar avales en el distrito Neuquén y pocos militantes quieren salir a cosecharlos.
Es que ya no rige la “política del azote”. En el peronismo se ha perdido las formas de persuasión a la militancia. Dicen que Cristina convoca sola con su imagen, pero eso es una verdad a medias.
Hay un operativo clamor por Cristina, que está en franca tensión con otros sectores del PJ, que buscan tener el control del partido, o de “la lapicera”, como se dice en el ambiente de la política, que es disponer del sello de la histórica Lista 2. Esto permite contar con una previsibilidad y un marco de alianzas para el 2025 y 2027.
El gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, “El gitano”, recorrió el país y estuvo en Neuquén, en un intento de juntar una tropa dispersa, y casi rendida por el nuevo escenario que propone Milei. En su recorrida se juntó con el presidente del PJ neuquino, Darío Martínez, quien casi pasó de largo, al apoyarlo, sacarse fotos y darle el apoyo en nombre de la unidad.
Es que a las pocas horas de sacarse la foto con Quintela, apareció Cristina en escena, el jueves pasado. Y el sábado a la noche, Martínez, rápido de reflejos, emitió un comunicado en apoyo a la expresidenta. Como si nada hubiese pasado.
¿Una tercera posición en Neuquén?
Sabe que si bien Cristina es resistida en el núcleo duro del PJ tradicional y algunos sectores gremiales, hizo una apuesta grande. Cristina tiene peso, y el golpe de timón del diputado provincial, era una de las pocas chances que tenía.
Quintela sostuvo que va a seguir en carrera, aunque para muchos peronistas ya se bajó de la pelea. Se habla hasta que podría aparecer Gildo Insfrán o de un acuerdo de unidad, con muchos heridos.
En Neuquén, habrá una semana de agite por el rearmado del PJ en torno a Cristina. Algunas agrupaciones como el Evita, a nivel nacional, están con la expresidenta, pero en lo local, hay un acercamiento a Quintela.
Es esperable que haya una “tercera posición”. De hechos ya hay reuniones de peronistas en todos lados en Neuquén que pide una autocrítica. Y eso incluye al gobierno de Alberto Fernández, puestos por la misma Cristina.
Como decía Axel Kicillof, se esperan escuchar “nuevas melodías”, aunque sea siempre de la misma vieja guitarra.
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