"Estamos mal, mal; y preocupados. No sabemos en qué condiciones nos van a entregar el auto", manifestó el vecino de Neuquén.
El pasado 25 de marzo, inspectores municipales de Tránsito le secuestraron un auto Volkswagen Bora a un joven trabajador de Neuquén, en las calles Rufino Ortega y República de Italia.
En esas circunstancias, el automovilista llevaba el vehículo a un lavadero. Lo había comprado hace poco luego de sufrir un hecho desagradable: la moto que tenía se la robaron en el barrio Gregorio Álvarez, y con el dinero que le pagó el seguro por la sustracción de su rodado más unos ahorros que pudo hacer fruto de su trabajo, pudo adquirir el auto usado en una concesionaria de esta ciudad. Incluso, con mucho esfuerzo todavía lo está pagando en cuotas.
Sin embargo, la facilidad de contar con un medio de movilidad para ir a su trabajo en Parque Industrial le duró poco, hasta que en un control los inspectores municipales retuvieron su rodado.
"Estamos indignados. Yo estoy mal, mal. Veo que el auto está retenido, guardado, sin motivo. Se lo sacaron a mi hijo porque les pareció que el escape no era el original. No sé qué hacer, cómo ayudarlo. Mandamos un correo. Ya pasaron los 7 días hábiles. Nos responden que puede tardar 120 días; y no sabemos si esos días los tenemos que pagar. Estoy mal, mal como padre. Mi hijo se levanta a las 4 de la madrugada para ir a trabajar a Parque Industrial, vuelve a la noche. A veces yo lo puedo llevar en la camioneta, otras veces no", expresó su padre Martín Barros, en diálogo con LMNeuquén.
El hombre aseveró que su hijo no se resistió al procedimiento policial. Se bajó del auto y lo entregó. Tampoco le dio positivo el test de alcoholemia. "Yo repudio los hechos de violencia como los ocurridos en la Isla 132 -cuando un grupo de jóvenes atacó a golpes a dos inspectores municipales-, pero no pueden meter a todos en la misma bolsa. Es injusto", manifestó el señor Barros.
La preocupación de la familia Barros crece día a día porque "no sabemos en qué condiciones lo van a entregar". Tienen miedo de que al momento de la entrega esté dañado o le falte algo. "No entiendo qué resolución están esperando tomar", se preguntó el vecino consultado.
Dónde tramita la causa
Pidieron explicaciones en el Tribunal de Faltas N°1, pero hasta la fecha no tienen más novedades. Los reclamantes aseguran que están dispuestos a pagar la multa y arreglar la situación para que el Bora sea restituido. "Hay que cambiar el caño de escape. Bueno, lo cambiamos. Pero dame la posibilidad de que devuelvan el auto a mi hijo", insistió el hombre.
En el caso, tampoco hubo otro problema que agrave la situación, como que le falte algún papel o documentación reglamentaria.
Desde el 25 de marzo a la fecha, la familia Barros envía correos a una dirección electrónica del Tribunal de Faltas con la expectativa de tener una respuesta positiva. "El reclamo es sobre un escape que supuestamente haría más ruido del que está permitido. No hay otra cosa detrás que tenga que ver con los papeles, alguna multa o un asunto pendiente. El auto está transferido a nombre de mi hijo y no tiene deuda. Está asegurado y tiene licencia vigente", sostuvo.
Por un caño de escape
También hizo la aclaración de que al momento del secuestro, los inspectores le indicaron a su hijo que acelere el auto. Es decir, no tomaron los decibeles con algún dispositivo. Mientras tanto, reiteró que ya pasaron "un montón de días" y su hijo necesita el auto "para ir a trabajar" hasta Parque Industrial.
Se levanta a las 4 de la mañana y vuelve a las 21 horas; y surfea el inconveniente con una bicicleta. "Estamos muy mal con esta situación. Hay justicia para unos e injusticia para otros", cerró la familia Barros, con la ilusión de que se pueda tener en cuenta su pedido.
El titular del auto secuestrado es un joven trabajador que lo compró con sus ahorros más el dinero que le pagó un seguro por el robo de su moto.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario