Dos hermanas neuquinas son fanáticas de Harry Potter y abrieron un local exclusivo de accesorios "mágicos"

Las hermanas Mai y Micaela Toledo crecieron muy cerca del universo de Harry Potter. Como a su papá le gustaba la saga, solía proyectar las películas en su casa de Neuquén, sin saber que iba a sembrar en ellas un fanatismo que trascendió los límites de su casa para llegar hasta un local de Santa Genoveva, que hoy es el primer espacio exclusivo para los fanáticos de ese mundo mágico creado por J.K Rowling.

Desde hace un mes y medio, un pequeño inmueble de Islas Malvinas al 300, detrás del Cementerio Central de Neuquén capital, es el punto de encuentro para aquellos que buscan accesorios o artículos típicos de la saga, ya sea para ostentar su fanatismo con orgullo para regalar algún objeto relacionado a otros lectores de los libros que se convirtieron en un fenómeno a nivel mundial.

"Todo empezó por mi papá, que tenía las películas, en ese momento en CD, y siempre las ponía en casa", relató Mai Toledo a LMNeuquén. A medida que crecieron, las dos se empezaron a interesar más por la trama. "Yo empecé a verlas en inglés porque quería escuchar las voces originales de los actores", agregó Micaela. "Después nos enteramos de que existían los libros y también empezamos a leer y aprender mucho más sobre ese mundo", expresó.

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Claudio Espinoza

El fanatismo de las hermanas, que hoy tienen 21 y 19 años, se mantuvo por años. Sus amigos ya conocen sus gustos y solían regalarles accesorios u objetos relacionados con el niño mago, porque sabían que eran los regalos más esperados en cada cumpleaños o celebración. Sin embargo, acceder a los artículos oficiales de la saga se hacía difícil en Neuquén, que no tenía demasiada oferta de accesorios vinculados con el mundo mágico creado por la autora británica.

Cuando la familia viajó a Brasil a buscar a Micaela, que había vivido un tiempo en ese país, aprovecharon las salidas turísticas para descubrir otros artículos de Harry Potter. "Ya veníamos pensando la idea, y ahí nos decidimos a comprar algunas cosas que acá no se conseguían", dijo Mai y señaló, por ejemplo, cajas de lápices de colores exclusivos de Harry Potter que tenían leyendas en portugués.

Esas compras en el extranjero fueron el puntapié para animarse a pensar en un local. Y el emprendimiento avanzó a toda velocidad hasta abrir sus puertas en los últimos días del verano. "Mi hermana vio un anuncio de este local en alquiler y el mismo día ya lo reservamos", contó Micaela sobre el desenlace de su proyecto.

Pronto, se pusieron a trabajar para convertir esos metros cuadrados sobre calle Islas Malvinas en un refugio para los fanáticos del mago juvenil. Además de plotear las vidrieras con los logos de las casas de Hogwarts, agregaron frases inspiradoras, carteles de prisioneros de Azkaban y hasta gigantografías del actor que encarna al personaje en las películas. Sobre el piso de madera, pegaron las huellas del "Mapa del Merodeador", otro de los artículos mágicos que aparecen en la saga.

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Claudio Espinoza

"Estamos sorprendidos con lo rápido que se fue divulgando", contó Micaela que, junto con su hermana, solía pararse en la puerta del local las primeras semanas para repartir folletos y atraer clientes, con su propio entusiasmo a modo de publicidad. "Al principio pensábamos que no nos prestaban atención, pero después volvían a pedir algún regalo o por algo que les había interesado", relató.

Aunque esperaban que los clientes fueran sólo jóvenes de su edad, se sorprendieron al notar que hay clientes de todo tipo. "Vienen niños porque les llaman la atención los colores y a veces nos dicen que los padres son los que leyeron los libros", explicó Micaela, que se autodefine como la más fanática de si familia.

Un refugio para los fanáticos de Harry Potter

Las hermanas decidieron bautizar como "Fans Always" a su comercio, porque el cariño por la saga, que muchas veces inicia en la infancia o en la juventud, parece acompañar a los lectores durante décadas, e incluso trascender generaciones, como en el caso de los Toledo. Y así lo ven también en sus clientes, que no tienen una edad determinada.

¿Qué se puede encontrar en el local? "De todo", dijo Mai entre risas. Y es que los clientes que llegan por una búsqueda específica se entusiasman al ver la variedad de artículos que hacen referencia a Harry Potter, desde remeras, gorros o medias hasta otros objetos más específicos, que incluyen varitas mágicas o colgantes "giratiempos".

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"Lo que más se llevan son las bufandas, pero también muchos accesorios que son de uso cotidiano pero están personalizados de Harry Potter", destacó Mai. Por ejemplo, se eligen cuadernos, tazas, botellas de agua y hasta mates decorados con motivos alegóricos. También accesorios o pines, que son un elemento distintivo elegido por los fanáticos para decorar su mochilas o abrigos.

Con un mes y medio de experiencia como comerciantes, las dos hermanas fueron aprendiendo los gustos de la clientela. "Nos pasó que trajimos una varita de sauco, que es la más pedida, y la vendimos ese mismo día; después seguía entrando la gente a preguntar por la misma", relató Mai.

De a poco, van sumando artículos al local, que se nutre de productos oficiales de la franquicia de Harry Potter y también de otros productos propios, como los scrunchies para el pelo, que confecciona la mamá de las jóvenes. A futuro, quieren sumar juegos de mesa de la saga, como rompe cabezas o tableros de ajedrez, y también túnicas o corbatas para los que quieran disfrazarse como los magos de las películas.

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Pese a que todo el universo se sustenta en los siete libros iniciales publicados por la autora británica, en Fans Always todavía no hay ejemplares de la historia. La idea es sumarlos a futuro: "Nos gustaría dejar libros en exposición para los que quieran pasar y quizás leer algunos párrafos", explicó la vendedora.

En apenas un mes y medio de actividad, ya ganaron reconocimiento entre los "Potterheads" y avanzan con puro entusiasmo con el nuevo emprendimiento, en el que no descartan agregar también algunos artículos de El Señor de los Anillos u otras sagas de fantasía. "No son lo mismo pero recibimos muchas consultas porque son mundos relacionados", aclaró Mai.

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Micaela estudia Ingeniería Química en la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) y combina los estudios con la atención en el local, mientras que Mai también lidera la presencia digital del emprendimiento. A las dos las atraviesa el mismo fanatismo por la saga y un entusiasmo tan grande que dedican buena parte de sus días a su nuevo proyecto. Así, dejan las puertas abiertas hasta las 8 de la noche.

Un accesorio que es un pedacito de magia

Aunque ya pasaron décadas desde la publicación de los libros que causaron un fenómeno de ventas, las películas, videojuegos y parques temáticos de ese mundo mágico renovaron el fanatismo en otras generaciones y hasta marcaron la posibilidad de hacer precuelas y series relacionadas con el universo de Hogwarts.

Así, los que cruzan la puerta del local en calle Islas Malvinas suelen saber mucho de ese mundo mágico y piden artículos específicos. "Hay muchos que piden cosas con los colores de Gryffindor, porque es la casa de Harry Potter, y la que menos nos piden es Ravenclaw, que es la azul", aclaró Mai, mientras señalaba almohadones y billeteras identificados con cada casa del colegio de hechicería.

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Para Mai y Micaela, tener un producto de Harry Potter es como tener "un pedacito de magia en las manos", porque esos artículos los transportan a las historias y valores que se plasman en los textos. También son, en realidad, una forma de identificación, que lleva a los fanáticos a reconocerse y definir su propia identidad a partir de las cosas que más les gustan.

Por eso, eligen y ofrecen cada artículo con cuidado, para satisfacer los pedidos de todos los fanáticos con productos innovadores, curiosos o con sentido del humor. Y a medida que su local crece, también lo hace su sueño de emprender, desde el amor por un libro que quieren compartir con otros fanáticos de la región.