Los trabajadores del Parque Nacional Lanín y pobladores de la zona mostraron cómo afectó el fuego a los animales del lugar.
Después de más de un mes de intenso combate contra las llamas, el incendio forestal de Valle Magdalena quedó contenido y se rehabilitaron las actividades en el sector. Sin embargo, el territorio afectado, de más de 25 mil hectáreas, era también el hogar de muchos animales, que hoy quedan expuestos a más riesgos por la destrucción de sus refugios y su fuente de alimento.
Desde el Parque Nacional Lanín (PNL) explicaron cómo impactó el incendio en los animales que habitan en la zona. Los más afectados fueron los pequeño mamíferos, que no encuentran ahora dónde refugiarse. La disminución de su especie también genera complicaciones en el resto de la cadena alimenticia, ya que estos pequeños animales servían de alimento para otros más grandes, de hábitos carnívoros.
"Los incendios forestales pueden tener un impacto tanto en animales vertebrados como invertebrados, por ejemplo, muerte de individuos, perdida de su hábitat, territorios, refugio y alimentación", explicaron desde el PNL.
"La pérdida de fauna por incendios forestales va a depender de la velocidad del viento, las cargas de combustible, el contenido de humedad de la vegetación, la época del año y el tamaño del fuego, entre otros", indicaron.
Y agregaron: "En las zonas quemadas se reducen las poblaciones de mamíferos pequeños, anfibios y reptiles, debido a la dificultad para encontrar nichos después de los incendios. Además, la disminución de la densidad de pequeños mamíferos como los roedores puede influir negativamente en el suministro de alimentos a los carnívoros, tales como el zorro y de aves rapaces".
"Los grupos más afectados son probablemente los anfibios, reptiles y pequeños mamíferos que presentan movilidad reducida. Por otro lado, las especies de rápido movimiento presentan problemas a medida que tengan que competir por recursos fuera de sus hábitats originales. Tal es así, que debido al cambio de nicho los individuos sobrevivientes pueden ser fácilmente cazados y sufrir de escasez de alimentos", agregaron.
Los trabajadores de Parques Nacionales y los pobladores de la zona de Valle Magdalena realizaron recorridas por la zona afectada por el incendio forestal, que tuvo una magnitud sin precedentes para el patrimonio natural de Neuquén. En sus caminatas, registraron algunos de los daños que quedaron tras el incendio, con araucarias quemadas, animales muertos y otros que recorren el sector quemado en búsqueda de una fuente de alimento cada vez más difícil de encontrar.
Las veranadas quemadas
El incendio forestal afectó los bosques nativos y zonas de veranada, donde los crianceros dejaban a sus ovejas, chivos y vacas para pastar. Un registro fotográfico de uno de los brigadistas mostró cómo murieron algunas ovejas que fueron alcanzadas por las llamas en estos sectores.
Por otro lado, se supo que algunos animales huyeron del humo y se refugiaron en otros mallines, por lo que se tuvo que trabajar en identificarlos para devolverlos a cada criancero.
En una recorrida por la zona, el brigadista realizó un registro fotográfico muy impactante. Donde había un puesto de veranada, solo quedaron cenizas y algunos utensilios y artefactos de cocina calcinados por el fuego, como la pava derretida que todavía se puede apreciar arriba de una estufa.
La familia que residía en la zona pudo abandonar su vivienda justo a tiempo y está a salvo. Pero las 26 ovejas, aproximadamente, que tenía, no tuvieron escapatoria. El fuego las acorraló y murieron. "Muy triste, la verdad. Se me cayó más de un lagrimón. Hay crianceros a quienes les faltan vacas...puede ser que estén en otro lugar", manifestó.
El huemul, pocas veces visto en el Parque Lanín
El incendio forestal significó un retroceso para la conservación de la fauna. Como paradoja, mientras los combatientes luchaban contra la voracidad del fuego, el mismo Parque Nacional Lanín celebró un hito para el bienestar animal, ya que registraron por primera vez en décadas un ejemplar de huemul.
El 1 de marzo, se informó que el personal técnico, científico-técnico y guardaparques de Argentina y Chile están intentando capturar al ejemplar para cambiarle el collar. Al hacerlo, podrán seguir sus movimientos en los próximos tres años.
Newen Che es un macho que nació en libertad en la Reserva Biológica Huilo Huilo de la Región de los Ríos, Chile. Tiene un collar con el cual siguen todos sus movimientos desde el vecino país, pero deben cambiárselo para seguir monitoreándolo.
El huemul, un ciervo andino en peligro de extinción, es un símbolo de la biodiversidad de la región y su regreso marca un punto de inflexión en los esfuerzos de conservación. La especie, que había desaparecido de la Provincia de Neuquén y la Región de Los Ríos en Chile durante la década de los 80, ha encontrado nuevamente un corredor biológico que le permite habitar su ecosistema natural.
Nicolás Ferreyra, jefe a cargo del departamento de Conservación y Manejo del Parque Nacional Lanín, detalló que el avistamiento ocurrió ayer después del mediodía durante una recorrida efectuada por el guardaparque Patricio Garrido. “Sabíamos que este ejemplar -denominado Newen Che- estaba dando vueltas en el límite (entre ambos países)”, informó.
“Este ejemplar es un macho que nació en libertad, con lo cual es silvestre ciento por ciento”, agregó. Tiene un radio collar con el que siguen sus movimientos desde Chile y desde hacía unos días habían advertido que estaba dando vueltas por la zona de frontera. “Los ejemplares juveniles suelen ser los que más exploran”, acotó.
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