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El estacionamiento en la ciudad de Neuquén no tiene solución

El Perito en Accidentología Vial y Técnico Superior en Seguridad y Accidentología Vial, Eduardo Prueger, analiza una de las problemáticas de la capital provincial.

Por Eduardo A. Prueger*

Como dice el refrán: “si no tiene solución no es un problema”. El estacionamiento en la ciudad de Neuquén no tiene solución. La ciudad, como cualquier otra, tiene una capacidad limitada para responder a la demanda de los vehículos particulares: no se le puede pedir más. Aunque cada tanto reaparecen viejas ideas, no dispone de más espacio público para estacionar.

Se puede pensar en otras medidas, como cambios de sentido de circulación, modificación de la avenida Mosconi, apertura de cruces para reducir los tiempos semafóricos y tener más calles de un solo sentido de circulación, mejor aprovechamiento de la calle 12 de septiembre para mejorar la comunicación oeste-este y viceversa. Incluso se podría incorporar una doble vía ferroviaria para el tren de pasajeros que comunique el Alto Valle, etc.

Esto mejoraría la fluidez y la comunicación, pero no el estacionamiento. A las ocho de la mañana ya no hay lugar a 15 cuadras del centro, desde calle Bouquet Roldan al Oeste y hasta calle Camino al Este.

Estacionamiento en Olascoaga (3).JPG

Hay 267 mil automóviles patentados en la ciudad y 40 mil que entran por día desde el área Metropolitana, es decir, desde Cipolletti, Plottier, Centenario, Senillosa y Cinco Saltos. A esto se le suman los camiones mosquitos con autos 0 km. que ingresan todos los días.

¿Qué capacidad de estacionamiento tiene la Ciudad? ¿Cuántos automóviles estacionados entran por cuadra? Respondamos a las preguntas con una simple cuenta:

estacionamiento en neuquen.jpg

Si le descontamos un 30% de espacio destinado a garages (sin contar dársenas de carga y descarga, peaje, paradas de colectivos, etc):

20 autos – 6 (30% de garages) = 14 autos

El microcentro representa 20 x 20 cuadras = 400 cuadras

400 cuadras x 14 autos = 5.600 autos

Es decir, la ciudad de Neuquén en el microcentro tiene una capacidad de estacionamiento de 5.600 autos y tiene 300 mil tratando de estacionar.

Desde el punto de vista del comerciante parecería ser más importante la circulación del peatón en relación a la posibilidad de estacionamiento. Un ejemplo claro es lo que muestran algunas mediciones hechas en la ciudad, como el caso de la calle Rivadavia esquina Avenida Argentina, donde la cantidad de peatones respecto de la cantidad de espacio para estacionar es de 100 a 1. Es decir que, por cada automóvil que puede estacionar frente a un comercio, hay 100 personas que pasan caminando frente a su local. Esta diferencia posiblemente sea mayor en la zona comercial del bajo neuquino, donde se puede observar un mayor movimiento peatonal. Todo esto sin desconocer que existen otros requerimientos que preocupan al comerciante, como la cuestión de la distancia en las que se pueden ubicar las dársenas de carga y descarga respecto de su local.

Por otro lado, el porcentaje de renovación del estacionamiento es bajo porque los lugares de estacionamiento llegan a estar ocupados toda la mañana, y más también, por quienes trabajan en la ciudad. Esto sin contar los que viven y estacionan en la zona céntrica todo el día.

Tránsito Neuquén.jpg

Entonces, lo que la ciudad necesita no es más estacionamiento, porque no hay estacionamiento que pueda cubrir esa demanda. Aunque quieran construir 20 playas de estacionamiento o el disparate de construir edificios solo para autos estacionados no solucionaría el problema.

Lo que observo es la vigencia de un paradigma que nos hace pensar el ordenamiento de la ciudad, ubicando en un lugar prioritario las necesidades del automóvil particular por sobre las necesidades de los peatones (niños, ancianos, embarazadas, personas con diferentes tipos de limitaciones, etc). A lo mejor, serviría pensar que el espacio público es de la gente, del peatón, y un automóvil estacionado privatiza el espacio público, ocupando 12.50 m². Aunque pague por usarlo, representa un uso ineficiente del espacio. Es decir, los estacionamientos en la calle pueden ocupar un espacio valioso que podría destinarse a otros usos, como carriles para bicicletas o áreas peatonales.

Tarde o temprano llegaremos (forzadamente) a una ciudad más peatonal. Con desplazamientos alternativos combinados que disuadan el uso del automóvil particular, junto con una administración de la movilidad con ingresos escalonados a la administración pública, tal vez, con horarios bancarios similares a los de Buenos Aires.

Otra opción puede ser implementar sistemas “Park & Ride”: Estos sistemas permiten a los conductores estacionar sus vehículos en las afueras de la ciudad y utilizar el transporte público para llegar al centro, junto con restricciones de estacionamiento en áreas céntricas: limitar el estacionamiento en la calle y priorizar el acceso para residentes y vehículos de emergencia puede reducir la congestión y mejorar la movilidad.

Colectivos - paradas.jpg

Hoy podemos decir que el transporte público de la ciudad de Neuquén funciona muy bien. Colectivos nuevos, aire acondicionado, buenos asientos y con una aplicación que te permite planificar tu viaje y ver alternativas de líneas y combinaciones desde tu ubicación.

Pero el caos vehicular y las congestiones en las vías van a ser cada vez mayores mientras no se distribuya o desconcentren los grandes atractores del tránsito y mientras sigan habilitando la construcción de mega edificios en una zona que ya está colapsada, destruyendo espacios verdes, cementando todo a su paso y avanzado sobre zonas protegidas de la barda.

Claramente, se necesita un modelo nuevo de pensar la ciudad, como propone Tonucci (1996) “los ciudadanos sufren los males de la ciudad, pero parece que no quieren, por lo menos de manera explícita, que la ciudad cambie”.

En tanto que se siga mirando desde la óptica de la falta de estacionamiento o del vehículo particular, este problema no tendrá solución. En cambio, hay que correr el foco de la cuestión y diseñar un plan estratégico urbanístico desde las necesidades peatonales: promover medios de movilidad saludables, como caminar y andar en bicicleta; reducir la contaminación del aire y del ruido; mejorar la conectividad entre los diferentes barrios de la ciudad; y diseñar espacios urbanos acordes a las nuevas perspectivas de ciudad.

¿Qué tipo de ciudad queremos? Es la pregunta.

*Lic. en Criminalística; Perito en Accidentología Vial; Técnico Superior en Seguridad y Accidentología Vial; Exjefe de División de Estudios de Proyectos Viales de la Municipalidad de Neuquén (2006-2008).

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