Lucas cumplió el sueño de conocer al plantel de River en San Martín de los Andes gracias a su amigo Theo Pastoriza, referente nacional del deporte adaptado.
En medio de la pretemporada de River en San Martín de los Andes, Lucas, un niño con ataxia conoció a los jugadores del plantel y su amigo Theo lo acompañó. El encuentro que emocionó a los niños con discapacidad generó gran emoción, aunque puede parecer sencillo. Pero qué motivación tuvo y el trasfondo, atraviesan a Alan Pastoriza, el papá de Theo, conocido por construir estructuras de skate adaptado y promover la inclusión en el deporte.
Ilusión, alegría y desazón, fueron emociones experimentadas por Alan, que en diálogo con LMNeuquén, recordó: "le escribí a todos mis contactos a ver si podían cumplirle el sueño a Lucas, ídolo de River y nos costó tanto que ya había bajado los brazos" pero destacó la serie de colaboraciones que suscitó el final mágico: "pudimos cumplir el sueño de un amigo, no solo eso, también pudimos acompañarlo y darle unos ricos obsequios gracias a casas locales de alfajores y chocolates".
Cuando Alan le mandó la invitación al padre de Lucas, pensó que quizá no viajarían por la distancia y la situación porque el niño, que tiene una enfermedad compleja, salía de una internación. Pero Raúl Quiroga y su esposa Isidora manejaron entusiasmados los 406 km desde Allen hasta San Martín de los Andes: "fue un día muy importante como hinchas de River porque ingresar a donde estuvimos junto a los jugadores, la verdad fue emocionante y va a ser único un acontecimiento así en la historia de nuestra existencia".
Los caminos del deporte adaptado extremo
Por la fuerza que la familia de Theo le puso a gestionar que Lucas pueda conocer a sus ídolos de River, podría pensarse que llevan mucho tiempo de amistad. En cambio, se conocieron casualmente hace solo tres meses en un evento de San Patricio del Chañar donde fueron a hacer una demostración de deportes adaptados.
Pero la familia de Theo es así, cuando encuentran a alguien que tiene una condición distinta, los motoriza generar una alegría intensa y abrir el juego a todas las personas posibles. Así desafían la imagen estereotipada de que una persona con discapacidad tiene que estar postrada y recibir únicamente tratamientos médicos, entonces, ¿por qué no adrenalina?
"Llevé todo lo que tenía, fuimos en dos autos, uno con las cosas, y otro con Theo. Cuando llegamos allá le prestamos las cosas a la comunidad para que prueben de manera libre", explicó Alan y ahí conocieron a Lucas, quien se prendió en la propuesta. "Yo me encargué de llevarlo a él en la estructura, y justo estaba un amigo que se encargó de llevar a Theo, así que hicimos skate juntos y me llenó el alma, fue sentirnos feliz de conocernos y quedaron momentos relindos de recuerdo".
Distinto fue el reciente encuentro en el club, donde Alan resaltó las dificultades y trabas burocráticas, que casi hacen que se queden sin disfrutar juntos el encuentro. También lo asoció con otros episodios como la participación del reconocido entrenador del seleccionado argentino de fútbol en la carrera de ciclismo Gran Fondo que abarca 110 km: "fotos de Scaloni por todos lados, pero no de dos personas con discapacidad que recorrieron los 7 Lagos con bicicleta adaptada, hicieron más esfuerzo que cualquier otra persona".
Sin dudas, su experiencia lo lleva a sostener que el egoísmo y la discapacidad no deberían ir de la mano, y que el valorar los caminos del deporte adaptado nos cambia como sociedad y como seres humanos.
Por eso, reflexionó: "ojalá se pueda solucionar que cuando venga un club abran un espacio para compartir, hay muchos niños que tiene ese sueño, no solo Lucas, que encima tiene una historia clínica bastante jodida y fue su mejor regalo, que lo acompañe Theo".
Modificar las estructuras, disfrutar el deporte adaptado en familia
"Quiero que disfruten todo lo que conseguimos a lo largo del tiempo con el skate", manifestó Alan, quien a sus 38 años le dedica su vida a su hijo Theo. Cumplirá 11 años en febrero, pero al tener un desarrollo cognitivo mucho menor por microcefalia, es como si tuviera 1 año. Cuando hablar de motivación para generar un bienestar para su hijo, siempre remarca que se trata de beneficiar a la comunidad entera. En este sentido, se mostró contento con su trabajo en el skate park público en Chacra 4, donde trasladó una rampa abandonada, instaló y un banco prepara un baño.
Su esposa Gisela Biscotti trabaja en el hospital público todos los días, un turno de ocho horas, él hace fletes, eso les permite acomodar sus rutinas para estar con Theo. Desde que fue diagnosticado con microcefalia, el niño recibe fundamentalmente el apoyo de su familia, junto a su hermano Thiago, de 14 años, y también de docentes, deportistas, herreros, y gran parte de la comunidad.
Gracias a tanto moverse por el país fomentando el deporte inclusivo, van tejiendo redes que le valieron el reconocimiento que cruza fronteras. En el trayecto que hicieron con el skate adaptado tienen tres estructuras que son para diferentes tipos de condiciones, una es de la escuela técnica de Roca donde participó de las prácticas profesionalizantes: "la idea era que una de las dos fuera para nosotros poder seguir ayudando también" y señaló que además lograron gestionar dos bicicletas adaptadas en una casa de adultos mayores en San Martín.
De esta manera Theo cumplió el sueño de practicar skate, pero su crecimiento los hace planear futuras actividades: "ahora es entender qué es lo que sigue, porque se pone cada vez más grande y no sabemos hasta cuándo lo voy a poder asistir en skate o snow board, entonces es encontrar todos los deportes que podría hacer el día de mañana".
Hacer el click y Adaptados, un documental
El 2025 está copado por el proyecto de apoyar a Theo a lanzarse a experimentar nuevos deportes, y por supuesto, siempre acompañados por el deseo de mostrarle al mundo las posibilidades de adaptarlos. A través de las redes sociales comparten sus aventuras cotidianas por San Martín y los viajes que han realizado por distintas provincias e incluso Brasil. Pero además, con el gran volumen de material de archivo que generaron a lo largo de los diez años de desarrollo de Theo en el deporte adaptado, también realizan un documental llamado Adaptados, sin límites que busca provocar un cambio social y cultural colectivo.
El audiovisual se sostiene con el aporte de la comunidad y reconstruye no solo la vida de Theo, sino también la de su familia. Uno de los momentos más complejos de escenificar es el proceso de transformación que hizo como padre cuando, tras el nacimiento de su hijo, no alcanzaba a tomar dimensión de lo que implicaba para él la discapacidad. "Cuando lo acompañaba a los tratamientos, fui viendo como los profesionales trabajaban en la estimulación hasta que hice un click, pude entender cómo tenía que hacer para ayudarlo".
Su búsqueda personal como papá lo llevó a tomar el camino de la acción y profundizar en los deportes extremos. Theo desarrolló un especial placer por la adrenalina evidenciado en su contagiosa sonrisa cuando está inclinado sobre el skate y toma velocidad. Ahora que buscan alternativas en el paddle, descenso en bicicleta, kayak y fútbol, Alan se ríe al explicar que Theo se engancha donde encuentra mayor desafío y bromea: "Si lo ponés arriba de una Fórmula 1 va a estar chocho, necesita activar mucho más".
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