Elecciones 2025: ¿La Libertad Avanza luchará contra La Neuquinidad?
Neuquén será una excepción presentando un frente político que no simpatizará ni antagonizará con ninguno de los dos modelos nacionales que se enfrentarán.
Realistas e independentistas, unitarios y federales, peronistas y antiperonistas, kirchneristas y antikirchneristas. Argentina tiene una larga tradición de dirimir sus disputas políticas con una lógica binaria de antagonismo y lucha política y cultural. Pero no es una lucha cualquiera, sino una marcada por el odio, el fanatismo e incluso la irracionalidad, en la que ambos bandos pueden afirmar con vehemencia poseer toda la legitimidad moral, mientras aseguran que su oponente no tiene el más mínimo atributo que justifique su existencia en el poder. Curiosamente, a pesar de semejante antagonismo, ambos se necesitan, se buscan y se retroalimentan para justificarse a sí mismos como los salvadores de las miserias de quienes combaten.
“Muchos gritan a voz en cuello que la Argentina está partida al medio por una grieta. Sin embargo, ¿no es evidente que no hay una sola grieta, sino que este país ha sido, desde siempre, un país de grietas?” plantea el investigador del CONICET Darío Barriera en su libro Grietas argentinas: divisiones ordinarias para pasiones extraordinarias.
Los antagonismos en Neuquén
Efectivamente, la provincia de Neuquén también ha tenido sus propias grietas: Sobichismo contra anti-Sobichismo y, más recientemente, MPN contra anti-MPN. Sin embargo, pocas veces la dirigencia política neuquina ha adoptado una lógica sistemática de antagonismo contra un gobierno nacional. Este distintivo provincialista que ha permitido el diálogo y la negociación, ha trascendido disputas momentáneas por los recursos económicos.
Los gobernadores neuquinos han tenido que tragarse más de un "sapo" ante la prepotencia de quienes defienden los intereses de la Pampa Húmeda, pero también han logrado victorias gracias a gestiones en la Capital Federal, que se han traducido en millones para obras en Neuquén. En todos los casos, lo que siempre se ha ganado es gobernabilidad y estabilidad presupuestaria.
Ningún gobernador neuquino ha necesitado antagonizar con figuras nacionales para justificar su permanencia en el poder. Desde Felipe Sapag hasta la actualidad, las luchas electorales se han centrado principalmente en la postergación, el subdesarrollo o la desigualdad de condiciones entre un neuquino y un porteño.
De este modo, ha crecido un sentimiento provincialista muy particular, basado en el federalismo como reivindicación, con el que el gobernador Rolando Figueroa, por si quedaban dudas, ha bautizado a su espacio político: Neuquinizate. Ahora, transformado en La Neuquinidad.
En 2025, Argentina acudirá nuevamente a las urnas para seguir la tradición binaria de su historia. Mileismo contra Kirchnerismo será el título de un flamante capítulo, que, como es habitual, no presentará terceras posiciones.
Las elecciones 2025 en Neuquén
Neuquén, sin embargo, será la excepción a esta regla general, presentando un frente político que no simpatizará ni antagonizará con ninguno de los dos protagonistas nacionales, a tal punto que en su interior habrá representaciones de ambos bandos. Como si para entrar a Neuquén hubiera que pasar primero por un tamiz que desarma toda ideología política y tatúa una araucaria en el pecho de quienes protagonizan la política.
Peronistas hechos y derechos como Ana Servidio, Tanya Bertoldi y Marcelo Zúñiga dejarán sus banderas justicialistas para neuquinizarse desde el espectro ideológico de centroizquierda. Mientras tanto, Juan Pelaez de la UCR y Leticia Estevez del PRO harán lo propio desde la centro-derecha, disputando incluso algunos votos con sus partidos de pertenencia a nivel nacional.
Solo quienes se ubican en los extremos ideológicos quedarán exentos de la neuquinización. Dirigentes kirchneristas como la familia Parrilli y Darío Martínez por un lado, y los libertarios en su versión cristiana, como Nadia Márquez y David Schleret por el otro, serán los representantes de la grieta nacional en Neuquén, quienes intentarán atraer la mayor parte del electorado, que por estos días discute nuevos rumbos.
Sin embargo, el peronismo/kirchnerismo, cada vez más desorientado y desunido, no ha logrado reestructurarse después de la sorpresa electoral de 2023 y no muestra signos de poder competir en Neuquén, quedando cada vez más encerrado en los confines del conurbano bonaerense.
La Libertad Avanza vs La Neuquinidad
Serán, sin dudas, La Libertad Avanza y el frente La Neuquinidad quienes se disputen las bancas en el Congreso de la Nación, en un enfrentamiento muy curioso, ya que entre ambos no hay signos de confrontación. Los líderes de ambos espacios han mostrado respeto mutuo y se han dedicado a sus propias agendas sin interferencias, salvo en lo que respecta a Vaca Muerta, donde han encontrado coincidencias y sinergia.
Comienzan a vislumbrarse los primeros atisbos de estrategia electoral, que serán desplegados por ambos bandos. La diputada nacional Nadia Márquez hará gala de las conquistas y buenas noticias económicas logradas por el presidente Javier Milei apelando al voto neuquino casi exclusivamente en función de la "franquicia nacional", mientras, a contrarreloj, prepara un nuevo armado de representantes en la mayoría de las localidades de la provincia, compuesto principalmente por voluntarios afines a las ideas de la libertad y en concordancia con los nuevos tiempos que corren, muchos de ellos surgidos de las redes sociales.
Por su parte, Rolando Figueroa, quien subrayará las ideas de neuquinidad, buscará su fortaleza en la territorialidad, contando con el acompañamiento de prácticamente todos los intendentes de todos los partidos políticos de Neuquén, como evidenció en la reunión que sostuvo con ellos en San Martín de los Andes el viernes pasado.
Queda la incógnita sobre los nombres que liderarán las listas en los próximos meses, y estaremos expectantes ante algún encontronazo mediático entre estos sectores. Después de todo, aunque haya un clima de diálogo respetuoso, las diferencias entre ambos existen y son muchas.
Como buena noticia, cabe destacar que ni la grieta neuquina ni la Argentina en este momento están precedidas por la palabra ANTI. Parecería un detalle insignificante, pero no lo es. El "anti" es producto de años de acumulación de injusticias, impunidad, odios y frustraciones frente al poder. Anti-rosismo, anti-peronismo, anti-kirchnerismo y anti-MPN son ejemplos evidentes de ello.
Habiéndose despejado la variable anti en las urnas de 2023, en 2025, el electorado neuquino buscará poner sobre la balanza dos sentimientos con los que se puede convivir perfectamente. Afortunadamente, no existe ni anti-libertad ni anti-neuquinidad.
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