Estruendos, colores y una multitud en la Legislatura por la apertura de sesiones
Cientos de simpatizantes y reclamos de los vecinos del barrio fueron el marco para el inicio de un nuevo año legislativo.
Este sábado, en las primeras horas del fin de semana largo, los vecinos de Santa Genoveva se despertaron demasiado temprano. Desde las 7 de la mañana, los cánticos y los estruendos en Leloir al 800, frente a la Legislatura de Neuquén, despertaron a todos los que querían dormir un poco más. En la calle y en las escalinatas del imponente edificio, cientos de personas interrumpían el tránsito e imponían su presencia con bombos, banderas y bengalas verdes.
Ante un intenso operativo de seguridad, las columnas de la UOCRA, del Sindicato Petrolero y de partidos políticos identificados con Rolando Figueroa buscaban avanzar hacia el palacio para escuchar el discurso del gobernador en la apertura de sesiones ordinarias del 54° período legislativo. Algunos pudieron pasar la requisa y el primer cordón policial para llegar hasta las escalinatas, mientras que el resto ocupó la calle Leloir y siguieron haciendo sonar sus bombas de estruendo incluso cuando empezó a hablar el mandatario.
Unos abanicos de cartón en azul, verde y violeta, servían para sobrellevar el calor húmedo del sábado, que se hizo sentir desde temprano. Llevaban la inscripción "neuquinizate" y fueron parte de las insignias para mostrar apoyo al mandatario provincial. Se sumaban también los carteles de "Rolooooo" que usó durante su campaña en 2023 y otros letreros nuevos: pasacalles de "peronismo neuquino" o "mujeres rolistas" y hasta empapelados oficiales en los cercos de obra que rezaban "Figueroa conducción".
Aunque el discurso iba a comenzar a las 8:30, las palabras del gobernador no iniciaron hasta las 9.10. En el medio, un tumulto de personas se apretaban contra las vallas para atravesar los cacheos y llegar más cerca del hall, que quedó reservado solo a aquellos que tenían una pulsera para ingresar.
Un penetrante olor a pólvora inundaba el aire pesado cada vez que se encendía una bomba de estruendo, que hacía temblar el asfalto en medio de los cánticos de los sindicalistas. Los autos y las ambulancias zigzagueaban por la calle Leloir, ahora copada por un mar de personas con mamelucos petroleros.
En medio de una nube de humo verde, una de las invitadas a la apertura se cubría la boca con un pañuelo mientras buscaba una forma de acceder al hall. Entre los empujones, dos policías sacaron a una mujer desvanecida hacia una de las ambulancias dispuestas en el lugar, mientras un hombre agitaba un paraguas de la UOCRA subido a una de las vallas blancas de la Legislatura.
Los cánticos y los estruendos se imponían en la mañana del sábado, y lograban tapar algunos carteles más tímidos que reclamaban por las estafas en viviendas de parte de la cooperativa 127 hectáreas. Pero a esos reclamos ya planificados se sumaron otros espontáneos: las de los vecinos de Santa Genoveva, que no pudieron dormir y hasta tuvieron que salir a buscar a sus perros cuando huyeron asustados por las explosiones.
Dentro del hall, en cambio, el clima era otro. Después de las 9, cuando se anunció el inicio del acto, un silencio absoluto demostró el entusiasmo de los neuquinos por su himno. En el día del himno provincial, Marité y Traful Berbel entonaron Neuquén Trabún Mapu mientras las imágenes más icónicas de la provincia se transmitían por las pantallas.
Apenas unos instantes después, el gobernador se puso sus anteojos de marco oscuro para leer un discurso casi dos horas, en el que repasó su primer año de gestión y sentó las bases para un nuevo año al frente de la provincia.
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