Es reconocido como el artífice del nuevo perfil que adoptó la ciudad. La movilidad económica generada desde la comuna con un ambicioso plan de obra pública. Neuquén hoy es cabecera de la quinta economía regional del país.
Mariano Gaido, intendente de Neuquén, cierra su quinto año consecutivo de gestión. Como intendente de esta ciudad líder de la Patagonia, su gestión ha situado a la capital neuquina entre las principales ciudades de Argentina en materia de crecimiento, desarrollo y planificación, junto a Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza.
La participación en el Urban 20, cumbre de gobiernos locales previo al G20 que se desarrolló, en noviembre en Río de Janeiro, fue uno de los mayores hitos alcanzados por Gaido este año que finaliza.
El jefe comunal neuquino compartió sus experiencias de gobierno junto a los 60 alcaldes de las ciudades más importantes del planeta. Allí llevó su modelo de gestión en materia de urbanización con inclusión social, del impacto de su programa de Obra Pública como eje de desarrollo de cada rincón de la ciudad y presentó el Polo Tecnológico Neuquén, programa que abre las puertas de la capital provincial al infinito mundo de la ciencia y la tecnología. Podríamos abundar en esta columna con cifras y ser insistentes con la línea de innumerables artículos periodísticos que se han escrito ponderando la performance, en cifras, de los logros alcanzados en materia de inversión en obra pública.
El impacto de la Obra Pública
La ciudad de Neuquén representa casi el 45 por ciento de la totalidad de los habitantes de la provincia. En los últimos cinco años, el caudal de inversión de obra pública que Gaido impulsó en la capital provincial, ubicó a la ciudad como el centro de mayor generación de empleo directo e indirecto. El porcentaje de inversión osciló entre el 75 y 60 por ciento del total de lo invertido a nivel provincial.
Solo durante lo que va del año, la municipalidad de Neuquén invirtió más de 70 mil millones de pesos en obra pública. Para el próximo año esa cifra llegará a los 150 mil millones de pesos. Gaido consolida la presencia de su administración con obra pública en cada rincón de la ciudad. Profundiza su cercanía con los vecinos capitalinos y mantiene la generación de empleo en cada barrio, una de las condiciones que impuso a las contratistas ni bien asumió como intendente de la ciudad.
Es el Lord Mayor, el primer ejecutor del reseteo político en la República Argentina. Llegó en el 2019, cuando terminó con la hegemonía dominante del entonces cuatro veces intendente de la ciudad, Horacio “Pechi” Quiroga. Gaido dió el “batacazo” cuatro años antes del sacudón que la sociedad argentina y neuquina generaran dando el voto mayoritario a Javier Milei, como presidente de la Nación; y a Rolando Figueroa, como gobernador de la provincia.
El desembarco y los “agoreros”
El 10 de diciembre del 2019, Gaido sucedió a uno de los referentes políticos de mayor peso que la oposición del MPN tuvo durante años, pero también arribó al Palacio Municipal con la sentencia del “fracaso” que le aventuraban, incluso algunos dirigentes y adherentes de su propio partido.
Su primera muestra de pragmatismo político fue cuando, ni bien asumió, rescató parte del equipo de colaboradores y la dinámica de su antecesor, alguien que dejó una impronta importante en la ciudad. El nuevo intendente potenció aquellas cosas que funcionaban bien con Quiroga, inclusive manteniendo en sus mismos puestos a hombres claves de aquel andamiaje.
Después se dedicó a poner su impronta en la ciudad. Los cambios que comenzaron a diferenciarlo del ahora desaparecido, ex intendente, los realizó sin críticas hacia su adversario derrotado, sin herir a nadie.
Gestión política y pragmatismo
El mismo pragmatismo mostró al iniciar la convivencia política con el actual gobernador Rolando Figueroa. Siendo de partidos distintos, hoy parecen aliados de un mismo espacio. Esto que parece algo menor, por el contrario, es de importancia superlativa. Tanto Gaido como Figueroa, no pierden tiempo en discusiones estériles propias de la política y se hacen foco en resolver problemas.
Con respecto a la política fiscal, ha demostrado que se maneja con los recursos y los gastos en forma prolija, sin poner en riesgo el equilibrio fiscal del municipio, lo que le da previsibilidad financiera y solvencia para afrontar los compromisos asumidos.
Esto que se puso de moda ahora, Milei mediante, Mariano Gaido lo viene practicando desde el inicio de su gestión, también una continuidad del estilo de Quiroga. En esta parte del análisis, también es justo reconocer que Ramón Rioseco, intendente de Cutral Co, lleva también más de 10 años de gestión comunal sin déficit.
Pero si hay algo que caracteriza la gestión de Gaido es la intensidad de la obra pública, sobre todo por la demanda infinita de una ciudad que crece a un ritmo difícil de acompañar en términos de infraestructura y servicios.
Nicola y el Plan de Obras
En este punto se destaca la confirmación de un equipo de trabajo sólido y capaz, con Alejandro Nicola como cara visible del mismo. Detrás de cada obra, hay miles de horas de trabajo técnico silencioso e invisible. Como lo dijimos al inicio de esta columna, Neuquén lidera el ranking de inversión en Obra Pública en toda la provincia en los últimos cinco años, cuya participación osciló entre el 60 y 75 por ciento del total de lo ejecutado, según los periodos transcurridos.
El intendente de la ciudad manejó con mucha astucia las demandas que surgían en territorio y supo a cuáles atender y que otras dejarlas en el terreno de las relaciones de otras competencias.
Mariano y las prioridades
El gobierno de la ciudad dejó de ser el paragolpes de cuanta protesta social surgiera con demandas surgidas desde el plano económico doméstico. Supo separar las aguas. Delimitar las fronteras y responsabilidades, ocupándose de gestionar políticas de estado comunales que llegarán al 100 por ciento de los vecinos de la ciudad.
Si el intendente de la ciudad se hubiera enfocado en problemas que no son suyos, hubiera gastado todos los recursos disponibles, y aún más, en problemas que no son de su responsabilidad, especialmente en la atención primaria de problemas sociales. Se separó de eso de una forma inteligente.
En el plano de su proyección política, ha sido muy discreto en la exhibición de sus apetencias personales. Todos saben que Mariano Gaido termina sus 8 años de gobierno y no puede ser reelegido. No obstante, el no muestra signos de que eso sea algo que lo inquieta, poniendo en riesgo la eficacia de sus próximos 3 años, por cuestiones que a la ciudadanía no le interesan.
Las decisiones y la generación de confianza
Esa situación, en lugar de complicarlo, lo potencia como alguien en quien se puede confiar para llevar adelante desafíos mayores a los que hoy tiene, porque parece prevalecer en su esquema de decisiones el bien común y la gobernabilidad. Los ciudadanos cuando votan, evalúan esos atributos. No por nada, en los comicios comunales del año pasado, fue reelecto con más del 60 por ciento de los votos.
Imaginamos esta columna de balance de fin de año de la gestión de Mariano Gaido de muchas formas. Podríamos haber abusado de la información que el propio gobierno de la ciudad distribuyó los últimos días con cifras millonarias, porcentuales y alcances de metas fiscales, pero entendimos valedero y justo analizar los cinco años de gestión de Mariano Gaido como intendente de la ciudad, también artífice del primer reseteo político en el país. Fue en el año 2019, después vendrían los demás.
A modo de conclusión podemos decir que Mariano Gaido dio mucho más que lo que se esperaba de él. No se presentaba como una tarea sencilla suceder a Quiroga en la Ciudad de Neuquén. Lo hizo y hoy la Ciudad tiene la impronta de Mariano Gaido, casi sin que nadie extrañe un estilo y una gestión, por Horacio Quiroga, que dejó profundas señales. Mariano Gaido ha sido la primera revelación en la política neuquina, cuando la sociedad se manifestaba cansada de mandatos de gobierno sin alternancia.
Figueroa, el gran aliado y compañero de futuras batallas
Hoy el centro de ese escenario lo ha delegado en Ronaldo Figueroa que tiene otras misiones y responsabilidades mayores.
Ambos son los referentes que la sociedad neuquina ha elegido para administrar los destinos de la provincia y la principal ciudad de la Patagonia.
Gaido mantiene su entusiasmo y fe intacta con sangre caliente que le circula por las venas. El mismo torrente que sintió ni bien se sentó en el sillón principal del Palacio Municipal. Mantiene las ganas y las mismas ambiciones de llevar a “su” ciudad a los primeros planos en el país y el mundo. No mide el tiempo desde lo que queda de su segundo mandato. Trabaja en cada línea de gobierno pensando en una ciudad moderna, joven, entusiasta y amigable con el ambiente.
“Nuestra carta de presentación es la ciudad que tenemos. De nada hubiera servido haber sido reelecto con el 60 por ciento de los votos, si los vecinos no vieran que nuestra gestión sigue poniendo todo en beneficio de cada uno de ellos”, se sincera Gaido ante este cronista.
Sobre el año que viene y las discusiones políticas, sentenció “vamos a estar junto a nuestro gobernador, haciendo valer y defendiendo cada una de las políticas que hemos desarrollado en la provincia, en la ciudad y junto al resto de los intendentes”.
Los balances son positivos y las proyecciones para el próximo año aventuran meses de alto voltaje político con debates que dejarán mucha tela para cortar.
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