Gloria Ruiz y las implicancias políticas detrás del escándalo

Lo que ocurrió el miércoles por la tarde en la Legislatura sentará un precedente en la historia política e institucional de la provincia. La posibilidad de que se determine la inhabilidad moral de la vicegobernadora Gloria Ruiz para continuar en el ejercicio de sus funciones, junto a la decisión de separarla del cargo de manera preventiva después del escándalo que motivó una denuncia por el desvío de fondos públicos, podría afectar a un gobierno que aún no completó un año de gestión.

Porque si bien Rolando Figueroa no dudó en poner de relieve lo de la “tolerancia cero” para supuestos hechos de corrupción dentro de la administración pública y; más allá de la división de poderes, al darse el caso dentro del ámbito de la Legislatura; la protagonista de este episodio es quien conformó la fórmula que se alzó con la victoria en las elecciones provinciales del año pasado.

“Me siento dolido”, dijo Figueroa, entre otras manifestaciones, cuando aun Ruiz no se había sentado en una especie de banquillo de los acusados en la sesión en la que se resolvió apartarla, a la espera de lo que dictamine la comisión investigadora que se tomará 30 días hábiles para dar un veredicto. Pero también el mandatario neuquino advirtió que no habían “llegado hasta acá para hacerle el aguante a nadie".

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Omar Novoa

En el medio arrecian las especulaciones, mucho más a partir de las declaraciones de la propia Ruiz, levantando el dedo acusador contra el gobernador y haciendo alusión a una especie de golpe de Estado.

Por otra parte, algunos sectores de la oposición marcan que esto se trata de una interna del gobierno provincial, a lo que los voceros del Ejecutivo responden que si la intención de Figueroa era “limar” a Ruiz no le habría restituido el 1,5% del presupuesto que se le había sacado a la Legislatura el año pasado.

Como sea, el tema golpea de un modo u otro a un Ejecutivo neuquino muy preocupado en mostrar que llegó a la gobernación para otra cosa.

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Sebastián Fariña Petersen

Guerra de los roces y 2025

Lo innegable son las diferencias que Figueroa mantiene con Ruiz desde hace tiempo, y que se hicieron visibles en la discusión del presupuesto legislativo del año que viene, fundamentalmente, respecto a las partidas discrecionales que la vicegobernadora pretendía manejar.

Y también, desde lo político partidario, en lo que tiene que ver con los armados electorales del año que viene y el escenario que se irá construyendo, pensando en el 2027.

Dentro del variopinto Neuquinizate habrá que comenzar a definir candidaturas para los comicios del año que viene, donde la provincia renovará tres bancas en la Cámara de Diputados e igual número en la de Senadores.

Ahí, Figueroa tiene la expectativa de poder llevar al Congreso a la mayor cantidad de representantes de su espacio, en medio de un panorama electoral local donde el peronismo y el PRO están divididos (entre los que forman parte del gobierno y los que se paran en la oposición) y un MPN que funciona como aliado. En ese escenario, la Libertad Avanza y otras líneas libertarias aparecen como el espacio más fuerte a vencer, y con el que Ruiz venía coqueteando, a partir de que no iba a ser parte del armado de Neuquinizate. Además, la cuestionada vicegobernadora había recibido también la bendición de un sector evangélico.

Todo ello previo al escándalo de la Legislatura, que ahora dejó a Ruiz en absoluta soledad y con muy poco o casi nulo futuro político.