Expuso con éxito sus trabajos en la reciente Feria Integral de la Producción de Zapala. Además, logró una distinción en el concurso de mujeres rurales.
Hilda Inal estuvo presente en la 15ª edición de la Feria Integral de la Producción en Zapala y mostró con alegría el fruto de su dedicación y empeño. Con nuevos materiales presentó un stand repleto de chalecos, camperas, caminitos, medias, guantes, boinas, gorros y fajas de una prolijidad y terminación únicas.
Pertenece a comunidad Namuncurá, ubicada en Junín de los Andes y logró una distinción en el concurso de proyectos de mujeres rurales edición 2024, iniciativa de la subsecretaría de Producción, que acompaña cada año la celebración por el día de la mujer rural que es en octubre.
Después de haber sido distinguida, cuenta que le fue muy bien, “he sido reconocida por muchas personas que me han felicitado y que me han dado mucho aliento a seguir adelante”, señala.
Agradeció “la posibilidad de haber tenido ese reconocimiento para poder seguir trabajando”. “Con ese premio yo me pude comprar todos mis materiales, la rueca eléctrica, los vellones, más lana”, enumera y agradece porque asegura que “sola no lo hubiese podido hacer”. “Es algo muy bonito que me pasó, no lo puedo creer todavía. Estoy muy agradecida”, expresa con felicidad.
“Mi objetivo es poder llegar a distintos lugares de la provincia donde pueda incentivar a las mujeres a que trabajen con la lana de oveja, que no tiren la lana, hacerles ver que se puede aprovechar”, remarcó Hilda.
Cuando ganó el concurso en la categoría “proyectos individuales” había contado que se dedica “a hilar la lana de oveja y hago todo, lavado, teñido, el trabajo en el telar”.
“Siento que mi trabajo es algo re lindo. Siempre a la gente le digo hagan esto, es una salida. Si trabajas y pones empeño llega un momento que te da fruto”, aseguraba en aquella oportunidad.
La lana y la vida
"Cuando me falta la lana, me falta una parte de mí. La lana me hace vivir, me hace sentir bien, me alegra. Trabajo con huso, con rueca, tiño la lana, después paso al telar. Es una cosa tan bonita, yo misma estoy orgullosa de mí, de lo que estoy haciendo; soy una persona agradecida”, expresa Hilda Inal.
El concurso es una iniciativa anual sostenida en el tiempo, que fue pensada para promover las políticas de género y la inserción económica de las mujeres, así como también su fortalecimiento en la elaboración y gestión de proyectos.
Cuenta con el acompañamiento del Centro Económico de la Mujer (CEDEM) y la Subsecretaría de Producción de la provincia.
En la 5° edición más de 136 mujeres rurales presentaron proyectos productivos. Estas presentaciones, que inician como una idea, son priorizadas por un comité de evaluación, que preselecciona proyectos que luego reciben acompañamiento técnico y capacitaciones para avanzar con una instancia final. Luego de este proceso, son nuevamente evaluados para poder identificar cuáles serán financiados. Se premian tanto proyectos individuales como colectivos.
Vínculo mapuche
Las comunidades tienen una relación de mucho respeto y armonía con la naturaleza (ñuke mapu). Los aspectos espirituales acompañan la práctica del telar mapuche desde el inicio de su proceso de elaboración.
El tejido en telar es una de las máximas expresiones de la cultura mapuche. Se utiliza el telar vertical y tintes naturales provenientes de distintas especies nativas de la región, como el piñón recolectado de los bosques milenarios de pehuén, y también raíces, hojas y tallos de otras plantas.
En la recolección de las plantas de las que se extraen los tintes naturales, se produce un diálogo con los ngen o espíritus del bosque o ecosistema desde el que se obtiene esas tinturas. Por esto, la extracción debe ser respetuosa, velando por no afectar la presencia de estos seres, quienes, a su vez, aseguran la disponibilidad de las plantas. Se trata, en definitiva, de una relación de reciprocidad con el mundo natural, basada en una comprensión sagrada de la naturaleza.
Casi todas las mujeres de la comunidad Millaín Currical son artesanas textiles en telar. Confeccionan poleras, matras, matrones, ponchos, medias y boinas, entre otras prendas. Los tejidos tienen diseños únicos y están inspirados en la naturaleza.
Los saberes ancestrales para la confección de las distintas artesanías se transmiten de generación en generación, a través de las abuelas y madres. Se realizan talleres para aprender y fortalecer el arte del tejido.
La práctica del tejido en telar, la transmisión de esos saberes, el proceso del producto terminado y la alegría de esa experiencia cultural, tiene su desenlace con la celebración anual de la Fiesta del Telar.
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