Más de 200 brigadistas de Neuquén y otras provincias combaten el fuego en la cordillera. No hay campañas oficiales de donación pero sí elementos que son útiles para su trabajo.
El cuartel de Bomberos Voluntarios de Junín de los Andes pasa una guarda mínima en las primeras horas de la tarde, pero vive un movimiento intenso al atardecer. A esa hora llegan los voluntarios de sus trabajos rentados para prestar colaboración en la sede, y también arriban los pobladores de la localidad cordillerana con elementos para donar.
Pese a la elocuente solidaridad de los juninenses, desde el cuartel aclararon que no están pidiendo donaciones y que incluso rechazan algunos elementos porque no resultan útiles para los 200 brigadistas y otras 500 personas que trabajan en tareas de asistencia o atención médica en el campamento de Mamuil Malal.
Ignacio de Antueno, subcomandante del cuartel de Bomberos Voluntarios de Junín de los Andes, explicó que en muchas ocasiones deben rechazar o devolver donaciones. "Por un gesto solidario se desprenden de cosas muy costosas que los brigadistas ya tienen en el campamento o que no son de utilidad en estos casos, por eso tratamos de organizar lo que se dona", dijo.
Explicó que los bomberos prefieren no manejar dinero, por lo que todas las campañas de recaudación de fondos llegan al cuartel o a otras instituciones de Junín de los Andes en forma de elementos concretos que son útiles para combatir el fuego.
De Antueno explicó que la indumentaria especializada y el equipamiento que utilizan tiene costos millonarios. Sin embargo, aclaró que aquellos que quieren colaborar lo pueden hacer enviando algunos productos que se consiguen en las ferreterías y que son útiles para los brigadistas que están en la primera línea de combate contra las llamas que ya afectan 15.200 hectáreas en el Valle Magdalena.
Entre otros puntos, solicitó el aporte de ropa de grafa, cascos de albañil, botines o borcegos de seguridad y guantes de vaqueta. "No son los elementos específicos de combate de incendios forestales, pero se pueden conseguir en una ferretería para donar", dijo el subcomandante del cuartel y aclaró que este tipo de artículos son "casi descartables" en condiciones tan extremas como este tipo de incendios.
En ese sentido, aclaró que los guantes pueden durar tres o cuatro días hasta quedar inservibles, por lo que siempre suma tener una buena cantidad.
Si bien el campamento de Mamuil Malal cuenta con hospitales de campaña en los que se asiste a los brigadistas afectados, también es útil el aporte de cremas o ungüentos para quemaduras de tipo Platsul, así como gasas y colirio para los que resultan con la vista afectada por la presencia de humo o cenizas en suspensión.
"Muchas veces no hace falta bajar al hospital de campaña para hacer un lavaje, por eso es bueno que lleven un kit de primeros auxilios para las primeras atenciones que se pueden hacer en terreno", dijo y agregó que todos los bomberos están capacitados para hacer curaciones básicas.
Por otro lado, el Ejército Argentino instaló una bomba potabilizadora de agua en el campamento. Sin embargo, los brigadistas reciben donaciones de agua embotellada. "No lo pedimos de quisquillosos, sino porque es necesario evitar cualquier tipo de enfermedad o descompostura de los brigadistas", explicó.
El duro trabajo de los brigadistas
Desde el cuartel de Bomberos Voluntarios de Junín de los Andes enviaron una cuadrilla de brigadistas a combatir el incendio forestal, mientras que el resto del plantel permanece en la ciudad cordillerana con una tarea clave: además de atender incendios, accidentes viales y otros llamados de los juninenses, son los encargados de atender cualquier incendio forestal por fuera del Valle Magdalena ahora que todos los recursos están enfocados allí.
"La cuadrilla hace el relevo todos los días, los recibimos cuando llegan sucios y cansados, pero con buen ánimo por el trabajo realizado", dijo el bombero y aclaró que combatir incendios forestales es un trabajo pesado que requiere de capacitación específica.
"No es algo que pueda hacer cualquiera, por mucho que le duela o quiera defender el bosque", dijo de Antueno y aclaró que los brigadistas están preparados para recibir órdenes y trabajar de manera estratega. "Si te dicen que hay que irse, hay que irse, por más que a uno le duela dejar que el bosque se queme, porque uno no sabe cómo puede reaccionar el fuego", dijo y aclaró que las decisiones se toman en base a cálculos y proyecciones tácticas.
A Neuquén llegaron brigadistas de otras provincias, como Santa Fe, Córdoba o Buenos Aires. Sin embargo, muchos de ellos tienen experiencia en otro tipo de relieves o geografías. En ese contexto, la ayuda aérea y la colaboración del personal de soporte es útil para potenciar su trabajo en el combate de las llamas.
Elementos que se pueden donar
- Ropa de grafa
- Cascos de albañil
- Guantes de vaqueta
- Botines de seguridad
- Agua embotellada
- Gasa
- Ungüento para quemaduras
- Colirio para los ojos
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