¿La inundación de Bahía Blanca podría darse en Neuquén?: alerta de una científica de la UNCo
Pese a que hay estudios que simularon crecidas, la urbanización avanzó sobre zonas inundables. "Se va a inundar todo el mundo, así de simple", alertó.
Ante la trágica inundación que afectó hace pocos días a la ciudad de Bahía Blanca, las lluvias intensas en otras grandes ciudades, como Tucumán o Córdoba, también dejaron graves anegamientos y encendieron alarmas en todo el país. En Neuquén capital, el hecho revivió el recuerdo de la inundación de 2014 y también generó una nueva alerta: pese a las simulaciones de crecidas que se hicieron, la ciudad creció hacia zonas inundables, que quedaría bajo agua ante un fenómeno extremo.
Ana Cecilia Dufilho es doctora en Ingeniería del Agua y Medioambiental y también docente de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). En una entrevista con LU5, explicó cómo afectaría un fenómeno de las características que tuvo el de Bahía Blanca en la ciudad de Neuquén.
En la capital, el promedio anual de lluvias es de 180 milímetros, con un período más húmedo en otoño e invierno, cuando se ven los días grises y lloviznas más prolongadas. En verano ocurren las lluvias convectivas, que suelen tener granizo y duran pocos minutos. En 2014, cuando se produjo la inundación más reciente, cayeron 110 milímetros en pocas horas, y la ciudad quedó bajo agua.
Pese a que esa cantidad no se acerca al volumen de agua que afectó a los bahienses -unos 300 milímetros en pocas horas- la científica aclaró que "con el famoso cambio climático uno observa que los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes; estadísticamente pueden ocurrir".
En ese sentido, detalló que el período de retorno de los temporales como el que inundó a Neuquén en 2014 es de 220 años en promedio, "pero puede ocurrir en cualquier momento e incluso puede haber otro fenómeno todavía mayor".
Una ciudad que crece sin planificar el riesgo
Para Dufilho, el escenario es complejo en una región de crecimiento acelerado y mayor actividad. "Hace un par de años vimos cataratas de agua cayendo en el Parque Industrial Añelo, eso no ocurría hace 15 años porque había vegetación natural y no había áreas impermeables", expresó.
En ese sentido, explicó que evitar los efectos de los temporales y las fuertes crecidas depende de dos factores: la planificación urbana y de emergencias, y también la educación de la sociedad. A su criterio, este segundo punto es el más difícil de modificar, pese a la información que circula en temas ambientales.
"Hace 25 años se hizo el Plan Urban Ambiental, donde se recomendó que las zonas de chacras cercanas al río siguieran así y el desarrollo urbano se fuera hacia la barda. Nada de eso se hizo", se lamentó. "Con el Plan de Emergencia por Roturas de Presas, se simularon crecidas para tener un plan de acción de emergencias", dijo y alertó: "Quedarían inundados todos los sitios. El área ocupada por el agua se sabe, pero se ha seguido avanzando. Se va a inundar todo el mundo, así de simple".
La ingeniera aclaró que "si la zona tiene chacras, tiene pérdida económica. Pero se avanzó con barrios privados, que van a poder responder económicamente, y también barrios precarios, las pérdidas van a ser totales y van a haber pérdidas de vidas".
"En un mes ya nadie se acuerda de Bahía Blanca, no nos acordamos de la dana de Valencia que fue hace tres meses", se lamentó. "Los fenómenos extremos ocurren y se saben que van a ocurrir. Nosotros hacemos una planificación y después no la cumplimos. Lo saben la Universidad y las consultoras. A las petroleras se les hacen estudios de riesgo hídrico. Se lo tiene presente", dijo y agregó que pese a los estudios, se avanzó con construcciones sobre zonas inundables.
"En una zona con riesgo de inundación, como en Bahía Blanca, no se puede poner una industria química, hospitales. En las zonas inundables tienen que ir parques, canchas de fútbol o espacios recreativos que no tiene riesgo", dijo y agregó que esas recomendaciones no se cumplieron.
Otro de los puntos que hay que atender es la educación. Pese a la información disponible, todavía la población sigue arrojando basura que tapa los desagües y las alcantarillas. "Fue lo que pasó en Bahía Blanca y lo que pasa acá", expresó.
Cuáles serían las zonas más afectadas
Dufilho explicó que la zona de la meseta sería la menos afectada por potenciales temporales de lluvia, ya que el agua podría escurrir hacia zonas más bajas y sólo dejar algunos charcos tras el paso de la tormenta. "Tiene menos riesgo porque es una parte alta, sólo quedarán unos charcos y van a escurrir hacia abajo. Los que están en problema son los que están en la parte baja del río", aclaró.
Según explicó, el sector del río Neuquén es el que tiene más riesgo, ya que las aguas del Limay están más reguladas por presas. "Con el derivador en Barreales en Portezuelo, eso disminuyó el riesgo, pero está claro de que si uno quiere mayor seguridad, tiene que tener represas de mayor volumen de almacenamiento para contener más", dijo.
"La idea de Chihuidos I y Chihuidos II era esa: atenuar las crecidas probables", señaló la científica. "Hace algunos años desbordó el río Neuquén, tuvieron que abrir las compuertas, el cauda pasó de 8 metros cúbicos por segundo a 300 y fue un desastre", dijo y agregó que tras ese suceso, se hizo un vertedero lateral de tierra que está cerrado y sólo se abre en caso de emergencia.
En la entrevista, afirmó que las zonas más bajas cercanas al río Neuquén suelen estar urbanizadas por barrios privados y también otros asentamientos más vulnerables que no pueden responder ante un fenómeno de estas características. Si bien las represas y derivadores como Chihuidos podrían atenuar el riesgo, la experiencia demostró que las fallas en las represas causan daños mayores que las crecidas naturales.
Sin embargo, tranquilizó a la población con respecto a los miedos ante posibles roturas de represas, como la de Villa El Chocón. "Las represas están bien. El Chocón tuvo en su momento algunas fugas pero se hicieron tratamientos, se hicieron galerías y las obras necesarias", dijo y agregó: "El manejo que hace la ORSEP, la AIC lo controla. Si ocurre algo hay vías de evacuación y alarmas de sirenas pero no va a llegar a eso porque están en buen estado de mantenimiento"
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