Melina, dueña de Sexfun, contó cómo hace 17 años comenzó con la venta de productos para adultos. La pandemia derribó tabúes y prejuicios: “No hay una edad límite para el placer, hay personas de 60 y 70 años que visitan el local".
Con solo un centenar de casos registrados y tres fallecidos por el Covid-19, el 19 de marzo de 2020 el Gobierno decretó la cuarentena en todo el país. El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) consistió en permitir la circulación de los denominados "trabajadores esenciales" y mantener abiertos algunos comercios, como supermercados, farmacias y ferreterías, e industrias, como la alimenticia.
Precisamente, eso impulsó al comercio online en medio de una incertidumbre total. Ante esa modalidad también denominada eCommerce, el rubro de los juguetes sexuales resultó muy favorecido: creció un 40% la venta por internet, según el testimonio de Mariana Rincón, influencer que difunde las novedades de los productos por Instagram, para la firma Buttman, un sex shop con locales en Buenos Aires.
En Neuquén, ese efecto no estuvo tan lejos y también hizo lo suyo. Melina y José Luis, dueños del local Sexfun, ubicado en diagonal España 467, revelaron que en la ciudad también sucedió lo mismo y género un antes y después en su utilización. “Las ventas en pandemia explotaron, subieron un montón. La gente busco su manera de satisfacer sus necesidades y también a aprender a relacionarse con los productos”, afirmó Melina, quien consiguió el título de Licenciatura en Administración y Gestión Universitaria.
Para la dueña de Sexfun, hubo un cambio de paradigma sobre la utilización de los productos sexuales. “El cambio cultural se viene dando hace muchos años pero fue lento porque lo sexual estaba relacionado al porno, todo era muy tabú. Y la aparición de la sexóloga Alessandra Rampolla impulsó a que la gente compre su propio objeto y experimente. Durante la pandemia vendimos muchos vibradores (externo e internos), dildos, lubricantes”, contó.
“También salió mucho el succionador de clítoris”, agregó sobre el juguete de la reconocida marca Satisfyer. El dispositivo sexual estrella de ese sello no sólo puede utilizarse para estimular ese órgano, sino en varias partes del cuerpo: pezones, labios vulvares, glande del pene y testículos.
“Hay distintos vibradores y funcionan de dos maneras. Están los que lleva pilas y los que se cargan con USB. Hay de forma que se asemeja a un pene con distintos tipos de vibración, y están aquellos que estimulan el punto G femenino, con una curva hacia arriba que estimula la vagina en sus partes más sensibles”, detalló Melina. Sirven para el juego previo y el durante.
Ese resultado positivo para el mercado y cambio o apertura de mentalidad en la gente a la hora de ir a un sexshop aún sigue su curso. Actualmente, las visitas se dan de forma más constante en un rubro que siempre ha crecido de manera paulatina.
La tecnología y el placer sexual
La distancia que generó la pandemia hizo que el uso de la tecnología esté a merced de los juguetes, los cuales son dispositivos como vibradores, estimuladores, que se pueden conectar a internet, aplicaciones móviles, plataformas y otros instrumento electrónicos.
“Por ejemplo, una persona puede estar en Neuquén y la otra en Brasil. Mediante una aplicaciones el juguete se conecta a determinada plataforma entonces la pareja lo pude manejar inclusive desde su celular. Una de las partes puede regular las vibraciones o succión”, reveló Melina.
Estos tipos de juguete a control l remoto- sin importar la distancia- son inalámbricos y se pueden adquirir en SexFun. Se activa por medio de la app de Lovesense (marca que trabaja el local neuquino), disponible tanto en Play Store como en App Store. La pareja lo puede llevar puesto todo el día y cuando lo dese puede disfrutar en cualquier momento sin importar el lugar en el cual se encuentre. Es ponerle más adrenalina a todo”, destacó Melina.
“Fue un cambio tecnológico importante que estalló en pandemia y que se sigue experimentando post pandemia. También se pueden conectar a Playlist y el juguete vibra al ritmo de la música que se escoja. Muchas personas que trabajan en el petróleo lo consumían y consumen”, acotó
Necesidad de ingresos y webcams
Melina contó que otro de los dispositivos de la citada marca que se utiliza y utilizó son las webcams. En este caso el juguetes se conecta a la plataforma (de una página) y uno mismo genera los propios contenidos utilizando el producto.
“La gente que se conecta a tu perfil (a la vez) hasta puede controlar la intensidad de la vibración del juguete mediante la aplicación y dejar propina. En pandemia mucha gente se quedó sin trabajo y lo utilizó mucho para generar ingresos que eran en dólares. Era algo similar a Only Fan (plataforma de suscripción por contenido sexual) pero esto era en vivo. Para el momento fue súper novedoso. Comenzó siendo utilizado por muchas mujeres pero después se sumaron las parejas. Uno de los sitios en donde se puede utilizar es en el sitio CAM4 que tiene cámaras integradas”, explicó
El modelo de vibrador más reciente de la marca Lovesense fue lanzado al mercado en 2021 y fue la primera que lanzó ese tipo de productos. “Nosotros lo importamos y para Neuquén fue toda una novedad. Un montón de veces agotamos stock”, destacó.
Para comparar ese juguete tecnológico el cliente debe disponer de $400 mil para arriba. Otros objetos de menor valor rondan a partir de los $50.000. "Hay precios más económicos que parten desde los $10.000. Todo depende la calidad del objetos y los pagos se pueden hacer con tarjeta de crédito y en cuotas para que el cliente tenga acceso". Además, la empresaria resaltó que actualmente la mayoría de los modelos son de mucha “calidad”, su silicona es “aterciopelada”, suaves.
Real Doll Kitty
Uno de los últimos ingresos que se dio en SexFun fueron las muñecas sexuales realistas. La que se vende en Neuquén se llama Kitty, que está cuidadosamente creada para cumplir fantasías e inspirar placer íntimo en todos los niveles, según la presentación del producto en la pagina web del comercio (sexfun.com.ar). “Está compuesta por silicona de grado medicinal. Al tacto su 'piel' parece totalmente real y llegan a medir entre 1,65 y 1,75”, contó Tomás, unos de los vendedores del comercio.
La muñeca, de pelo color rubio, pesa 36 kilogramos y posee un esqueleto de acero inoxidable y su vagina emite calor. “Podés pintarle las uñas, acomodarla como quieras (sus articulaciones son móviles y flexibles), bañarla, hasta ponerle lencería. Con la muñeca podés tener todo tipo de sexo. Ingresaron hace muy poco al país, hará un año”, detalló.
La pregunta del millón: ¿Cuántas se vendieron? En la ciudad solamente fueron dos los neuquinos que adquirieron la muñeca Kitty, que tiene un valor de 7 millones de pesos.
El paso a paso y el crecimiento
“Comenzamos hace 17 años y las ventas se hacían exclusivamente por página web con envíos a domicilios. La compra por página no era habitual y sobre todo del rubro porque había mucho desconocimiento. La gente no se decidía a comprar porque tenía un poco que conocer y aprender. Asique estuvimos dos años con la página y en el año 2009 abrimos nuestro primer local – en diagonal España 434- para quedar en paralelo con la página”, recordó la propietaria nacida en Neuquén.
En 2011 fue el turno de probar suerte en Cipolletti y abrieron su segundo local en Teniente Ibáñez 425. Luego, en 2018, decidieron renovar el local de Neuquén Capital y sentaron sus bases en el domicilio actual.
“Pensando con la cabeza en el año 2007, era un tena muy tabú, por eso nos pareció que la opción de la web era buena opción para que la gente se animará a consumir y usar juguetes sexuales. Desde un primer momento nos apoyamos en los diarios (haciendo publicaciones) y también vía online. Fue muy orgánico y se vendía más pero nos dábamos cuenta que no era suficiente y porque la gente nos pedía acercarse para conocer el producto. Y eso nos dio la pauta de la necesidad de tener un local. Realmente la gente no conocía casi nada del rubro”, explicó.
En cuanto a la edad de los interesados en los juguetes, la administradora aseguró que la mayoría eran hombres de un promedio de edad de 30 años para arriba. “Preguntaban mucho las características, medidas, usos, variedad….En realidad las preguntas eran todas las dudas que uno hoy evacua de una página web o googleando. Antes se hacía a través de llamadas telefónica o mensajes de texto”, rememoró sobre los primeros pasos.
Puertas abiertas, timidez
Con el primer local abierto para recibir a todo el mundo, Melina indicó que las ventas aumentaron y la gente ya concurría a su negocio sin tanta “vergüenza”. “Había cierta timidez, y la gente te consultaba si desde afuera se notaba que era un Sexshop –previo a su visita- , y también optaban por ciertos horarios en el que había menos circulación de gente. Siempre en su mayoría eran los hombres los que frecuentaban en local. Había pocas mujeres que iban solas (al shop) y era un poco raro verlas llegar en ese tiempo”.
“En su momento se vendía muchos artículos cosmética (lubricantes de todo tipo) y salud sexual (profilaxis) porque tampoco era tanta la variedad. Ahora nosotros trabajamos las barreras de látex para protección de enfermedades. Somos representantes exclusivos en la zona y se llaman vulvarnés. Son arneses de lencería para sostener el campo profiláctico sobre la vulva. El mismo se realiza cortando un preservativo de pene al medio y se engancha en el arnés para tener relaciones o sexo oral previniendo enfermedades. Hay un montón de cosas y te da la posibilidad que un montón de gente viva su sexualidad y placer libremente”, detalló.
“Si te ponés a indagar un poco se abre un abanico de situaciones como la sequedad después de la menopausia. Entonces, en este caso, los lubricantes se utilizan mucho y es algo que consideramos parte de la salud sexual porque habilita al disfrute y a la plenitud en distintas etapas de la vida”, consideró
Espacio boutique
A los largo de sus 17 años de vida, el crecimiento del rubro en la ciudad siempre fue positivo a pesar de las crisis económicas que siempre atravesó el país. Pero a su vez, José y Melina pudieron palpar ese cambio cultural (en medio del movimiento feminista), en donde el público se animaba a conocer un poco más sobre las alternativas que ofrecían.
“En su momento los sexshop eran muy oscuros, estaban ocultos en alguna galería o zona, y eran lugares que no invitaban a ingresar. Se vendía mucha pornografía en el formato VHS y luego en DVD. Inclusive tenían box para que el público pueda ver su película. Nuestra idea desde un inicio fue brindar un lugar más ameno; si una mujer sola tenía que entrar el objetivo era que no ingrese con miedo”, contó.
Quien visite por primera vez Sexfun se encontrará como un salón boutique en donde todo está prolijamente bien exhibido, acompañado por una perfecta iluminación en cada sector, además de la distribución, y la atención que está a cargo de personas jóvenes. “Tratamos de cuidar todos y que todo esté bien expuesto porque también se trata de conocer. La intención es que vos como cliente vayas, conozcas, aprendas e informes. Que sientas lo mismos cuando ingresas a cualquier negocio de ropa. No se trata solamente de vender”, afirmó.
“Nos apoyamos en gente joven (para la atención) porque es la que menos tabú tiene y en ese sentido escogemos ese perfil para que estén al frente de la atención. Nuestros asistentes no pasan los 30 años y muchos son estudiantes de la Universidad del Comahue, que aprovechan algunos turnos para generar sus ingresos y seguir estudiando. Este es un rubro que crece día a día, vamos aprendiendo, trasmitiendo y preparando a las personas”, afirmó.
Para Melina y José la identidad de una marca es similar al de una persona. Es por eso que sus locales fueron variando y en 2021 se realizó un cambio de imagen a su local (colores, luces, exhibidores, entre otros complementos). Además, según contó Melina, la ubicación de su negocio se encuentra en esa zona por la “discreción”. “Siempre pensamos que la ubicación del negocio genere esa sensación de discreción. No está en pleno centro y tampoco lejos, pero la zona esta buena”, opinó
Ranking actual
Si hay que enumerar los objetos placenteros o productos que más está consumiendo la gente en este momento, los lubricantes (de todo tipo y variedad) se llevan el puesto número uno, mientras en segundo lugar se ubican los Rabbit (vibrador con estimulación de clítoris y penetración vaginal).
En tercer lugar se encuentran los anillos masculinos (se coloca el anillo vibrador en la base del pene). “En realidad no hay un producto estrella que vos digas ‘con este voy a vender 100 mil’. El abanico es muy amplio y hay mucha variedad de lo mismo. En el caso de los Rabbit hay algunos que toman temperatura y hay otros que tienen más estimulación anal que vaginal. Está repartida la cantidad de ventas”, sostuvo.
“Ahora se vende mucho artículo importado porque quizás es más amigable por el tipo de presentación, por el material de fabricación o porque tiene más tecnología. También vendemos mucha lencería. Sería el ‘Juego del rol’ en donde casa persona adopta el personaje según el traje que escoja. La mayoría de los clientes siempre llega con una idea”, agregó
Rango de edades
“Las parejas varían en sus edades porque hay desde 24 o 25 y están esas parejas que están casados hace tiempo. Lo que pasa con las parejas más grandes es que se comienzan a conocer en el sentido de expresar qué les gusta y a decidirse a cambiar un poco la rutina a la hora de tener sexo. Lo que tiene el rubro es que aplica a un rango etario enorme en donde van resolviendo necesidades distintas”, afirmó.
“No hay edad límite porque hay personas de 60 y 70 años (mujeres y hombres) que visitan el local. La gente que más consume productos es la de mediana edad que van de los 30 a 45 años. Hay clientes que ya vienen desde el primer local (2009) y creo que pasa porque encontraron un lugar íntimo en donde se sienten cómodos. Nosotros nos preocupamos de tener productos para distintas edades y nos encanta tener de todo. Los locales siempre nos van quedando chicos”, agregó.
Por otro lado, tanto las parejas gay como lesbianas "consumen" mucho los productos, aunque Melina destacó que las mujeres están "consumiendo" mucho más que años anteriores: "En cuanto a género no hay muchas diferencias. Cada vez se va prestando más atención a esto de derribar mitos sobre el sentir placer, empezar a poder elegir que realmente les gusta a las mujeres, a conocerse una misma. Hoy en las redes hay un montón de sexólogas que hablas del placer y de la importancia que tiene en la vida de una persona. Toda esa información ha hecho derribar un montón de barreras culturales que teníamos y siguen estando pero en menor medida. El consumo de juguetes sexuales creo que ya está más naturalizado para poder satisfacerse sexualmente y sentirse bien. Hoy se elige, se exige y sino se resuelve de forma individual", aseguró.
"Uno no indaga mucho en la vida de los clientes pero tanto en hombres y mujeres de 50 hasta 60 que son de otra generación, evidentemente creo que hubo ahí un quiebre en sus ideas y se volcaron a conocer cosas nuevas. Esta buenísimo que pase eso. Y cuando llegan al local ya vienen con algo en la cabeza porque consultan nuestra página (sexfun.com.ar y en Instagram, sexfunsexshop). Se toma ese trabajo y después de acerca al local. También se acercan por recomendación del algún conocido o amigo".
Otra cosas, que quizás no se sepa mucho, es que tanto los médicos y las ginecólogas, les recomiendan a sus pacientes ciertos productos que se pueden encontrar en Sexfun. "Nos pasa que envían a los pacientes a comprar productos específicos que tiene que ver más con mejorar la salud médica (afecciones) y no solamente de placer. Generalmente siempre arriban con sus especificaciones y médicos, médicas también hacen uso del rubro. Hace varios años que los mismos clientes nos cuenta que su médico los envían al local", reveló.
En el año 2007, José Luis y Melina tenían tan solo 23 años cuando proyectaron su sexshop. Ambos estudiaban en la UNCo, dejaron por un rato la carrera por el tiempo que demandaba su negocio, pero finalmente retomaron su carrera hasta recibirse en la Licenciatura en Administración y Gestión Universitaria y Técnico en Administración y Gestión Universitaria (él). En ese camino, la pareja se mantuvo firme apostando a futuro y concretó el sueño de forma su propia familia. “El negocio siempre lo mantuvimos fijo a pesar de trabajar de los nuestro. Hace más de dos décadas que estamos juntos y tuvimos dos hijos. Crecimos prácticamente en paralelo al negocio, que es el otro hijo”, cerró Melina entre risas.
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