La era de las estructuras partidarias omnipotentes está llegando a su fin, y con ella, las internas que definían el destino de Neuquén y de Argentina. Ahora, la decisión está en manos de la sociedad, sin filtros ni intermediarios.
El Congreso de la Nación iniciará un interesante debate esta semana respecto la continuidad o no de las elecciones PASO (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias) que rigen en Argentina, desde el año 2009.
Las reformas electorales propuestas por el sector libertario gozan del acompañamiento del electorado, puesto que la sociedad argentina se encuentra en un momento donde busca que los condicionamientos que la clase política ha impuesto sobre ella se reduzcan drásticamente, más aun cuando impliquen gastos innecesarios para las arcas públicas.
Los partidos políticos ya no son lo que eran en Argentina, su legitimidad y capacidad de representación de los deseos y esperanzas de la sociedad han mermado y ya son muy pocos los quieren participar de las discusiones internas que allí sucedan, al menos de manera obligatoria.
Las internas del MPN en Neuquén
A nivel provincial, durante tres décadas se sucedieron una serie de internas en el entonces partido gobernante, el Movimiento Popular Neuquino, que sin temor a exagerar pueden denominarse como épicas, puesto que en ellas se definía el futuro de la provincia.
En 1991 se produjo en el MPN la primera gran interna partidaria de Neuquén. Los amarillos liderados por Luis Sapag, respaldado por su padre Felipe Sapag, versus los blancos de Jorge Sobisch, apadrinado por Elías Sapag, se enfrentaron en las urnas para definir quien sería el candidato a gobernador. Efectivamente, los hermanos Felipe y Elias Sapag habían roto sus relaciones personales, comerciales y políticas a tal punto de escalar a un enfrentamiento público electoral de proporciones gigantescas.
A partir de la victoria de Sobisch, el gobernador neuquino siempre fue definido en las internas del MPN, siendo las elecciones generales con los candidatos de otros partidos prácticamente un trámite burocrático que había que cumplir más para la división de las bancas en la Legislatura provincial que otra cosa.
Entre las internas más destacadas es interesante recordar la victoria y revancha de los amarillos de Felipe Sapag sobre los blancos de Sobisch en 1995 y el triunfo de Jorge Sapag con su Lista Azul sobre los blancos que proponían el regreso de Pedro Salvatori al sillón de Roca y Rioja, debido a que Sobisch ya había cumplido sus dos mandatos constitucionales y no podía ser reelecto.
La victoria Azul marcó un contundente y prolongado liderazgo en Neuquén que duró 16 años, cuyas últimas elecciones internas pueden considerarse como victorias pírricas (dícese de una victoria ganada a un costo demasiado grande), puesto que luego de cada enfrentamiento el costo económico para la sociedad era muy alto, ya que los aparatos políticos de uno y otro sector interno del MPN crecían desproporcionadamente borrando de a poco las líneas divisorias entre los intereses del partido y los del Estado. La estafa de los planes sociales fue un claro ejemplo de esto.
En este contexto, cualquier forma de disenso al interior del MPN tendría que enfrentar a un aparato invencible para las categorías de gobernador, vicegobernador y diputados provinciales dado que, al no dirimirse en elecciones obligatorias, quien más recursos económicos y más poder de movilización poseía, era el ganador, independientemente de la legitimidad, carisma o capacidad política de los candidatos.
Los únicos caminos trazados para quienes enfrentaran a la Lista Azul eran solo dos: rendirse o abandonar el histórico partido.
La última interna del MPN
"Otra batalla más como esta y perderemos la guerra" es la frase que popularizó la figura del Rey Pirro a lo largo del tiempo y, para el MPN, esas palabras probablemente cobraron sentido en 2019 cuando el entonces vicegobernador Rolando Figueroa decidió enfrentar en elecciones internas a la Lista Azul, sintiendo en carne propia el peso del aparato político. Gracias a su capacidad de movilización y a los "votos seguros", Omar Gutiérrez se impuso con un contundente 57% de los votos frente al 36% de la Lista Violeta de Figueroa.
Fue así que, en 2023, Rolando Figueroa tomó la decisión que sellaría su llegada a la gobernación.
Enfrentar a la lista Azul desde afuera, en lugar de hacerlo a través de una interna, le otorgó dos grandes beneficios: en primer lugar, el enfrentamiento se daría en elecciones generales, donde todos están obligados a votar y el peso del aparato político disminuye significativamente. En segundo lugar, le permitió forjar alianzas con dirigentes de diversos partidos que, históricamente, habían intentado sin éxito vencer al MPN, presentándose una oportunidad inigualable en su historia. Una rebelión interna, pero librada desde afuera.
El cambio de época
Hoy, las internas del MPN son cosa del pasado, ya que no queda nada por definir en su estructura vacía, y más temprano que tarde, las elecciones PASO serán eliminadas en Argentina.
El esquema electoral en Neuquén y en el país ha cambiado para siempre. Los electores ya no confían en los partidos políticos: ahora votan por personas e ideas, dejando atrás los sellos de goma.
Al mismo tiempo, internet y las redes sociales han democratizado el acceso a la opinión pública, evitando que la política sea monopolizada por quienes tienen mayor acceso a los medios de comunicación tradicionales o capacidad de lobby.
No se trata de predecir los resultados de 2025, sino de comprender el nuevo escenario político. La era de las estructuras partidarias omnipotentes está llegando a su fin, y con ella, las internas que definían el destino de Neuquén y de Argentina. Ahora, la decisión está en manos de la sociedad, sin filtros ni intermediarios.
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