Una familia agricultora, que lleva muchos años viviendo en el barrio Belgrano, dio a conocer la reciente cosecha fuera de serie.
Su familia siempre tuvo mano verde para trabajar la tierra y hacer crecer todo tipo de verduras y frutales. Habituados al contexto de una chacra, cuando regresaron a la ciudad de Neuquén echaron raíces en el barrio Belgrano. En un terreno, levantaron sus casas; y en el otro, labraron la tierra para una huerta que fue su sustento hasta que pudieron jubilarse.
Los hacedores de la tierra en el barrio Belgrano fueron los padres de Dina Cheuque: Filomena Enriquez, de 72 años; y Juan Cheuque, quien falleció a fines del año pasado. Juntos, caminaron a la par y fueron compañeros de huerta. Cuando Juan dejó este mundo, Filomena encontró entre verduras y frutas su reparo ideal. Ya lo era cuando estaban los dos; mucho más después que vio partir a su compañero de vida.
"Siempre estuvieron los dos. Y cuando mi papá falleció; a mi mamá la huerta le ayudó un montón para despejarse. A ella el contacto con la tierra le gusta mucho. Ahora se prepara para sembrar otras verduras de hojas verdes. También hace poditos de las flores y plantas nuevas. Se levanta temprano a regar, le gusta cantar, va a la iglesia... también se entretiene con eso", describió Dina, su hija, en diálogo con LMNeuquén.
La mujer vive con su madre en una propiedad que está sobre la calle Lamarque 850 del barrio Belgrano, desde hace aproximadamente 28 años. Antes, vivían en Río Grande.
Productores de toda la vida
La fuente de su sustento siempre fueron las verduras. "Mi familia producía y vendía, desde cajones de tomate y zapallo hasta frutales. Todo lo que a mis padres les permitiera la tierra", contó la mujer.
Durante varios años, también vivieron en una chacra de Senillosa que sus padres cuidaron y a la vez produjeron. Mientras tanto, ella y sus hermanos, ya grandes, residían en la casa de Belgrano. Cuando su papá enfermó y comenzó a tener problemas de salud, se volvieron a Neuquén; y una vez jubilados, siguieron cultivando la tierra para consumo personal.
Algo de choclo está quedando. Achicoria, lechuga muy poco, zapallito verde...albahaca, ají picante, orégano y otras hierbas.Hace pocos días atrás, utilizaron los tomates para hacer salsa; un ritual que Filomena realiza todos los años con mucho placer y dedicación. "Ahora viene el otoño, y mi mamá planta otras cosas...verduras de hojas verdes como la acelga", indicó.
Las dimensiones del zapallo gigante
Pero la sorpresa, sin dudas, fue el zapallo tipo calabaza que cosecharon hace poco de la planta. Pesa aproximadamente 16 kilos y mide 90 centímetros. "Es la primera vez que saca uno así", dijo la vecina Dina.
Anteriormente, su madre había participado de algunas competencias con otras variedades de zapallo, pero nunca tan grande como el que exhibió en fotos.
"Ahora lo tiene que dejar estacionar para que madure un poco más y se asiente el sabor. Lo deja al sol en un canasto; y cuando esté listo, hará un locro para comer con sus 12 nietos", concluyó su hija.
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