La universidad jaquea al "topo que va a destruir el Estado desde adentro"

Javier Milei se autoproclamó como “el topo que va a destruir el Estado desde adentro” luego de ganar la Presidencia en la segunda vuelta de las elecciones de 2023 con el 56% de los votos. En once meses el plan para el objetivo presidencial generó muchos conflictos, ninguno del tamaño del universitario.

Se mantiene alta la consideración popular sobre la educación superior en pleno desarrollo de una campaña gubernamental para limarla. El poder de movilización de la universidad es brutal.

Los efectos sobre la gestión para destruir el Estado desde adentro son inciertos. ¿La demostración va a cambiar a Milei? Es imprevisible. En abril, con otro contexto de aprobación de la gestión y mejor imagen del presidente, el gobierno soltó a regañadientes los recursos que reclamaban los rectores para no tener que cerrar las universidades por falta de fondos para el funcionamiento básico.

Ahora, los docentes acusan una pérdida del 50% en el poder adquisitivo con Milei en la Rosada. Los no docentes están en la misma sino peor. La mitad de los estudiantes tienen problemas para pagarse el transporte, según las estadísticas de pobreza del primer semestre. La movilización tiene alimento.

¿Cómo llegó hasta acá Milei?

La primera puntada del plan gubernamental fue el DNU 70/2023, que está en vigencia. El segundo mojón del itinerario libertario fue la Ley Bases, largamente negociada hasta ser aprobada en el Congreso de la Nación con el aporte de los votos de los bloques que se plantaron como colaboracionistas con la gestión. A la par del apoyo popular y el de la mayoría de la representación política, los ejes del plan de Milei se fortalecieron con el apoyo unánime del establishment empresario nacional.

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Se viene una sesión fundamental en la Cámara de Diputados.

A once meses de asumir, el presidente capea la crisis de la macroeconomía con varias alarmas encendidas, pero bajo control coyuntural, a la vez que empieza a hacer aguas en las encuestas, que fueron hasta ahora el principal anabólico de la fortaleza presidencial para lidiar en el escenario político con una raquítica tropa parlamentaria propia.

La movilización de los estudiantes, docentes y no docentes de la universidad generó un nivel de adhesión imposible para los partidos políticos. Tuvo réplicas multitudinarias en todas las provincias. El contrapunto del conflicto más peligroso para el gobierno tiene transversalidad partidaria y distribución federal.

“No estamos en contra de las universidades ni de los estudiantes, los entendemos, nuestro problema es con el Congreso, al que se le dio por aprobar leyes que no respetan el principio del déficit cero”, hilvanó el gobierno en el mensaje que se distribuyó entre sus legisladores referentes y los influencers.

La manifestación de las universidades fue la respuesta al anuncio del presidente Javier Milei del veto a la Ley de financiamiento universitario, que garantiza fondos para los sueldos de los docentes y no docentes.

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El gobierno dejó trascender que la manifestación no torcerá el brazo de Milei, quien tenía a la firma el texto del veto mientras marchaban multitudes en contra de esa decisión. La última vez que el presidente vetó una ley con afectación presupuestaria hachó un aumento a los jubilados y ganó la batalla en el Congreso para evitar su rechazo.

En esta oportunidad, el escenario le es adverso. La negociación del gobierno no consiguió por ahora ni siquiera los votos del bloque completo del Pro en Diputados. En la trastienda, la pelea de Milei con el líder del Pro, Mauricio Macri, escaló hasta lo más alto desde que se planteó. La fusión del ala del Pro que comanda Patricia Bullrich con La Libertad Avanza detonó esa escalada.

Mientras que los cinco radicales que salvaron al gobierno de la derrota en la puja contra los jubilados tampoco están confirmados en el poroteo libertario en la pelea contra la universidad. Uno de esos es el del neuquino Pablo Cervi, quien evitó adelantar su postura al referirse al tema en una entrevista radial el miércoles en la mañana. Dijo que trabajaría para abrir una instancia de negociación entre las universidades y el gobierno.