Laguna Miranda, un refugio ancestral en el centro de Neuquén
Se ubica a unos 20 kilómetros de Zapala, por la Ruta 13. Carmen y Antonella, con casi 30 años de diferencia, luchan para que no se pierdan las costumbres.
Ahí cerquita de Zapala nomás está Laguna Miranda. En un puesto campesino, crianceros y artesanos apuestan a un turismo rural de cercanía para mostrar y hacer conocer las costumbres ancestrales de las tierras del centro neuquino. Creen y están convencidos que la única manera de que no se pierdan los usos y costumbres de los antiguos es acercarla a las nuevas generaciones para que las conozcan y las aprendan a valorar.
Carmen Clemente, criancera y artesana, habló de su proyecto de un emprendimiento turístico en Laguna Miranda y su trabajo en telar artesanal. Destaca la importancia de preservar la cultura y tradición del campo y la artesanía, y su intención de compartir y enseñar a otros.
Durante el fin de semana se llevó a adelante en este paraje la tercera edición de la Fiesta de la Casita de la Artesanía con exposición y venta de artesanías y vellones de lana. También hubo desfile de montados y destrezas criollas para principiantes con caballos criollos de la zona y por la noche hubo un gran cierre con un gran acordeonazo con grupos en vivo. Entre ellos estuvieron Ariel Millaín y su Ventarrón, Los Nocheros Tropicales y los Rancheros de Laguna Miranda.
Carmen, una artesana que busca enseñar
Laguna Miranda está rodeada de una hermosa estepa con muchos atractivos naturales y es la antesala de la precordillera neuquina y se encuentra al pie de la ruta 13 que une Zapala con Primeros Pinos. Es de esa misma ruta que hay que transitar unos 5 kilómetros en un camino muy bien cuidado y justo al lado de la escuela 218 de este paraje rural se encuentra el emprendimiento que se viene haciendo conocido como la Casita de la Artesanía.
Es un emprendimiento que además de fomentar la venta de artesanías en tejidos busca también ser una especie de refugio o “escuelita” para enseñar el arte del tejido mapuche a los lugareños y a todas aquellas personas interesadas de la región que busquen aprender las técnicas milenarias de la actividad. Carmen es la entusiasta emprendedora y tejedora que se ha puesto al frente de esta idea que pretende también poner en valor el turismo de cercanía.
“El evento fue organizado para seguir recaudando fondos para avanzar y terminar la casita de la artesanía para el día de mañana enseñar a otros. Esa es mi idea”, contó Carmen en diálogo con LM Neuquén.
“Este oficio lo aprendí de mi abuela Juana Ñancucheo, oriunda del paraje Macho Negro, muy cerca de Laguna Blanca. A los 8 años aprendí a hilar y a tejer con los conocimientos de las primeras bases. Luego me fui perfeccionando y ya a los 12 años aprendí bien todas las técnicas. Y desde esa época hasta hoy que voy a cumplir 40 años sigo haciendo con el mismo amor y pasión este lindo trabajo”, comentó.
Además destacó que “es el único sustento que tengo. En realidad no tengo planes, no tengo nada. El único ingreso es a partir de mis trabajos de artesana y sirve para el sostén de mi familia”.
Respecto a los trabajos que salen como fruto de sus manos, enumeró: ponchos, maletas, fajas, cinchas, peleras, carteras, morrales, medias, guantes, mitones, chalecos. “Todo es tejido artesanal, en telar con trabajos de labores, peinecillo, ojito y el doble faz, que es la faja doble”, remarcó.
El turismo de cercanía como visión
La escasa distancia con Zapala es lo que alienta a Carmen a seguir avanzando con sus trabajos de construcción y de difusión de las bondades del lugar y un potencial polo de desarrollo de una enseñanza de las labores en tejido mapuche.
“La casita de la artesanía que estamos construyendo codo a codo con mi esposo Santiago García y con mis tres hijos tendrá una superficie cubierta de unos 80 m2. La estamos construyendo con piedra laja que alguna vez trajimos del paraje Los Catutos. Mi esposo es albañil y yo soy su ayudante y de a poco vamos levantando las paredes. El objetivo es contar con un salón de venta de artesanías pero también que sea un rincón para abrir el conocimiento a la comunidad y enseñar el arte del tejido a todas las personas que lo quieran aprender. Estas tradiciones nunca se deben perder”, enfatizó. Para los que quieran aprender o saber más de este emprendimiento, Carmen dejó su contacto: 2942-572728
La artesana y criancera que está a punto de cumplir sus cuatro décadas de vida está empecinada en que las costumbres del campo del centro neuquino no desaparezcan. “Es como un emprendimiento turístico lo que quiero hacer. Es para atraer un poco a la gente para que conozcan el lugar y conozcan lo que se vive en el campo y de lo que uno vive porque en realidad hay gente que no sabe estas cosas y muchas veces no se valora”, destacó. La intención es recibir gente durante todo el año pero en especial en el verano.
“Quiero que la gente venga a acampar, venga a quedarse un día, alojarse, siempre y cuando avisen con tiempo, por el tema de tenerles un chivito listo y prepararnos para esperarlos. Esas mismas cosas las queremos hacer ahora en la temporada de invierno o en las vacaciones”. Por último expresó que “mi mayor orgullo es ser del campo y defender lo del campo y defender esto de la tradición, defender esto de la cultura, que no se pierda. Porque es algo que uno lleva en la sangre y es también en honor a nuestros padres y abuelos”.
Antonella, la pequeña “amazona” de Los Catutos
La fiesta de la Casita de la Artesanía tuvo de todo un poco y las destrezas criollas fueron su punto fuerte. La vuelta del palo y tambores, la sortija y carrera del dormido, entre otras. Y en estas destrezas se destacó la presencia de la pequeña “amazona” de 13 años de Los Catutos.
Antonella Abello y su yegua “Nievecita” encendieron al público con cada participación con aliento y aplausos sin parar. La niña es oriunda de San Martín de Los Andes pero hace unos 10 años que vive con sus padres en el paraje cercano a Zapala. Allí junto a su familia se dedica a las faenas del campo.
“Le gusta todo lo que es campero y hoy venimos a darle una mano a Laguna Miranda a nuestro amigo Santiago García. Trajimos los caballos, venimos por tierra. Feliz con mi hija porque participó en la pasada de tambores, tirada arrienda y vuelta del palo. En varias ocasiones logró llegar al segundo puesto”, dijo su papá Mario.
Contó también que la pequeña tiene mucha actividad en su haber, las últimas participaciones las había hecho en las fiestas populares de Villa Pehuenia y Las Lajas. El padre de la amazona se mostró orgulloso porque su hija fue la abanderada del desfile de montados y al final de la fiesta todos los vecinos y turistas le pedían una foto como recuerdo. Algo que también resultó bastante divertido y con mucha participación del público presente fue el popular juego de la taba.
En el GPS
Laguna Miranda es un rincón del centro neuquino. Es un paisaje de estepa maravilloso y la laguna que le entrega el nombre al lugar tiene altibajos en su caudal pero presenta un paisaje imponente rodeado de cerros con singulares formas. Es un lugar ideal para caminatas saludables y recreativas, avistaje de aves y además en sus alrededores se encuentran unas vistosas piedras de colores que los turistas pasan largas momentos juntando algunas piezas del suelo. Se encuentra a 20 kilómetros de Zapala por la ruta 13, desde donde hay que tomar un camino interno y recorrer unos 5 en camino de ripio y allí las bondades de la naturaleza y la amabilidad y cordialidad de su gente lo hacen y los transforman como un agradable destino de turismo de cercanía.
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