El boom inmobiliario deja valores imposibles para la mayoría que no está en el petróleo. Lo que ocurre allí podría ser un reflejo del futuro de la región.
Alquilar en Añelo es casi como vivir en otro planeta. En la capital de Vaca Muerta, los departamentos y casas en alquiler alcanzan cifras que parecen de Houston o Dallas, pero sin la infraestructura ni los servicios de esas ciudades de los Estados Unidos. Sigue siendo una ciudad de dormitorios VIP, solo por el precio.
Con valores que llegan hasta los 10.000 dólares por mes para una casa de cuatro ambientes, la fiebre inmobiliaria de la industria petrolera transformó al pueblo en una burbuja donde el acceso a la vivienda es un privilegio para pocos, pero sobre todo, para el mundo de las empresas.
La lógica del negocio se sostiene desde hace años y consiste en reducir al mínimo los metros cuadrados y maximizar la renta con trabajadores petroleros y empresas dispuestas a pagar lo que sea necesario para asegurar alojamiento a su personal. En este esquema, en Añelo nada cuesta menos de 2 millones de pesos por persona, un número que se hace difícil para el 80% de la población de Neuquén.
El modelo de alquiler en Añelo y el boom de la construcción sigue floreciendo, al ritmo de las etapas de fracturas y los récords de producción, que se baten casi todos los meses.
Alquileres: petroleros agrupados en habitaciones
Según el sitio Zonaprop, hay departamentos de 50 metros cuadrados con tres ambientes se ofrecen a valores que superan los 4 millones de pesos mensuales, con la mayoría de las unidades destinadas a empresas.
Una casa estándar con dos dormitorios y un baño, equipada con lo básico, puede llegar a los 2,6 millones de pesos, mientras que las propiedades más amplias o con mejores ubicaciones superan los 10.000 dólares.
El contrato se hace con las empresas, o directamente con varios petroleros que trabajan en diagramas y cerca de los yacimientos, o con un elenco estable de gente que hace trabajos puntuales en Vaca Muerta. Para un vecino de a pie, vivir en Añelo no tiene sentido, salvo que se esté ligado al mundo del shale.
Según el Colegio de Arquitectos de Neuquén, la construcción en Añelo es un 20% más cara que en la capital provincial. Los costos de los materiales, el traslado y la competencia por la demanda de las petroleras encarecen las obras civiles, haciendo que la inversión inmobiliaria sea rentable solo para quienes ya están dentro del negocio.
El espejo de Texas, pero sin la infraestructura
Lo que ocurre en Añelo tiene cierto paralelismo con el boom del shale en Texas, donde ciudades como Dallas o Houston vieron despegar su mercado inmobiliario con el auge del petróleo. Sin embargo, la diferencia es abismal: en esas ciudades, el crecimiento vino acompañado de mejoras en infraestructura, servicios y calidad de vida. En Añelo, en cambio, la fiebre del shale no garantiza ni agua potable constante ni un sistema de transporte eficiente.
Según el sitio Zillow, especializado en el mercado inmobiliario en Estados Unidos, una habitación de 80 metros cuadrados en Dallas tiene un precio de alquiler de 1000 a 1500 dólares de una o dos habitaciones. Es un precio sensiblemente inferior a los que pasa en Añelo.
Añelo es una ciudad que nunca para de crecer y todo el tiempo, en cada esquina, hay una obra en construcción o modificación. O un tráiler para alquilar, en el peor de los caos.
De acuerdo a los datos del Registro Civil de la localidad, que trabaja de lunes a jueves, todos los días hay entre 20 y 30 personas promedio que realizan cambios de domicilio a la capital de Vaca Muerta, con un objetivo: conseguir trabajo en una petrolera.
Añelo, la ciudad que explota de construcciones
Añelo está dividida en varios sectores, uno es Casco Viejo, y otra la zona industrial de la meseta, donde hay cada vez más familias instaladas. Allí también hay empresas y particulares que alquilan tráileres para que los petroleros puedan vivir, en los días de diagrama laboral.
Los nuevos trabajadores que llegan no tienen donde alojarse, a menos que las empresas gestionen los alquileres.
Vivir en Añelo es arrojarse a la incertidumbre de un problema habitacional. Los precios de los alimentos, más allá de la inflación que hay en el país y en particular en Neuquén (por la consideración de la zona petrolera y el transporte) están mucho más altos.
La explosión del valor del metro cuadrado en la capital de Vaca Muerta es una señal de alerta para Neuquén y el Alto Valle. Si el desarrollo de la industria sigue elevando los costos de vida sin una planificación urbana acorde, la región podría traer una crisis habitacional que no solo afecte a los trabajadores petroleros, sino también al resto de la población, que no puede competir con los sueldos de la industria.
Pero por ahora, en Añelo, los alquileres siguen con el precio de otro mundo.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario