Son de diversos puntos de la provincia. Se capacitaron, desarrollan sus habilidades y obtienen sus ingresos.
La venta independiente de productos de belleza que lleva adelante Mara, una joven con discapacidad. Caminatas guiadas por Rosa en Ruca Choroy, que permiten al visitante adentrarse en la cosmovisión mapuche en medio del silencio. La oportunidad para Patricia de ser su propia jefa en un emprendimiento textil. Jornadas de trabajo de Luciana con empresas petroleras, un rubro tradicionalmente masculino.
Estas son solo algunas de las historias de mujeres neuquinas, que día tras día buscan crecer en el mundo del emprendedurismo.
Mara Núñez es una joven neuquina con discapacidad que comenzó a emprender este año, un 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer. MaruBeautty es el nombre de su emprendimiento, a través del cual comercializa productos capilares y de maquillaje.
Cuenta que eligió el rubro de venta de maquillaje "porque siempre estuve muy relacionado a lo que es maquillar, he hecho cursos para perfeccionarme. Nunca lo ejercí porque es un poco difícil hacerlo con una movilidad reducida como la que yo tengo, pero hoy con mi emprendimiento puedo ayudar a muchas mujeres desde mis conocimientos”.
Explica que “si bien hace muy poco estoy con esta actividad, para mí hoy significa independencia total más allá de mi discapacidad. Emprenderme ayudó mucho a darme cuenta que era capaz de hacer muchas cosas según mi manera y posibilidades”.
Una puerta que se abrió
Mara ha participado en Feriarte, la feria que organiza la subsecretaría de Discapacidad. “Pero además soy muy constante en promocionar los productos por las redes sociales, me gusta para que la gente trate de conocerme un poco más. La verdad que siempre tuve buenas reacciones y predisposición del otro lado con mis clientas, me hacen sentir muy cómoda y eso está muy bueno”.
Juana Rosa Calfinahuel reside en Ruca Choroy, en el departamento Aluminé, y lleva adelante el emprendimiento “Cafk´n Mapu” (susurro de la naturaleza), una propuesta de turismo cultural. Y como ella explica, “son caminatas guiadas desde la cosmovisión mapuche, en pos de preservar el medio ambiente bien entendido, porque muchas veces se habla del medio ambiente pero no se lleva a la práctica como corresponde. Desde mi mirada mapuche cuidamos todo lo que es la naturaleza”. Las caminatas permiten recorrer el bosque del Pehuén, entre ríos, arroyos, vertientes y el lago Ruca Choroy.
El emprendimiento se desarrolló en 2014 y 2015 cuando se desempeñó como guía de trekking con resultados “altamente positivos, llegó muy bien a la gente”. Luego se discontinuó unos años y se reactivó en 2023, con nuevos proyectos para Rosa. “Volví a activar mis caminatas y quiero jerarquizar el emprendimiento con una ruca mapuche donde el mapudungun, idioma tan mío, sea el nutriente para todo lo que tiene la cultura mapuche”, explica. En este espacio, el objetivo será difundir la cultura mapuche (arte, ceremonias, cantos de protección espiritual).
A las caminatas asisten personas de todas las edades, contingentes de escuelas, estudiantes de la carrera de Turismo, jubilados y turistas, “que llegan a la cordillera para poder salir del ruido”, asegura.
Perspectiva de diversidad
Patricia Chanqueo es una mujer trans que se encuentra capacitándose y comenzando el camino del emprendedurismo. Cuenta que “estoy formándome para hacer productos textiles, ropa, de manera independiente. Hago un curso en un lugar de contención de una parroquia (la Casa Santa Teresita del Niño Jesús), me compré mi máquina y estoy preparándome. Me gustaría que sea mi proyecto de vida y salida laboral, trabajar para mí y no en relación de dependencia”.
Considera entusiasmada que “ser mi propia jefa es mejor, manejar mis horarios también. Es la primera vez que lo hago, que me animo a emprender y me gusta mucho. Ya arranqué haciendo arreglos, poniendo cierres y más adelante quiero hacer cortinas para vender y diseñar ropa”.
Desde Neuquén capital, Luciana Oviedo lleva actualmente adelante el emprendimiento “Schmidt Oviedo – Obras y Servicios”, que presta servicios a las empresas petroleras en obras civiles, industriales y en la provisión de insumos básicos. Pero su recorrido comenzó hace casi diez años.
“Emprendo desde el 2015, me motivó salir de la relación de dependencia el crecimiento de mi primera hija, que me necesitaba más presente. Primero fue con un lavadero de ropa, luego con una pinturería y así llegué al rubro de la construcción. En la pandemia me puse a estudiar, soy martillera. Después con mi pareja decidimos unirnos en el rubro de metalúrgica petrolera, él es soldador y venía trabajando en una empresa familiar, unimos nuestras pasiones para empezar algo propio”.
Asegura que “la ventaja de emprender es salir de la zona de confort, me encantan los desafíos, te lleva a conocerte y saber que no hay límites. La batalla constante es con una misma, desafiarte, decir, voy a poder”.
Luciana hoy se encuentra cursando el cuarto mes de embarazo y su actividad le permite manejar sus horarios. “Es un arma de doble filo porque solo depende de ti, otro inconveniente es la inestabilidad, que en la pandemia fue más evidente. También la dificultad de los costos para crecer, tener más empleados, es una limitante”.
¿Qué significa emprender siendo mujer? “En mi caso, son rubros que están muy marcados por los hombres, me pasaba que no me tomaban en serio; en las obras me miraban como diciendo ´qué viene ésta a decirme lo que tengo qué hacer`. Por suerte tengo un carácter fuerte, que también a veces no es bien visto”. En este sentido, considera que “ mucho de lo que se está haciendo desde la provincia y en los municipios están haciendo más flexible esto, hay muchas empresas que tienen la perspectiva de género y se nota; hoy estoy relacionándome con otras mujeres en el rubro”.
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