Otoño Uriarte, memoria y resistencia por la verdad

Hablar de resistencia, lucha y memoria nos lleva inevitablemente a General Fernández Oro. Allí, el nombre de Otoño Uriarte permanece intacto, resonando como un eco que no se apaga. Para la comunidad de Cipolletti, evoca un déjà vu con nombres como Paula, María Emilia y Verónica Villar, las primeras víctimas de femicidio que aún sigue impune.

La Real Academia Española define resistencia como “acción y efecto de resistir o resistirse”. En Fernández Oro, Otoño se convirtió en un verbo, un símbolo que cobra vida a través de cada rincón de la ciudad.

Al entrar, en una garita se ven dos jóvenes esperando el colectivo, mientras Otoño los acompaña desde un mural. "Otoño vive", dicen las letras rojas que se confunden con el césped de una plaza soleada. Un poco más allá, un inmenso mural proyecta sus ojos, los mismos que, desde hace 18 años, buscan respuestas y no dejan que la comunidad caiga en el olvido.

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En Fernández Oro, la vida y el femicidio de Otoño Uriarte permanecen en la memoria colectiva, a la espera del juicio.

La escuela secundaria donde Otoño estudiaba es otro escenario cargado de memoria. Hace 18 años, compañeras y compañeros quedaron inquietos, marchando por primera vez ese 26 de octubre de 2006, donde se hizo hábito todos los días, junto a la familia de Otoño, vecinos y vecinas y el Padre Pancho, quien les infundía fe para caminar esas calles de piedra. Hoy, el edificio es un santuario de grafitis y pintadas, un espacio donde las paredes gritan los sueños truncados de una adolescente que no debió faltar.

El periodista Rodolfo Walsh decía: "Las paredes son la imprenta de los pueblos". En Oro, esas paredes aún cuentan una historia que duele, pero que resiste. Frases como “Otoño vive, que no se duerma mi pueblo”, “El momento de luchar por la verdad es ahora”, y “Sin Otoño no hay primavera” decoran las calles. Cada esquina está marcada por la lucha, con afiches y murales que narran 18 años de resistencia activa.

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En Fernández Oro, la vida y el femicidio de Otoño Uriarte permanecen en la memoria colectiva, a la espera del juicio.

Las pibas en bicicleta sonríen, mientras las pintadas de Otoño las miran desde cada costado. En ese lugar seguro, la resistencia da vida. Un padre, Roberto Uriarte, que no ha dejado de alzar su voz en 18 años, aunque sabe que la verdadera justicia sería que su hija estuviera viva. Una Asamblea que se sostuvo para seguir preguntando: ¿Qué pasó con Otoño?

El juicio por Otoño Uriarte

Hoy, 26 de noviembre, comienza el juicio por el femicidio de Otoño Uriarte. Serán diez audiencias, setenta testigos y cuatro acusados. Después de 18 años de impunidad, la comunidad aún exige una respuesta.

Un juicio que solo busca saber la verdad. Una verdad que 18 años quiso borrar la impunidad, pero la resistencia siempre será un lugar más seguro, porque la memoria como dijo una vez Ofelia Villar en una marcha es la denuncia pública y “Otoño vive en quienes luchan”, “Otoño vive en nuestra resistencia”.

Los acusados, imputados por el delito de “privación ilegítima de la libertad agravada por la duración en el tiempo”, son Maximiliano Manuel Lagos, Germán Ángel Antilaf, Néstor Ricardo Cau y José Hiram Jafri.

Salvo Antilaf que está preso en el Establecimiento Penal 2 de Roca por un caso de robo calificado, los demás están en libertad.