Con el cambio de gobierno en Estados Unidos se avizora una reconfiguración de la geopolítica, con un potencial impacto en el escenario energético, que es favorable a la provincia.
La cotización del petróleo es una de las variables más influyentes en la salud de la economía neuquina. Ajeno a las decisiones políticas y empresarias locales, el precio del crudo es determinante para el tamaño de la ambición que empuja los planes de producción y marca el ritmo de los vaivenes de la rentabilidad de la industria como la de los ingresos públicos provinciales.
El escenario pos pandemia presentó condiciones favorables a los intereses locales, que ahora fueron alcanzadas por la incertidumbre respecto potencial impacto de la política petrolera de Donald Trump en la Presidencia de Estados Unidos. En el escenario actual, la producción encuentra un incentivo generoso en el precio del petróleo en el mercado internacional, tonificado por el impacto de las esquirlas de la guerra en Ucrania en las relaciones de la oferta y la demanda global.
Trump insinuó que su gestión buscará un rápido final de la guerra que inició Rusia en Ucrania hace tres años y alentará un incremento de la oferta de petróleo, dos políticas que entre sus efectos provocarían una moderación en el precio del crudo, que aparece entre las necesidades de un plan expansivo para la industria nacional, como el que prometió el republicano.
Viento a favor de la economía neuquina
Con la reconfiguración del mercado se consolidó un esquema con precios altos y demanda creciente, que favoreció los planes de expansión de las operaciones petroleras en los yacimientos de Vaca Muerta.
Con ese contexto, la producción petrolera neuquina no dejó de aumentar desde la salida de la cuarentena, en la segunda mitad del 2020. Desde los niveles más bajos que conociera, creció hasta superar sus máximos históricos unos años después.
Las proyecciones para el futuro inmediato de la producción neuquina, que auguran la continuidad del crecimiento de la actividad, están sujetas al impacto de la gestión de Trump sobre el esquema vigente.
La geopolítica tiene tanta o más incidencia que el mercado en la evolución del precio del petróleo. En su ámbito y no en el de la libre competencia entre los productores se decide el tamaño de la oferta mundial de crudo, una de las dos variables determinantes de la cotización. La otra es la demanda, que es más sensible al impacto de las variaciones de las principales economías consumidoras. En este aspecto es clave el comportamiento del principal demandante, que es China, cuya economía sigue ralentizada.
Los escenarios que se proyectan
Con la incertidumbre que aporta el cambio de gobierno en Estados Unidos y las anclas que moderan la demanda, se proyectan tres escenarios para la evolución del precio del petróleo.
El escenario optimista contempla que el precio del petróleo podría alcanzar niveles superiores a los actuales debido a varios factores. En primer lugar, una recuperación económica de China, que impulsaría la demanda global. Además, las sanciones a las exportaciones de petróleo iraní y ruso podrían limitar la oferta, generando un aumento en los precios. En este contexto, se espera que el precio del Brent alcance los 85 dólares por barril a fines de este año.
En el escenario más realista se plantea que el precio del petróleo se mantenga relativamente estable, con pequeñas fluctuaciones debido a la oferta y demanda. La abundante producción de países no pertenecientes a la OPEP, como Estados Unidos, podría mantener el mercado bien abastecido. A su vez, la demanda de China podría no crecer tan rápido como se esperaba debido a la transición hacia vehículos eléctricos. En este escenario, se prevé que el precio del Brent se sitúe alrededor de los 75 dólares por barril hacia fines del 2025.
En un escenario pesimista el precio del petróleo podría experimentar una caída significativa debido a una combinación de factores. La desaceleración económica global, especialmente en economías emergentes, podría reducir la demanda de petróleo. Además, un aumento en la producción de países no pertenecientes a la OPEP podría generar un exceso de oferta en el mercado. En este contexto, se espera que el precio del Brent descienda a 65 dólares por barril a fines de 2025.
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