Hay un agente municipal cada 18 habitantes. A falta de recursos para aumentar los sueldos, se acordó cederle a los empleados el 20% de lo que se recaude de tasas locales.
La Municipalidad de Senillosa cuenta con un plantel de empleados que, entre planta política, permanente y contratados, oscila los 750 y 700 agentes municipales. Para una población de 13.000 habitantes permanentes, la ecuación daría una relación de 1 empleado cada 18 habitantes.
Para hacerlo más simple, en Senillosa, el empleado municipal estaría presente en la mayoría de las familias de la localidad. El despilfarro cometido es la muestra más clara del descaro y la irresponsabilidad con que se administraron los recursos durante todos estos años.
Las continuas campañas políticas llevaron a que, cada año, la planta de empleados se ampliara un poco más. La situación es tal, que en la actualidad el 100 por ciento de los recursos que ingresan al municipio son destinados al pago de salarios. Así y todo la sabana es corta. Se paga tarde y mal.
En Senillosa hay gente contratada por $45 mil pesos que conviven con agentes municipales, cuyo mayor ingreso llegaría a los 800 mil pesos. Los contrastes y las injusticias son moneda corriente. Una huelga de empleados de varias semanas, con cortes de ruta incluidos, obligó la intervención del gobierno de la provincia.
Un acuerdo que hace ruido
Las negociaciones comenzaron la semana anterior y culminaron con un acuerdo el miércoles pasado. La falta recursos y la imposibilidad de incrementar los ingresos vía provincial obligó a los “negociadores” a encontrar una herramienta que, al parecer, conformó a todos. Los empleados de planta permanente participarán del reparto del 20 por ciento de la recaudación que surja del cobro de las tasas municipales.
Los funcionarios provinciales, del Municipio local y representantes de ATE Senillosa, parieron un sistema de coparticipación de la recaudación propia entre los empleados municipales. La medida, esta mañana, fue festejada por los empleados locales. En el ámbito provincial, los mentores trataban de disimular la medida, aduciendo que “ahora van a tener que salir a recaudar”.
Mientras que el resto de los intendentes, asisten atónitos a una situación, que, si permanece sin modificaciones, tardará muy poco tiempo en llegar a la puerta de sus despachos.
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