María Cristina Villar es autora de Miradas desde el interior. Lo escribió estando presa en la Unidad 16 de mujeres de Neuquén. Interpela al sistema de justicia y las condiciones de detención en las cárceles.
En 2021 María Cristina Villar fue condenada a cinco años y seis meses de prisión por un delito por el que fue también condenado su hermano. La causa fue caratulada como privación ilegal de la libertad y secuestro coactivo. En la Unidad N° 16 de mujeres de Neuquén, Cristina halló su cable a tierra en los talleres que se dictaban ahí dentro, sobre todo en el de escritura, y publicó Miradas desde el interior, un libro que sintetizó, de alguna manera, ese proceso en el que pudo transformar esa experiencia adversa en la posibilidad de otro presente. Y de otro futuro.
Al compartir su historia, Cristina no duda en abrir el debate siempre abierto e incómodo acerca de la administración e impartición de justicia, de para quiénes la Justicia es justa y para quienes no, cuál es la situación actual de los lugares de encierro y qué condiciones no están garantizadas hoy para las personas privadas de libertad.
Cristina aclara que no se deslinda de su responsabilidad, pero señala y revela ciertas inequidades a la hora de ser juzgada ella, una persona sin recursos que, sin la posibilidad de pagar abogados particulares, fue representada por los defensores oficiales. Y en ese proceso, dice, atravesó situaciones que no le parecieron justas, y alude al sesgo de clase que atraviesa al sistema de justicia.
Sin "verdadera Justicia"
“Lo que cuestionamos desde un principio fue que no se ejerce verdadera justicia, sino que hay mucha connivencia dentro de lo que es el poder político y la Justicia. Se supone que constitucionalmente debería haber una imparcialidad en los tres poderes. La Justicia debe juzgar en condición de igualdad a todas las personas”, expresa Cristina hoy, fuera de la Unidad N° 16, de donde salió en libertad condicional en septiembre de 2024, habiendo cumplido dos años y dos meses de prisión efectiva.
Y agrega: “Y hoy lo estamos viviendo con este Gobierno nacional que tenemos, que avanza en contra de los derechos de los trabajadores, de los jubilados. El sistema judicial que tenemos en Zapala, en la provincia, y ni hablar a nivel nacional, está viciado de corrupción. Y no todos se atreven a decirlo”.
Días de encierro
Otro de los aspectos que referencia Cristina es la situación que viven las personas privadas de su libertad en los lugares de encierro. En su informe general de 2024, el Comité Provincial para la Prevención de la Tortura, relevó las condiciones de detención de las cárceles neuquinas, y dio cuenta de las falencias y los derechos vulnerados en el encierro, como sobrepoblación, comida en mal estado y servicios que no se garantizan a la población carcelaria.
En el caso de la Unidad N° 16, el informe del Comité destacó condiciones de insalubridad en la comida, falta de calefacción y vulneración del derecho al trabajo, que en nuestro país lo establece la Ley 24660, entre otras muchas falencias. A eso se suma que esta unidad aloja a mujeres madres, y no está garantizada para sus hijos la nutrición básica que cada niña y niño necesita. Días antes de ese monitoreo, la Legislatura neuquina había sancionado la Ley de Emergencia Carcelaria en la provincia.
Violencia
Cristina da testimonio de esas condiciones y de la violencia a la que las personas privadas de su libertad quedan expuestas durante el encierro. Por eso, explica, brega por erradicar la mirada estigmatizante que hay. “Es grave porque se sufre muchísimo, no sólo sufre la persona en el encierro, también lo padece el conjunto de la familia y más sobre todo cuando las personas que llegan a esa circunstancia son inocentes”.
Roberto Samar es integrante del Comité Provincial para la Prevención de la Tortura y conoció a Cristina en la Unidad N° 16 a través de unos talleres que se articularon desde la Universidad de Río Negro y también desde la ex Subsecretaría de las Mujeres de Neuquén.
El Comité, en marzo de 2024, declaró de interés el proyecto del libro de Cristina. “La declaración fue una iniciativa que tiene que ver con que nos parece interesante el trabajo que hizo Cristina. Todo el proceso que vivió fue súper importante. Es un libro que nos interpela, que nos ayuda a cuestionarnos pero que también nos abraza. Y permite, además, poner en tensión algunos discursos estigmatizantes y ciertos imaginarios sociales que pesan sobre las personas privadas de su libertad. También permite mostrar que en los espacios de detención hay gente que produce arte, que escribe textos maravillosos, gente sensible. Por eso es un aporte valiosísimo”, explica Samar.
Además de hacerlo desde lo discursivo, Cristina interpela desde su poesía. Como en “Los olvidados de siempre”, poema que integra Miradas desde el interior: “Los olvidados de siempre / el expediente lleno de polvo / luego de una sentencia engrosando / la crueldad de la injusticia. / El negocio perfecto para los iluminados”.
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