Platos abundantes. Precios accesibles. Conocé la historia del resto bar estilo bodegón donde la gente espera afuera antes de que abra la puerta en el Oeste.
El Oeste de la ciudad no deja de sorprender. Sobre la calle Godoy, una cuadra antes de llegar a Novella y en diagonal a la Municipalidad nueva, hay un resto bar que es un diamante en bruto para los que gustan de comer rico y abundante. Hace poco tiempo que apuesta fuerte a la zona ¿más poblada? de Neuquén, no más de un año. Y la gente que ya lo conoce espera afuera a que abra la puerta para sentarse a comer o retirar. Los 29 de cada mes, directamente explota con los ñoquis 2X1 que salen de un horno de barro y se comen hasta el plato.
Los emprendedores de @44restobar son Federico Ancafil (35) y Dahiana Soto (34), dos jóvenes que son pareja y tienen todo el apoyo de una gran familia: padres, hermanos, cuñadas, primos y amigos del barrio Maronese. La historia no comenzó con un resto bar. En realidad, empezó antes con una verdulería en ese mismo lugar. Luego, el local se transformó en una despensa, después fue una carnicería y con el tiempo sus dueños pudieron comprar un carro de comida. "Nos íbamos a vender choripanes a la ruta", comentó.
Ese carrito parador que la gente lo conocía como 44 Ara San Juan fue la antesala de una cocina más grande. Incursionando en la gastronomía, vendieron el carro y remodelaron el salón donde funciona hoy 44 Resto Bar. Un bodegón familiar. "Todo nuevo, como se tiene que hacer", dijo Federico, en diálogo con LMNeuquén.
Avanzaron de a poco. "A prueba y error, siempre poniendo cosas nuevas y pensando en la familia. Porque para mí faltaba eso, un lugar donde pueda ir a comer la familia. Capaz que para muchos el Oeste está mal visto, pero yo no le veo así. Nuestra idea siempre fue abastecer a la zona, una cosa llevó a la otra y ahora estamos desbordados de trabajo. Nunca me iría de acá. Si emprendo otra cosa sería donde estoy y ya nos conocen. Un ambiente recontra familiar. Creo que hay que apostar al Oeste y encarar", destacó.
El resto bar bueno, bonito y barato
Con el apoyo del "boca a boca" y el poder de las redes sociales, el lugar quedó chico de tanta gente que está recibiendo. "Vienen de todos lados a conocerlo. Incluso de otras provincias como Jujuy y Córdoba. Muchos del Valle. Eso me pone contento porque estamos haciendo las cosas bien y aprendiendo día a día", expresó.
-¿Por qué la gente los elige?
-Creo que nos eligen porque la comida es abundante y para toda la familia. También por los precios, cuidamos el bolsillo de la gente. Mirá que viene gente del centro o la otra punta del puente y prefiere cruzarse todo el Oeste y venir hasta acá a comer, eso me sorprende. Ya que vengan, nos visiten, se vayan contentos y llenos, para nosotros es un placer.
"Tenemos muy buenas recomendaciones, pero también tomamos las críticas y tratamos de que lo que nos dicen, lo mejoremos", agregó.
Verdaderas papas fritas. Milanesas XXL que tienen el tamaño de una caja de pizza. Un rico guiso. Un pastel de papa. Los famosos ñoquis 2x1 de cada 29. "Te comés los ñoquis y el plato, te comés todo", remarcó. Platos tradicionales al estilo de un bodegón.
En un año, crecieron mucho más de lo que hubieran imaginado. "Pasamos de vender 3 kilos de milanesas a 50 kilos, impresionante. Contento también por la familia que está siempre apoyando y los amigos que me han hecho el aguante, trabajando mucho más que antes, todos los días. Y la gente ya me pide que agrande el lugar", manifestó.
El resto bar abre de martes a domingos, de 20 a 2 de la madrugada. Sin embargo, están analizando la posibilidad de abrir una hora antes porque la gente espera afuera. Es una opción retirar el pedido. Pero otros eligen quedarse a comer en el lugar. "Cuando ven pasar los mozos, dicen 'yo espero y como acá'. De verdad, son grandes los platos", comentó el joven comerciante.
La joya que esconden en la cocina
Todo lo que hacen tiene el plus de cocinarse en un horno de barro: hasta el pan y el plato de los ñoquis de los 29. "Todo lo que se come sale del horno de barro y el sabor cambia totalmente", aseguró Federico. Afortunadamente ya cuentan con la habilitación comercial para sumar una parrilla, pensando en el verano próximo. "La gente se nos va a tirar encima", bromeó.
En el bar se trabaja por orden de llegada, aunque para cumpleaños y otros festejos se requiere reserva previa, con el plus de recibir una torta de regalo.
"La gente nos conoce mucho por los ñoquis que hacemos en un plato de masa que sale del horno. Todos los 29 hacemos 2x1 para todo el mundo y es impresionante lo que se vende, no quedan ni sobras para nosotros. Estamos trabajando como locos, pero contentos". Federico Ancafil, dueño de 44 Resto Bar.
Además de la parrilla que se viene, proyectan la construcción de otro horno de barro y el joven neuquino sumó: "Ojalá salga pronto la amplitud del local. Mi papá ya nos dio el quincho y se está quedando sin casa para que nos den el permiso".
Tan familiar resulta el bodegón, que al ingresar puede ser que esté el padre o la mamá de Federico para recibir a los comensales. Adentro, en la cocina, hay primos y amigos. "Las mozas son mis cuñadas o vecinos de la cuadra donde nos criamos", ilustró.
El porqué del nombre
El bar adoptó parte del nombre del carro y antes del carrito parador, lo fue de la verdulería. Siempre en homenaje a los 44 tripulantes del submarino Ara San Juan de la Armada Argentina que se hundió. Es que Ancafil y su familia se sienten muy patriotas y comparten ese sentimiento en los detalles mínimo de su trabajo. Hay un sector del local que guarda los mensajes y otros obsequios que les van dejando como firmas de algunos veteranos de Malvinas. "Desde boinas hasta jarritos, anclas, cuadros...de todo".
"La gente cuando viene nos pregunta si fuimos familiares, pero le decimos que no, lo nuestro es todo homenaje para no olvidar", confesó.
El comercio tiene un estilo bodegón, donde casi todo lo que hacen sale del horno de barro.
-¿Cuáles son las especialidades de la casa?
-Las papas son papas caseras. Los ñoquis nos pueden faltar. Si tengo que tirar un clásico, un pastel de papa o un rico guiso. Tenemos milanesa XXL, napolitana caballo o especial. Una sola tiene el tamaño de una caja de pizza. Dos de esas más las papas, come una familia. Tampoco queremos perder de vista el tema de la bebida. Nos gusta servir un terma con soda o un Cinzano. Después hay para todas las edades, con y sin alcohol.
Comenzaron haciendo hamburguesas y sandwiches, pero ahora hacen comida al disco, al horno de barro o a la parrilla.
Y el ingrediente que no puede faltar nace del corazón: "Siempre estamos pensando en la familia, con precios accesibles y platos abundantes. Queremos que se vayan llenos".
"Trabajamos de martes a domingos. Hay gente que espera antes de abrir el local, a las 19. Vamos a ver si corremos el horario". Federico Ancafil, 35 años.
El local está en Godoy y Río Caleufú. En Instagram, lo pueden encontrar como @44restobar
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