Una movilización forjada en la furia y la campaña que se adelanta
La Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista LGBTQI+ podría poner en aprietos a Javier Milei. Las lecciones de las protestas universitarias.
Probablemente, haya un antes y un después de la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista LGBTQI+ que se realizará este sábado en todo el país -y también en Neuquén- con Javier Milei como destinatario excluyente.
Las movilizaciones irán más allá de las organizaciones LGBTQI+, pues también partidos políticos, la CGT y diversos colectivos que, primeramente, condenaron el discurso del presidente en Davos en contra de la identidad de género y el delito de femicidio, ahora saldrán a la calle a visibilizar su rechazo.
La grieta en este campo pasó del discurso a los hechos. Nadie desconocía la postura de Milei en estos temas, sin embargo, resultó sorpresivo el momento elegido por él mismo para disparar semajente misil en el marco de lo que su gobierno considera como la “batalla cultural” en contra del “woquismo zurdo”.
Ayer el gobierno salió a desestimar la convocatoria por considerarla “política” y la circunscribe al adelantamiento de la campaña por las legislativas de este año. Y si bien argumenta que la imagen del Presidente no resultará afectada, los acontecimientos podrían demostrar lo contrario.
En efecto, Milei llegará a la campaña con un dólar planchado, la inflación sujetada y el “control” de la calle fruto de los protocolos antipiquetes de Patricia Bullrich.
Sin embargo, la traza de violencia desproporcionada de su discurso en Suiza abrió un flanco que pondrá a prueba el grado de adhesión popular en unas elecciones cruciales tanto para su administración como para la desdibujada oposición a su gobierno.
En la Casa Rosada sopesan si se tratará de algo semejante a lo que ocurrió con las masivas movilizaciones en rechazo al desfinanciamiento de las universidades nacionales. Aquellas marchas fueron significativas, aunque luego Milei se salió con las suyas ratificando el ajuste con la ayuda de la oposición dialoguista.
Esta vez no se trata de un reclamo en contra del ajuste, sino de un discurso cuyas consecuencias pueden ser todavía más dramáticas.
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