El presidente parece entender los problemas que habría con el Mercosur y ahora dice que apoya la iniciativa de “aranceles espejo” que impulsa Trump.
Tras la reunión entre el presidente Javier Milei y su par de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a primer nivel de la agenda pública la posibilidad de un acuerdo comercial con la primera potencia capitalista mundial.
Es de recordar que hace unos días la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AMCHAM) publicó un informe en el cual se señala que hay “serias posiilidades” para Buenos Aires de llegar a un entendimiento.
Pero la realidad es que por el momento la situación no pasa de las declaraciones públicas. No se han iniciado contactos formales entre la Cancillería y el Departamento de Estado. Trump, por ejemplo, todavía no designó al titular de la Oficina del Representante de Comercio, que es una figura clave para la firma de estos tratados.
“Todavía es muy difuso, pero podría abrirse la puerta a una negociación en sectores estratégicos como energía, minerales y economía del conocimiento” afirmó el experto en comercio exterior Marcelo Elizondo.
Cómo está la situación entre Javier Milei y Estados Unidos
La verdad es que no hay manera para la Argentina de hacer un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos o cualquier país de manera individual. Para ello, tendría que denunciar el tratado del Mercosur, cuyo marco jurídico amplio es el acuerdo de la Asociación Latinoamericana para el Desarrollo e Integración (ALADI).
Si no es ello, tendría que impulsar dentro del bloque un replanteo general del proceso de integración. El grupo que integra con Brasil, Uruguay y Paraguay, hoy es una unión aduanera, por lo que se comparten aranceles para los productos de extrazona.
Argentina detenta hasta junio la presidencia pro tempore y por lo tanto es de esperar que impulse alguna agenda de flexibilización o que simplemente, proponga dar por finalizada la unión aduanera para ser solo una zona de libre comercio,
Hay que tener en cuenta que algunos especialistas y ex funcionarios, como el economista Dante Sica, que años antes era un fuerte defensor del proceso de integración regional, ha reconocido públicamente que el resultado del mismo ha sido desalentador.
Si finalmente Argentina decidiera desandar el camino sin respaldo de Brasil, tiene que tener en cuenta que en 2024 le exportó al país vecino por u$s13.600 millones, mientras que a Estados Unidos por u$s6.400 millones. No habría negocio en abandonar un mercado al cual se le vende el doble que al otro, tan solo por un capricho de alineamiento político con un gobierno ultra conservador.
Pero además de ello, hay que tener en cuenta que una decisión precipitada puede ser el certificado de defunción de la industria automotriz local y toda su cadena de pymes proveedoras. Eso es porque las empresas multinacionales del rubro han definido radicar en Brasil la producción de los autos más baratos y en Argentina la de autos de gama media. Si se cerrara el mercado del país vecino, es probable que todas trasladen sus inversiones hacia la economía más grande.
Según plantea Elizondo, una alternativa menos comprometida pero más efectiva, es que haya un acuerdo de facilidades limitado solo a algunos productos que pudieran ser de interés para ambas partes. El Mercosur tiene firmados tratados de ese tipo.
Por otro lado, el presidente Javier Milei indicó que es deseo de su gobierno llevar a la Argentina a firmar un acuerdo de reciprocidad con Donald Trump. Si bien no está claro de qué se trata, ese tipo de tratado implicaría aranceles y condiciones “espejo” de Estados Unidos para los signatarios.
Es decir, si Argentina por el Mercosur tiene aranceles del 35% a los autos, Estados Unidos pondrá también 35%. Pero la realidad es que ambas economías son poco complementarias. Las dos producen las mismas cosas. Algunos pierden de vista que Estados Unidos además de ser una potencia industrial y tecnológica, es un potencia agrícola. Por lo tanto, en un escenario ideal de un acuerdo de libre comercio, Argentina no tiene mucho que venderle.
En cuanto al acuerdo de reciprocidad, la semana pasada a través de su cuenta X, Trump plantea que en se escenario pretende que a los productos de Estados Unidos no se les cobre IVA, porque considera que “es mucho más punitivo que el arancel”. “Además tomaremos en cuenta subsidios otorgados por algunos países para obtener ventajas económicas sobre los Estados Unidos”, señaló el presidente norteamericano.
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