El gobierno de Javier Milei rechazó la resolución para declarar el 28 de enero como el Día Internacional de la Coexistencia Pacífica.
Argentina, junto con Estados Unidos e Israel, fue uno de los tres países que se opuso en la Asamblea General de las Naciones Unidas a la proclamación del 28 de enero como el Día Internacional de la Coexistencia Pacífica. La resolución fue impulsada por Bahréin y apoyada por 162 naciones.
Este rechazo ha puesto a la Argentina en una postura firme dentro de la comunidad internacional, alineándose con quienes critican ciertos aspectos de la gobernanza global y la Agenda 2030.
Contexto de la resolución
La propuesta, presentada por el ministro de Transportes y Telecomunicaciones de Bahréin, Abdulla bin Ahmed Al Khalifa, tiene como objetivo promover la tolerancia, el respeto por la diversidad religiosa y cultural, y los derechos humanos en el mundo. Además, subraya la importancia de la paz como un proceso positivo y participativo, no solo como la ausencia de conflictos. La resolución también reconoce la necesidad de involucrar a diversas partes de la sociedad, como el sector privado y la sociedad civil, en la promoción de estos valores.
A pesar de la intención de la resolución de fomentar la paz y el entendimiento mutuo, hubo voces disidentes. Estados Unidos, representado por Edward Heartney, votó en contra, señalando su preocupación por la idea de que este tipo de resoluciones pudieran promover una gobernanza global que interfiera con la soberanía nacional. Según Heartney, este enfoque era incompatible con la postura de Estados Unidos y su rechazo a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
El rechazo de Argentina: razones y alineación internacional
El voto en contra de Argentina, expresado por el embajador Francisco Tropepi, se basó en la misma línea crítica que Estados Unidos. Uno de los puntos principales fue la preocupación por la implementación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluyen políticas progresistas sobre medio ambiente, género e inclusión. Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia, el país ha adoptado una postura en contra de las políticas globalistas y ha defendido un modelo económico liberal que se distancia de las propuestas que surgen de organismos internacionales como la ONU.
Además, se destacó una alerta sobre la posibilidad de que la resolución tuviera un sesgo hacia China, especialmente en lo que respecta a los cinco principios de coexistencia pacífica promovidos por el gobierno chino. Aunque el gobierno de China defendió estos principios, la postura de Argentina y sus aliados refleja una creciente desconfianza hacia el poder global de la nación asiática.
Impacto y perspectivas futuras
La resolución de la ONU fue aprobada con 162 votos a favor, 3 en contra y 2 abstenciones. A pesar de este amplio apoyo, el rechazo de Argentina a esta iniciativa refleja una postura clara del gobierno de Milei respecto a la soberanía y a la importancia de mantener la autonomía nacional frente a organismos internacionales. La postura adoptada por el presidente argentino ha generado un debate sobre los límites de la cooperación internacional y la independencia de los países en la toma de decisiones.
Con la proclamación del 28 de enero como el Día Internacional de la Coexistencia Pacífica, se espera que los países y organizaciones internacionales trabajen en conjunto para promover un mundo más tolerante y respetuoso. Sin embargo, el voto negativo de Argentina y otros países como EEUU e Israel muestra que, en cuestiones clave como la gobernanza global, la agenda ambiental y los derechos humanos, aún existen desacuerdos que marcan las diferencias en la política internacional.
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