Se trata de un emprendimiento de productores que prevén cosechar en dos años; buscarán cubrir el 30% del mercado local.
Con el objetivo de diversificar su matriz productiva y satisfacer la creciente demanda local, la provincia de Tucumán iniciará la producción de café a gran escala para el consumo interno. Esta estrategia busca no solo impulsar la economía regional, sino también posicionar al café como un producto clave en la oferta alimentaria nacional.
Hace varios años, una veintena de productores tucumanos viene trabajando en lograr un café con la acidez, los aromas frutales y el cuerpo adecuados, atributos esenciales de la bebida.
Café argentino: el comienzo de un gran sueño
Los productores comenzaron a desarrollar la caficultura, una actividad que no ha tenido lugar ante cultivos más rentables como la caña de azúcar y el limón.
Si bien aseguran que hay registros de cafetales desde la época jesuítica, el clima y la topografía no permitieron el crecimiento como en los países con un clima tropical. No obstante, el crecimiento de la demanda ha motivado a los productores a potenciar este cultivo y pensar en abastecer el mercado interno en un 30% en el futuro. En un periodo de dos años se prevé que se haga la primera gran cosecha.
Javier Noguera es legislador provincial y productor agropecuario
El productor y funcionario contó que hace un año plantó 1000 plantines de café y este año va por 6000 plantines con la idea de hacer una proyección a largo plazo. “En este momento se están probando diferentes variedades. La variedad de mayor calidad es de origen brasileño. Hemos probado distintas variedades y estamos viendo las que mejor se adaptan al clima”, señaló.
Los productores saben que la planta tiene que tener las condiciones similares a las de cualquier país productor y sin riesgo de heladas que pueden afectar el cultivo. Hay de ocho a 10 variedades que se pueden adaptar a esa parte de la Argentina. En promedio, una planta puede dar su primera cosecha a los tres años desde la siembra.
Una producción con historia
El café está presente en Tucumán desde la época de los jesuitas y hace 30 o 40 años en dos oportunidades se intentó cultivar, pero dicen que todos fracasaron en el tiempo; aunque hay quienes aseguran que se llegó a producir y exportar. La geografía y plantas que allí habitan son las mismas a las de los países donde se da el café, lo que podría potenciar este nicho de mercado en la Argentina. Pero el temor está puesto, como se mencionó, en las eventuales heladas severas.
Presente y futuro prometedor
En total hay 22 productores con la idea de llevar adelante esta producción entre Tafí Viejo, Yerba Buena, Monteros, Alberdi y Famaillá. En octubre pasado, el presidente del Instituto Nacional de Semillas (Inase), Claudio Dunan, otorgó a Vivero Citrus la inscripción de la primera variedad caffea arabica, de denominación geisha, una de las variedades que se está sembrando en la región.
“En los próximos dos años vamos a estar con calidad, cantidad y continuidad para tener un producto local aceptable. Estamos en una etapa nicho del café en la zona núcleo de Minas Gerais, y San Pablo (Brasil), donde se cultiva a gran escala y cuesta US$6. Llega a la Argentina prácticamente al doble y a las provincias como la nuestra, llega a bastante más”, precisó.
Los productores concuerdan en que hay un nicho de mercado que está vinculado con los valores del café y a otros cultivos. De acuerdo con Investing, el precio futuro del café por tonelada a nivel internacional ronda los US$325.
Las condiciones climáticas adecuadas para la producción de café
Juan Casañas es vicepresidente del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP), y agregó que Tucumán, a pesar de que tiene un clima subtropical y el café se da en un clima tropical, la provincia tiene muchas zonas en las que no se reportan heladas. Aclaró que no se sabe si los fracasos que hubo en el paso fueron por falta de condiciones técnicas o por falta de sostenimiento económico, clima o errores que se cometieron. “Siempre se fracasó. Nosotros entendemos que es una región con las condiciones necesarias para producir café”, precisó.
El café debe cultivarse en sotobosque, es decir, bajo cobertura de bosques nativos. Esto es esencial porque en invierno los árboles nativos conservan sus hojas, lo que protege al cultivo de heladas y calor excesivo. En esa región, durante diciembre, enero y febrero, las temperaturas alcanzan entre 45?°C y 46?°C, que son perjudiciales para el café. “Ambos extremos, frío o calor excesivo, son dañinos. En condiciones de sotobosque, el cultivo se encuentra protegido y se estima que hay aproximadamente 8000 hectáreas que tendrían ese potencial”, agregó.
“Estimamos que desde Tucumán podríamos abastecer ese consumo nacional hasta en un 30%. Además, hay un gran interés por parte de los productores locales, especialmente considerando que el cultivo de limón, un pilar en la región que enfrenta una crisis importante con 12.000 hectáreas abandonadas. Esto motiva a los productores que están buscando alternativas de producción”, advirtió Casañas.
Para determinar la calidad del café, han realizado degustaciones con tostado artesanal y con maquinaria utilizada para procesar café verde importado. “Los resultados fueron excelentes, mostrando un café de muy buena calidad y aceptación. Por esto, entendemos que están dadas las condiciones para producir café. Estamos en los primeros pasos”, afirmó.
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