El año próximo sobrarán recursos, pero ¿por qué no bajarán los impuestos?

Según se desprende del texto del artículo 1 del proyecto de ley de Presupuesto 2025, el gobierno no contempla una rebaja de impuestos para el año próximo. El texto solo dice lo que tiene que hacer el gobierno en caso de que los recursos sean menores a los proyectados, pero no estipula qué hay que hacer si sobra dinero.

La regla fiscal es clara y sencilla: si la recaudación de impuestos es menor a la prevista, entonces hay que hacer un ajuste en el gasto público por la misma proporción, en aquellas partidas que no tengan alguna cláusula de ajuste automático, como son las jubilaciones.

¿De dónde se infiere que si se recauda de más hay que bajar impuestos en la misma proporción?

Eso no está en proyecto de presupuesto, sino que lo mencionó el presidente Javier Milei en el discurso ante el Congreso. En ese discurso no fue preciso en cuánto habría que bajar la presión tributaria legal, si es que sobrara plata.

Solo dice que para que ello ocurra el incremento de los ingresos de la AFIP tiene que ser “estructural y permanente”.

Es decir, hay que tomar la actual estructura tributaria nacional basada en el Impuesto a las Ganancias, Impuesto al Cheque, IVA, retenciones a las exportaciones, aranceles de importación, combustibles, seguridad social e internos, y esperar a que mejore de un año a otro. Eso solo puede ocurrir si crece la actividad económica.

Hay que descartar una suba de los ingresos del fisco no permanente, por ejemplo, un par de años en el que el precio de la soja se vaya a u$s600, como ocurrió durante el gobierno de Cristina Fernández. En ese caso se hizo al revés de la regla. Se incrementó el gasto estructural (jubilaciones) contra ingresos superiores que eran temporales.

javier milei despacho presidencial casa rosada

Javier Milei vuelve a ser cuestionado tras la contratación de Nación Seguros.

En otras palabras, el gobierno de Javier Milei no va a bajar la presión tributaria en 2025 más allá de lo que implique la caída del Impuesto PAÍS, que se termina el 31 de diciembre, tal cual lo establece la ley de emergencia que lo creo en 2019.

Más allá de eso, el gobierno va a contar en 2025 con dinero sobrante que podría considerarse estructural, ya que surge en función de que los números que proyectó el gobierno para el cierre del 2024 están subestimados. Y del mismo modo están subestimados los recursos del 2025.

Al tomar el comportamiento de la recaudación de impuestos a lo largo del año y descontarle la estacionalidad de los meses de agosto en adelante, la Fundación Mediterránea plantea que “los recursos tributarios y de la seguridad social terminarían el año 2024 en 16,8% del PBI, cuando el proyecto de presupuesto 2025 prevé recursos tributarios por 16,1% para el actual año”.

De esa manera, el reporte dice que “se estiman recursos tributarios por alrededor de 15,4% del PBI en 2025, cuando el proyecto de presupuesto prevé 14,8% el próximo año”. “Esto es, en 2025 podrían disponerse recursos tributarios en el Sector Público Nacional por 0,6% del PIB adicionales a los presupuestados, aun sin impuesto PAIS y con una estimación más conservadora para los DEX”, señala la entidad.

Las diferencias entre las promesas del presidente Javier Milei y lo que dice el texto del proyecto ya fueron advertidas por economistas.

ministerio economia nacion -VALIDA 1200-

Desde el ministerio de Economía dictaminaron el cierre de tres fondos fiduciarios.

Ricardo Carciofi, economista, master en Desarrollo Económico de la Universidad de Sussex, advierte esto, en su cuenta X: ”No tienen el mismo significado. Sería conveniente aclarar los contenidos. Esto, además de la cuestión anticíclica de la política fiscal”, señaló.

La regla fiscal del gobierno parece a su vez amputar una de las herramientas de política económica que tienen los gobiernos en todas partes del mundo cuando entran las economías en recesión. Es el incremento del gasto público.

En septiembre de 1999, cuando ya era el final del gobierno de Carlos Menem y Argentina no podía salir de la recesión en la que había caído por tener el tipo de cambio fijo 1 a 1 con el dólar, se aprobó la Ley de Administración Federal de Recursos Públicos (25.252) que creó un fondo anticíclico.

Ese fondo debía crecer hasta tener el equivalente al 3% del PBI y se iba a alimentar con el 50% de las regalías y concesiones, las privatizaciones y el 2% de los recursos tributarios en los momentos en que hay superávit fiscal.

El proyecto de presupuesto deroga la obligación de aportar ese 2% de la recaudación al fondo, como así otras reglas de administración previstas en esa ley, como que el gasto solo puede subir en una proporción inferior a lo que crezca el PBI, o que no se puede tomar deuda para cubrir gastos corrientes.