Impuesto a las Ganancias: suben las escalas y habrá recálculo por lo cobrado en enero

Los empleados y trabajadores en relación de dependencia tendrán descuentos en sus salarios por Impuestos a las Ganancias a partir de $2,8 millones de pesos brutos, es decir sin descuentos. Como la recomposición es retroactiva a los salarios que ya se percibieron este mes, las empresas tendrán que hacer un recálculo y tengan que compensar si descontaron de más.

En ese sentido, Los trabajadores solteros y sin carga de familia comenzarán a sufrir retenciones del Impuesto a las Ganancias desde los $2,28 millones brutos, según la nueva escala de categorías y deducciones aplicables desde enero de 2025 que público la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Eso equivale a un salario de bolsillo de $1.892.937.

En el caso de un empleado que deduce cónyuge y dos hijos menores de 18 años, la cifra será de $3.024.494, que corresponde a un ingreso en mano de $2.5 millones, respectivamente.

En el caso de los trabajadores autónomos las deducciones se ajustan por el mismo parámetro de 11,78%. El ingreso mensual promedio sería de $1.468.658 millones para la categoría general y de $1.631.843 millones para profesionales y emprendedores. Es de recordar que los autónomos tienen un abanico mayor de deducciones aplicables a sus ingresos alcanzados los empleados en relación de dependencia.

Impuesto a las Ganancias y los jubilados

En tanto, los jubilados que registran un ingreso equivalente a 8 haberes mínimos comenzarán a sufrir descuentos desde los $$2.127.256.

Hay que tener en cuenta que el Impuesto a las Ganancias sancionado con el paquete fiscal el año pasado contempla una actualización de escalas en enero y otra en junio en relación a la inflación acumulada del semestre. En este caso, como hubo una actualización extraordinaria en septiembre, se toma octubre, noviembre y diciembre.

Es de recordar que cómo las nuevas categorías y tablas de deducciones rigen desde el 1ro de enero, las empresas van a tener que recalcular las retenciones sobre los salarios ya percibidos. De ese recálculo puede surgir que el empleado cobró de menos y ahora lo tengan que compensar.

Cuando se incrementan los salarios, sube el salario acumulado anual y eso es lo que determina la categoría en la que está el contribuyente y la alícuota. Al subir la escala en la misma proporción que la inflación, si el salario evoluciona en la misma proporción, el empleado evita saltar un peldaño en el que el impuesto es las alto.